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CóRDOBA
MARCOS GARCÍA

"Hemos heredado un modelo en el que los ciudadanos son entendidos como meros usuarios"

En el marco del Foro de Cultura e Innovación organizado por el Instituto de Cultura Contemporánea, junto con la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y el ayuntamiento de Madrid, el pasado jueves estuvo en Córdoba el gestor cultural y exdirector de Medialab Prado, Marcos García. Su presencia en nuestra ciudad fue el puntapié para pensar laboratorios ciudadanos que trabajen mancomunadamente con instituciones locales.

Marcos García
MARCOS GARCÍA. “Estos laboratorios proponen una transformación a gran escala a partir de la creación de muchos experimentos y comunidades que colaboren entre sí”, explica el madrileño enviado al foro que se realizó en el Instituto de Cultura Contemporánea. | Fino Pizarro

El mundo está cambiando. Y con él, empiezan a pisar fuerte nuevos paradigmas vinculados al ser humano como el recurso más valioso.

Es el caso de los laboratorios ciudadanos que colocan a las personas en el centro de la escena y las convierten en hacedoras de sus propias soluciones. Espacios donde se piensan proyectos que abarcan un amplio arco y que van desde huertas urbanas y farmacopeas hasta cultura de datos.

Y es a lo que se dedica el madrileño Marcos García, invitado al foro realizado en el Instituto de Cultura Contemporánea y que contó con la participación de actores locales como Dolores Cáceres (artista visual), Florencia Magaril (CCEC) y Pablo Caligaris (Red Quincho) entre otros.

En diálogo con PERFIL CÓRDOBA, García habló sobre la necesidad de montar infraestructuras de experimentación y de cooperación que generan el cambio.

— ¿Qué son y cómo se arman estos laboratorios ciudadanos?
— Son lugares de encuentro para la experimentación y la creación colectiva de iniciativas que buscan mejorar la vida del ser humano. Funcionan como espacios abiertos a la recepción de propuestas. Se forman equipos de trabajo y en talleres de ‘prototipado colaborativo’ se juntan las iniciativas. Luego, con aportes de personas de ámbitos diferentes se le da forma a esa idea que muchas veces termina transformándose, porque la idea inicial es sólo un punto de partida. Es una lógica de experimentación abierta.

— ¿A qué responden estos laboratorios?
— Lo que se está dando aquí es una respuesta a una necesidad que tienen todas las personas: la de sentirse parte activa del mundo en el que viven. Porque el modelo tradicional, más asistencialista podríamos decir, tendría a veces un carácter anulador. Se presupone que, el otro, lo único que tiene son carencias y nada que aportar.

— ¿Cómo son las experiencias de los espacios en los que has estado?
— La más importante ha sido la de Medialab Prado que es donde se pusieron en práctica por primera vez (en 2006) y donde más se ha desarrollado. Luego, la metodología se ha ido aplicando a distintos contextos. En Madrid, por ejemplo, en barrios periféricos de la ciudad y en instituciones como bibliotecas, centros de salud, de innovación, zonas rurales. En definitiva, la propuesta de los laboratorios ciudadanos es que cualquier lugar puede ser un buen sitio para propiciar un espacio de encuentro, de cooperación y de experimentación. Lo que intentamos ahora es generar redes que permitan una cooperación local pero también a distancia.

— ¿Sobre qué tipo de proyectos se trabaja?
—Pueden ser muy diversos. Hay proyectos de ciencia ciudadana para evaluar la calidad del agua o del aire en un lugar o la puesta en marcha de proyectos culturales, como una obra de teatro con temática local. Específicamente estamos lanzando un proyecto con un centro de creación en Río de Janeiro, en una zona rural y estamos poniendo en marcha una escuela iberoamericana de laboratorios ciudadanos.

—¿Cómo coexisten estos laboratorios con los organismos gubernamentales?
—MediaLab Prado por ejemplo era un centro cultural municipal que funcionaba como un laboratorio ciudadano, una plataforma donde la gente se organizaba para hacer proyectos. Pero se puede hacer desde una asociación civil. Puede haber híbridos también.

— Lo pregunto porque estos laboratorios proponen un cambio de paradigma en el que los ciudadanos ya no son meros receptores de servicios sino parte activa de las ciudades.
—Exacto. Es una invitación a que cualquiera pueda participar en la construcción de cosas relacionadas con su ciudad, con su barrio, su vida. Es cierto, el paradigma que hemos heredado tiene que ver con un modelo más de transmisión en el que los ciudadanos son entendidos como meros usuarios o beneficiarios de algo que se les da. Es un modelo muy de déficit y esta propuesta pone sobre la mesa la pregunta: qué podemos hacer juntos.

—¿Podrías ejemplificar algunos modelos que hayan llevado adelante?
—Una de las propuestas fue la de construir prótesis para niños y niñas que no tienen manos utilizando impresoras 3D. Una vez seleccionado ese proyecto se abrió una  convocatoria para ver quién quería contribuir a montarlo. Hubo mucha gente porque era un reto interesante. Estamos hablando de zonas del mundo donde ponen minas y hay mucha cantidad de personas mutiladas; entonces se sumaron familias con chavales afectados, trabajadores sociales, ingenieros, programadores. Uno de los resultados de este proyecto que me pareció muy potente fue que ya están apareciendo en otros lugares y están colaborando en red y contribuyendo a un proyecto común.

Foro Innovación Ciudadana

FORO. (De izq a der) Florencia Magaril (CCEC), Dolores Cáceres (artista), Rodrigo Ceballos (Municipalidad de Córdoba), Noelia Wayar (UNC), Pablo Caligaris (Red Quincho) y Marcos García (Madrid).