Admite que es una situación “insospechada”, inédita para él en su largo recorrido de más de 50 años como jugador, médico y dirigente de Atenas. “Nunca pensé que alguna vez íbamos a pelear el descenso”, afirma Felipe Lábaque en referencia a la edición 2018/2019 de la Liga Nacional de Básquetbol, competencia en la que el club de barrio General Bustos acredita nueve vueltas olímpicas.
“Atenas es el club más ganador, el que tiene más laureles; pero también es el club más pobre, porque no tiene recursos genuinos”, sostiene el presidente del “Griego”, quien hace hincapié en la austeridad de su gestión y en la apuesta que representan la construcción del estadio propio y la inauguración del colegio secundario.
-¿Por qué Atenas llegó a esta situación deportiva?
-Siempre se dijo que Atenas es Córdoba, pero eso no se ve en los hechos. El club obedece a los vaivenes del país: como andan las empresas, anda Atenas. Hay cerca de 500 chicos practicando básquet, natación, voley, danza y otras disciplinas, y todo se mantiene con aportes privados. Casi no tenemos socios, apenas entre 400 y 500. Contamos con 48 sponsors que por suerte no se han caído, pero los ingresos bajaron porque hubo que renegociar los montos. Nuestra política es no gastar más de lo que se tiene. No debemos nada y tenemos al día a un plantel que es carísimo.
-¿Cuentan con aportes oficiales?
-De la Municipalidad recibimos “cero pesos”. Cuando fui electo viceintendente, el mismo Ramón Mestre me dijo: ‘si le doy dinero a Atenas, nos cuelgan a los dos`, y le di la razón. Y el apoyo de la Provincia no se cortó, pero si mermó. Tengo muy buena relación con el gobernador (Juan) Schiaretti, pero nos dan lo mismo que a cualquier otro club.
-¿Las obras cuentan con un financiamiento propio?
-No. Todo sale de lo mismo. Pero le dimos prioridad a la parte social. En breve vamos a inaugurar un estadio para 3.500 personas con todas las comodidades y para todo tipo de deportes, y el colegio secundario comenzará a funcionar a partir del ciclo lectivo 2020.
-¿En esta Liga se armó mal el plantel, se esperó demasiado que aparezca el equipo o se dio tarde el golpe de timón?
-El equipo que se armó no era para estar peleando el descenso. La muestra es que les ganamos a los de arriba y perdimos con los de abajo. Sí demoramos el cambio de DT. Pero todo tiene que ver con lo económico: mientras más lo esperábamos, menos tiempo íbamos a tener que pagarle sin que hiciera nada. (Nicolás) Casalánguida no nos perdonó ni un centavo, y ahora debemos cumplir su contrato y también el de (Osvaldo) Ardúh.
-¿El básquetbol es un deporte deficitario en Argentina?
-Absolutamente deficitario. Hay que conseguir locos como uno para que los clubes puedan subsistir. Nosotros tenemos 85 mil pesos de gastos fijos por partido y como mucho cortamos mil entradas, incluidas las que regalamos, y recaudamos entre 15 y 17 mil pesos. Atenas es el único club del país que televisa en directo todos sus juegos y eso puede influir en la concurrencia, pero no tiene mucha más gente que la que va a la cancha.
-¿Cómo tomó aquellos dichos de Héctor Campana pidiendo “memoria, esfuerzo, inteligencia y humildad” a “quien quiera escuchar” en Atenas?
-Soy muy amigo de “Pichi” y hablé con él. Me parece que se refirió más a los jugadores y al DT y no tanto a los directivos. Pero ni él ni ningún otro histórico del club se arrimaron a preguntarnos en qué podían ayudar.
-¿Nunca se le dio por llamarlos?
-Los llamamos 150 veces… Y seguimos siendo yo, mi hijo Bruno (manager del club) y no muchos más. Pero tampoco hace falta que vengan. La política me hizo descuidarlo, pero Atenas va a ser otro cuando yo vuelva.
-¿Le tiene confianza al equipo?
-Soy muy optimista. Tengo fe y sé que pronto esto será un mal recuerdo.
“La política no me gusta”
Felipe Lábaque tiene claro su futuro: “En diciembre termina mi gestión como viceintendente y vuelvo a Atenas. Esa es mi casa y mientras pueda caminar voy a estar allí”.
De su experiencia como ladero de Ramón Mestre en el Palacio 6 de Julio dice que le queda “la satisfacción de haber logrado cosas positivas, como haber conseguido el predio de 62 hectáreas donde funcionará el nuevo Concejo Deliberante”, pero que es un ciclo cumplido.
“La política no me gusta, y no lo digo ahora. Me metí pura y exclusivamente por la relación personal que tengo con Mauricio Macri. A mí lo que me apasiona es gestionar”, afirma.
Y se refiere a su fallida candidatura como máxima autoridad de la ciudad: “Me lancé por un expreso pedido del Presidente, pero de entrada le aclaré que no iba a seguir adelante si no había unidad y consenso. Gracias a Dios me entendió, porque con todo lo que pasó después seguramente no lo hubiera tolerado”.
Así se define
Atenas completa hoy su participación en la fase regular de la Liga Nacional de Básquetbol visitando a Estudiantes de Concordia.
Para evitar el playout por el descenso, debe ganar y esperar que Quilmes supere a Peñarol en el clásico marplatense.
Cualquier otra combinación lo obligará a definir mano a mano al mejor de cinco partidos. En esta instancia enfrentaría a Quilmes o Peñarol y en ambos casos con ventaja de localía, ya que como mínimo se aseguró el 19º y penúltimo puesto de la tabla.