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MODA Y DISCAPACIDAD

“La accesibilidad y el derecho al vestir es un desafío social”

La cordobesa Natsue Kiyama es una diseñadora de indumentaria y textil con perspectiva inclusiva en todos los sentidos. Destaca la ‘resistencia a la diversidad’ del entorno.

Natsue Kiyama
‘NACHU’. Diseñadora de indumentaria y textil enfocada en el diseño sostenible, inclusivo y los procesos colaborativos. | VALENTINA BARBERO/GLOBAL SHAPERS CÓRDOBA

Natsue Kiyama es diseñadora de indumentaria y textil y, desde el segundo año de la carrera, comenzó a apasionarse por generar productos que sean más que una remera o unas zapatillas, sino que contribuyan a fortalecer la autonomía, seguridad y felicidad de la otra persona. Por ello, el foco de la cordobesa, oriunda de Río Tercero, es el desarrollo de productos y la investigación y generación de contenido. Y, en ese marco, le pone énfasis a la moda y discapacidad.

“Trabajar moda y discapacidad es un desafío, que a nivel personal me genera muchísima satisfacción. Lo desafiante no reside en la discapacidad en sí, sino en un entorno que no acompaña y se resiste a la diversidad. Hay aún muchos mitos, miedos y prejuicios que derribar en torno a discapacidad, acarreamos un viejo paradigma en el que la persona con discapacidad era ocultada o no deseada y hoy se siguen detectando vestigios de esto”, le explica ‘Nachu’ a PERFIL CÓRDOBA.

Kiyama trabaja en un proyecto denominado  ‘Más acceso’. “Surgió en 2018 con el objetivo de debatir, investigar y cruzar miradas y experiencias sobre moda y discapacidad, pero apelando a la interdisciplinariedad como fortaleza. Creemos que la accesibilidad y el derecho al vestir es un desafío social integral y por ende debe resolverse y trabajarse desde distintas aristas que se complementan entre sí”, señala.

El equipo de ‘Más acceso’ está integrado por Selediana Godinho (socióloga, economista e investigadora centrada en discapacidad), Fedra Mauri (comunicadora de moda especializada en los Objetivos del Desarrollo Sostenible), Silvana Golato (terapista ocupacional) y la referenciada Kiyama.

—¿En qué están trabajando en ‘Más acceso’?

—Actualmente trabajamos en una investigación, junto a la Universidad de Flores, en torno a la “experiencia del consumidor con discapacidad en locales de indumentaria”, con el fin de visibilizar aquellas barreras que aparecen cuando una persona con discapacidad desea vestirse. Esta investigación no sólo aborda la infraestructura de los locales, sino también la comunicación, el diseño de las prendas, la atención al público, entre otras cuestiones, y se centra en la experiencia del consumidor con discapacidad, así como también en las demandas de quienes atienden los locales.

—Además estás en la organización de un evento que afrontará mucho de esta problemática.

—El evento se llama ‘Realidades diversas’ y es realizado por un grupo autoconvocado, integrado por personas de diversas disciplinas que trabajamos en torno a discapacidad. Se realizará el 17 y 18 de junio en la Capilla del Buen Pastor. Nace con el objetivo de echar luz a varios temas vinculados a la comunicación y la discapacidad, abordando diferentes aspectos. Por ejemplo, lenguaje no verbal, qué comunica la ciudad y los espacios que habitamos o qué comunica lo que vestimos.

—¿Qué comunicamos con nuestra vestimenta y cómo afecta en las discapacidades?

—En cuanto al significado del vestir, que de hecho es uno de los bloques del evento, lo que se pone en evidencia es el valor sociocultural que tiene la indumentaria: vestimos para ser, parecer y/o pertenecer, nos vestimos para ocasiones y personas. Todas esas decisiones están cargadas de tintes sociales y culturales, el desafío que hoy encuentran muchas personas con discapacidad o que salen de lo hegemónico, es encontrar esas prendas que le permiten expresar quiénes son. Hay mucha demanda y mucha oferta, pero desencontradas, ya que la oferta sigue atendiendo a las mismas porciones de la sociedad: es ahí donde una persona amputada, con discapacidad visual o usuaria de sillas de ruedas quedan por fuera, no son concebidas como consumidoras. Una etiqueta en Braille, un cierre ubicado en otra parte de la prenda, atención en lenguaje de señas o un perchero ubicado más bajo, son cambios que podrían transformar abismalmente la experiencia de vestir de las personas con discapacidad y otros sectores de la población.

Kiyama
¿Qué es Cromosoma?

Kiyama también forma parte del estudio de diseño social Cromosoma. “Trabajamos el diseño desde una perspectiva social, circular e inclusiva. Tenemos dos ejes principales: uno, abocado al trabajo con marcas y empresas en el desarrollo de productos que respondan a la circularidad, comercio justo y trazabilidad; y el otro eje está relacionado al residuo textil, generando espacios de articulación entre diversos actores y acciones puntuales en pos de buscarle potenciales soluciones a este desafío socio ambiental”, explica. Algunas de las iniciativas que llevan adelante son: creación de mapa de remendadores, es una base de datos de remendadores de oficio de la ciudad (costureras, sastreros, zapateras o marroquineras) que tiene como objetivo revalorizar el oficio, visibilizar a las personas detrás del mismo, facilitar información al ciudadano que desea remendar una prenda y reducir el impacto medioambiental a través de la extensión de la vida útil de las prendas.

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