El Congreso partidario de la UCR resolvió ayer autorizar al Comité Provincia a avanzar en la conformación de “una alianza electoral” para participar de las elecciones provinciales del 2023. En su resolución destaca la necesidad del “reglamento interno” y de respetar “los principios de selección democrática de candidatos”.
De esta manera, los socios políticos de Juntos por el Cambio (JxC), por caso el Frente Cívico y el PRO, entienden que están dadas las “condiciones” para avanzar en la tan mentada unidad institucionalizada.
De no desalinearse los planetas, y los principales referentes no tensen más la cuerda, en medio de un acuerdo trabajoso, los presidentes de las distintas fuerzas políticas le pondrán el gancho formal a la alianza opositora en el arranque de la semana.
El juecismo y el PRO orgánico buscan dar una señal fuerte a propios y extraños (el peronismo) antes que termine el año. No obstante, Juez insiste en la jugada en dos tiempos: primero la alianza y luego el reglamento de la interna. “Esto es como el matrimonio: primero la alianza, después vienen los chicos”, afirmó un juecista paladar negro al reproducir el mensaje de su referente.
En las huestes del diputado Rodrigo de Loredo no lo ven así y reafirman su demanda de “reglas claras”. Entienden que el reglamento es el instrumento “ordenador” no solo para el tramo que encabeza la boleta, sino para abajo. Los radicales del interior —en los cientos de municipios y comunas— reclaman saber cómo van a dirimir las candidaturas si hay una interna.
El caso testigo: La Falda. “Si no le das la interna te van a jugar por fuera”, razonó un deloredista sobre la base de la lógica radical dominada por el internismo. Cabe recordar que el Frente Cívico no formó parte de esa alianza local.
En el PRO, los amarillos orgánicos con poder de la lapicera ya muestran señales de hartazgo ante la veintena de versiones de reglamento que se debieron redactar por la puja entre Juez y De Loredo. Por eso, fogonean avanzar con la alianza antes de fin de año y se suman a la jugada en dos tiempos.
Recaliente. La onda expansiva de la “bomba Macri-Llaryora” no se disipa en el círculo íntimo del líder del Frente Cívico. “Juez sigue recaliente… hirviendo como una pava”, reconoció un hombre de confianza del senador siguiendo el ácido humor de su referente.
En medio de la feroz interna del PRO nacional, Juez intenta hacer equilibrio entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, aunque el senador expresó su respaldo al alcalde porteño en su aspiración presidencial.
Ambos se mostraron juntos —un claro signo de apoyo basado en intereses mutuos— en la cumbre federal que el porteño organizó el jueves por la noche en Costa Salguero para mostrar músculo de cara al 2023. De ese cónclave participaron el presidente y el vice del PRO local, Javier Pretto y Oscar Agost Carreño, y el exintendente de Marcos Juárez, Pedro Dellarossa. El radical Marcelo Cossar también se hizo presente.
En una charla íntima, el aspirante a la gobernación le dijo a Rodríguez Larreta que los presidenciables de JxC tienen que involucrarse en el objetivo de ganar Córdoba. El mismo mensaje, Juez le transmitió a Bullrich en su última visita a Córdoba y espera hacerlo con Macri, a su retorno de Qatar, en un áspero mano a mano.
Desde el búnker de Rodríguez Larreta se encargaron de señalar que el presidenciable estuvo tres veces en la provincia durante el año y tiene previsto volver a tocar suelo cordobés en enero de 2023 en su recorrida veraniega que incluirá también la costa bonaerense.
Operativo ‘dividir’. El núcleo juecista y dirigentes radicales del interior ven una jugada clara en la cumbre Macri-Llaryora para dividir. Al salir al cruce, algunos macristas-larretistas locales sostienen que esa reunión fue “sobrevalorada”.
Esos mismos boina blanca no capitalinos le machacan a De Loredo no trazar un rumbo claro al no exponer la estrategia de cara al 2023 e insinúan que “sin Juez no ganamos”.
Por su parte, el referente evolucionista reconoció ante la “familia radical” que se congregó el viernes pasado en su casa, que entiende las “ansiedades”, pero planteó que no hay que “mostrarle las cartas” a un peronismo desconcertado.
“La inmensa mayoría no la sabe”, se sinceró un radical que estuvo presente en el asado de fin de año a la hora de hablar de la estrategia. Sí dejó en claro que en su mensaje De Loredo llamó a “mantenernos juntos” y resaltó en su arenga que “el año que viene a esta altura vamos a estar gobernando Córdoba”.
Ante la movida de Llaryora por ampliar Hacemos por Córdoba, en la mesa chica de Juez advierten que más allá de que se conforme la alianza opositora serán “inevitables” los movimientos de aquellos no orgánicos hacia el peronismo en esa “sociedad” del macrismo con Juan Schiaretti que viene de hace rato, sumado a los intendentes que apoyan a Facundo Manes y no quieren de candidato al líder del Frente Cívico.
“El peronismo está desesperado porque Juez no sea el candidato de JxC”, remarcó un hombre de confianza del senador al reafirmar que las encuestas en general lo muestran como el mejor posicionado para ganarle a Llaryora.
Fecha e interna. La fecha de las elecciones es otra señal de lo que arrojan los sondeos. “Si estuviéramos ganando se hubieran adelantado”, admitió un peronista al analizar el giro que hizo el PJ que ahora plantea un escenario para el segundo semestre en la búsqueda de que cobre volumen el proyecto ‘Juntos por la Argentina’ del que hablaron Macri y Llaryora, con la venia de Schiaretti.
“No vamos a poner la cabeza en la guillotina”, enfatizó un juecista al rechazar la interna para dirimir la candidatura a gobernador en el espacio opositor. Al respecto, insistió en que “el diablo —por el peronismo— meterá la cola”. Hasta ahora, el mecanismo que reúne más consenso son las encuestas vinculantes, pero falta ponerse de acuerdo en lo que se medirá: imagen o intención de voto. Nada es sencillo en el mundo cambiemita.
Por lo pronto, el grupo de WhatsApp de los intendentes radicales que comparten con sus pares peronistas, vecinalistas y filokirchneristas está que explota ante la bajada del pulgar a la re-reelección.
Hubo un último intento con De Loredo, mientras tenían el “ni” de Ramón Mestre y Mario Negri, pero no dio sus frutos. En este contexto, los jefes comunales amenazan con separar las elecciones en sus distritos y jugar con lista corta para los comicios provinciales, entre otras mociones que se escuchan. A su vez, los peronistas K analizan poner sus fichas a “Juez gobernador”.