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ENTREVISTA DESDE LA CARCEL

Kenig: “Alguien que se presenta a la Justicia ¿no tiene derecho a esperar el juicio libre?”

Detenido desde 2018, el exfutbolista reclama el cese de la prisión preventiva. Sostiene que es inocente, a pesar de estar imputado por participar de una banda que comercializaba vehículos de origen ilícito.

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ALEJANDRO KENIG. “No robé ninguna camioneta. Y me tienen hace siete meses encerrado sin saber por qué estoy adentro”, se quejó. | Cedoc Perfil

El 31 de julio de 2018, el exjugador de Club Atlético Talleres, Alejandro Martín ‘el Tanque’ Kenig regresaba desde Chile a nuestro país cuando quedó detenido en la frontera. Estaba enterado por los medios de que la Justicia de Santa Fe había librado una orden de captura en su contra. Analizó entregarse en la embajada argentina en Santiago, pero consideró que el proceso de extradición prolongaría su encierro y por eso decidió regresar y presentarse en Santa Fe.

No llegó porque cuando Gendarmería Nacional lo interceptó en el paso fronterizo recibió la orden de la Fiscalía de proceder a su detención. Allí permaneció nueve días “en condiciones climáticas adversas” -recuerda- hasta que una delegación de la policía de aquella provincia fue a buscarlo.

Desde entonces, más de un año y medio, se encuentra detenido. A la cárcel de Bouwer fue trasladado en octubre del año pasado y si bien la Justicia de Santa Fe dictó el cese de prisión y recuperó su libertad, esta no se hizo efectiva porque en Córdoba resolvieron que debía continuar detenido preventivamente.

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Tanto en la Justicia santafesina como en la cordobesa está imputado por integrar bandas que se dedicaban a traficar vehículos de origen ilícito.

Él reitera una y otra vez que es inocente y que su único error fue manejar una camioneta con documentación presuntamente apócrifa, situación que -asegura- él desconocía. En diálogo con PERFIL CORDOBA desde la prisión, habló de su situación actual.

—¿Por qué decidió llamar a este medio?

—Es inaudito que una persona que no tiene antecedentes, que se presenta a la Justicia, que un juez en Santa Fe le haya otorgado la libertad, que está radicado en Córdoba, que tiene un hijo con problemas de salud y que requiere de una enfermera que lo cuide permanentemente en la casa, continúe detenido.

—En Santa Fe le otorgaron la libertad, ¿pero sigue imputado?

—Sí, claro. Esa causa continúa. El fiscal de Cámara resolvió que no presento peligro de fuga ni de entorpecimiento. Allá me sacaron la (figura de) asociación ilícita.

—¿Tenía contacto con Gabriel ‘la Garza’ Funes?

—Lo conozco porque es hincha de Talleres y porque yo vine como exjugador profesional hace cuatro años para un partido, justamente en Bouwer, donde estoy ahora. Vine con Pichi Campana, con gente de (la Agencia Córdoba) Deportes del gobierno. Mi relación era de amistad por Talleres. Nada más. No hay escuchas ni comunicaciones entre la Garza Funes y yo. No hay nada que me involucre.

—Y entonces, ¿cómo termina imputado como integrante de dos bandas que trafican vehículos de origen ilícito?

No tenía idea de las bandas. Yo lo único que hice fue manejar una camioneta. Viajé a Jujuy porque busco talentos. En 2018 llevé tres chicos a una gira en Chile, para que los vean los clubes.

—¿Le ofrecieron alguna vez dinero para trasladar algún vehículo?

—Las pruebas que hay acá son las mismas de Santa Fe. No robé ninguna camioneta. Y me tienen hace siete meses encerrado sin saber por qué estoy adentro.

—¿Comparte celda o espacio con alguno de los otros imputados?

—Comparto celda con una persona que no tiene nada que ver con mi causa. En el pabellón sí están algunos. Pero no tengo relación con nadie.

—¿Dónde residía antes de estar detenido?

