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CóRDOBA
A 10 años de una operación histórica

La década ganada

Maribel Oviedo es la única de cuatro hermanos que sobrevivió a la fibrosis quística. “A pesar del dolor, hay mucho para celebrar”, dice al recordar el doble trasplante pulmonar que le hicieron el 18 de enero de 2012 en Brasil.

Maribel Oviedo 2
MARATONEANDO. | CEDOC PERFIL

En el Hipódromo Córdoba, muy cerquita de la cancha de su Talleres querido, Maribel Oviedo empezó a festejar este fin de semana sus dos cumpleaños. “Hacía mucho que no iba a ver a ‘la Mona’ Jiménez y mis viejos me regalaron las entradas”, cuenta sobre su presencia en el Festival Bum Bum. “La Kiri” sopla 29 velitas este 17 de enero y al día siguiente se cumple una década del doble trasplante pulmonar que le salvó la vida.

“Es como si el tiempo se hubiera pasado volando, pero la verdad es que en estos 10 años sucedieron muchas cosas”, señala Maribel.

“Me habían dado dos meses de vida y acá estoy. Si bien la fibrosis quística es una enfermedad que nunca retrocede, con los controles y la medicación he logrado llevarla muy bien. Puedo trabajar, salir con amigos, ir a la cancha. Por eso siempre digo que, después de tanta lucha y a pesar del dolor de la pérdida de mis hermanos, hay mucho para celebrar”, dice “la Melliza”.

Maribel y Marisol OviedoMARIBEL Y MARISOL. El caso de las mellizas marcó un antes y un después en el país.

“Fue la mano de Dios”

Maribel recuerda aquellos días de enero de 2012 en Porto Alegre, adonde viajó con su familia y dos donantes (un tío y un primo) porque su gemela Marisol iba a ser trasplantada en el Hospital de la Santa Caridad.

“Después pasó lo que pasó y cambiaron todo. Unos estudios no dieron bien, le dijeron a mi hermana que debía esperar y los médicos decidieron operarme. En aquel momento pesaba 33 kilos y tenía oxígeno permanente”, rememora.

“Siempre pensé que todo iba a salir bien, pero aquello era ‘paso a paso’. Si algo fallaba, nos teníamos que volver a Córdoba. Por suerte fue muy rápido. La operación duró nueve horas, a los tres días ya estaba sentada y sin respirador y a la semana me pasaron a sala común”, relata Maribel.

En el medio hubo otro cambio de planes, ya que finalmente los lóbulos fueron aportados por mamá Mariana y papá Ernesto, que en Argentina habían sido descartados por su condición de fumadores, y también una resolución judicial que autorizó sobre la marcha el reemplazo de paciente. “Por cómo se dieron las cosas, digo que fue la mano de Dios”, reflexiona.

Ernesto y Maribel OviedoHÉROE DE CARNE Y HUESO. Maribel y su papá Ernesto, quien fue donante en los dos trasplantes que la melliza debió afrontar.

Lucha, dolor y vida

Maribel cuenta que dentro de unos meses volverá a Porto Alegre para un chequeo de rutina y ya se imagina un encuentro con ‘el Cacique’ Medina, el DT que acaba de irse de Talleres para dirigir al Inter. “Él no me conoce personalmente, pero seguramente sabe quién soy”, apunta.

De la ciudad brasileña “la Kiri” también recuerda el último cumpleaños que pasó junto a su gemela, el día antes de la intervención. “No son días fáciles”, reconoce, ya que el 13 de enero se cumplieron nueve años de la muerte de Marisol. “La burocracia de nuestro país le quitó la posibilidad de salvarse”, enfatiza.

“Por eso mi libro se llama ‘Lucha, dolor y vida”, subraya. Refiere que allí transcribió muchos de las vivencias que ella y Marisol escribieron en sus cuadernos tras la experiencia en Brasil. Y que esas páginas también son un homenaje para sus otros dos hermanos, Micaela y Omar.

“La mayor tendría 29 años. Falleció de cinco meses en setiembre de 1992, cuando mi mamá estaba embarazada de nosotras. Y ´Omarcito´ se fue a los ocho años, en 2008; hace poco estuve con (el exfutbolista) Julián Maidana y le volví a agradecer un gran gesto, ya que lo visitó en el hospital en sus últimos días”.

Maribel y TalleresAGUANTE LA "T". Con los campeones de la Conmebol '99 y la bandera que recuerda a Marisol.

Segunda oportunidad

La década ganada de Maribel Oviedo incluye varios capítulos más: un título de periodista deportiva, un trabajo estable en la legislatura, un par de ascensos de Talleres, un viaje al Vaticano para llevarle camisetas y cartas de chicos internados al Papa Francisco y hasta un nuevo trasplante.

“La misma medicación me provocó una falla renal, estuve haciendo diálisis un par de meses y el 7 de mayo de 2018, en el Hospital Córdoba, me pusieron el riñón de un donante vivo, que otra vez fue mi papá”, relata.

Cuenta con orgullo que el pasado 5 de diciembre corrió su primera Maratón (“hice 5 kilómetros, trotando y caminando, pero fue muy importante para mí”) y que tres días más tarde viajó a Santiago del Estero para hacerle el aguante a la “T” en la final de la Copa Argentina.

“El otro día pasaban por ´la tele’ ese partido con Boca y no lo podía ver. Me hacía sufrir mucho”, admite. Y habla de ‘Por la Liga’, el proyecto multimedia que encaró recientemente para realizar la cobertura de los torneos del fútbol local.

Aunque la pandemia le recortó las chances de dar charlas en colegios y municipios, la concientización sobre la importancia de la donación de órganos forma parte de su vida cotidiana. También la solidaridad. Maribel colabora con dos merenderos y en Día de los Reyes Magos llevó regalos a niños de varios nosocomios. “Ayudar es una forma de agradecer”, asegura.