—En la ciudad de Córdoba, en Chacras del Norte. Después de esta situación me separé. La relación con la madre de mi hijo está bien. Ahora mi hijo está en barrio Jardín.

—¿De qué vivía hasta quedar detenido?

—Fui entrenador de fútbol del club Vélez Sarsfield de Oliva hasta que nació mi bebé.

—Usted fue jugador profesional, ¿el fútbol le dejó plata?

—Jugué en siete países, 17 equipos, en una época donde un peso era un dólar. Dejé de jugar en el 2001, me retiré en Ecuador. Ahí fui conductor de televisión y de radio, trabajé en ESPN en Estados Unidos, gané un reality de supervivencia en Miami.

—¿Le queda patrimonio después de todo eso?

—Le vuelvo a decir: yo no robé nada. Solo manejé una camioneta de la que no sabía que los papeles no eran legales. Yo ya tenía arreglado con (el club) Colo Colo trabajar para ellos desde Argentina, como buscador de talentos. Jugué en dos equipos de Chile y tengo un hermano viviendo allá.

—¿Quién lo visita en la cárcel?

—No tengo familia acá. Solo amigos. Tuve la visita especial de mi hijo. El no puede venir acá cuando hay gente. El día que cumplió un año, el 24 de febrero, me llevaron para verlo. En los últimos ocho meses lo vi tres veces.

—¿Cómo es la situación de su hijo?

—Tiene el síndrome del corazón izquierdo hipoplásico. Lo operaron cuando tenía un día de vida, después recibió otra intervención al mes y luego a los ocho meses. Falta todavía una operación grande. Tiene el ventrículo izquierdo más chiquito, entonces tienen que conectar todo con el ventrículo derecho para que la sangre llegue oxigenada a los demás órganos de la misma forma. Hay cosas que no entiendo. Una persona que tiene 51 años, que se presenta a las causas, ¿no tiene derecho a esperar el juicio afuera? Hay gente que está en la calle por hechos más graves, como violaciones y homicidios. Sin embargo, en la cárcel el 60% somos gente que no tenemos condena, ni fuimos juzgados.

 

SE INVESTIGA A UNA BANDA ORGANIZADA Y CALIFICADA

El fiscal de Instrucción Iván Rodríguez comenzó la investigación en 2018. En la actualidad hay 42 imputados por presunta asociación ilícita y robo de vehículos, de los cuales 38 están detenidos. Según la pesquisa, la banda operaba en la ciudad de Córdoba, en Buenos Aires, San Luis y Santiago del Estero.

Se realizaron más de 100 allanamientos. Durante enero se produjo la detención de tres prófugos. Hay otros dos imputados que permanecen en esa condición y continúan siendo buscados.

Alejandro Martín Kenig no está sindicado como jefe de la banda, sino uno de los integrantes.

Entre los seis cabecillas aparece otro deportista, el exboxeador Gabriel ‘la Garza’ Funes, y varios familiares (dos hermanos, su esposa y un hijo). Habrían operado con una organización celular. Cada grupo tenía autonomía y funciones diferentes.

La banda ha sido descripta como un grupo “delictivo altamente calificado”. Entre las personas investigadas, una pareja se dedicaba específicamente a borrar en forma remota los datos digitales de los teléfonos celulares, por ejemplo.

También están quienes se habrían ocupado de confeccionar documentación apócrifa.

La investigación se caracteriza, según fuentes judiciales consultadas, por haber detectado la estructura superior. Por lo general se apunta a los levantadores de autos. En este caso, el golpe certero fue asestado a la cabeza que dirigía la presunta organización delictiva.

Por oposición a la prisión preventiva que el fiscal Rodríguez dictó en diciembre, el expediente está ahora en el Juzgado de Control Nº 4, a cargo de Anahí Hampartzounian. Además, durante la semana pasada varios de los imputados detenidos fueron trasladados a Tribunales 2, ya que pidieron ampliar sus declaraciones indagatorias