Perfil
CóRDOBA
FEDERICO BAEZA

“La escena artística cordobesa se vigorizó en los últimos años”

El investigador y docente forma parte de la nueva camada de curadores argentinos. Pasó por Córdoba para presentar su libro Proximidad y distancia: arte y vida cotidiana en la escena argentina de los 2000.

Federico Baeza
FEDERICO BAEZA. Es Licenciado en Artes y Doctor en Teoría e Historia del Arte egresado de la UBA. | Fino Pizarro

En marzo de este año Federico Baeza, junto a Guadalupe Chirotarrab, tuvo a su cargo la curaduría de la muestra El cuerpo de una colección, que reunió más de 100 piezas de arte que Federico Klemm -el excéntrico artista y coleccionista de obras de arte internacional- reunió durante la década de 1990, y hoy se exhiben en la Fundación homónima.

En su visita a Córdoba presentó Proximidad y distancia, un libro escrito en forma de ensayo que, tomando 12 proyectos que van desde performances a instalaciones, interpela sobre lo cotidiano y la relación del arte con lo social. “Es un relato bastante caprichoso. Empezó como una tesis de doctorado que reescribí para publicar. Reúne trabajos de arte contemporáneo de entre 2000 y 2010 pero no intenta, necesariamente, dar un panorama general del arte contemporáneo sino cruzarlo a partir de una pregunta”, explica Baeza.

En efecto, esa pregunta tiene que ver con la vida cotidiana entendida como un entorno de proximidad, cercanía e inmediatez, donde todos de algún modo tenemos que cargar con la cultura, con objetos prediseñados, con herencias y legados que nos fueron dados y con eso intentar construir otra cosa.

Los proyectos plasmados en el libro van desde las instalaciones de Diego Bianchi hasta los recorridos urbanos de Leandro Tartaglia e interpelan sobre las manera de contar nuestra vida, qué sentidos construimos a partir de la narración, qué nuevas lógicas de organización de los objetos de consumo masivo preexistentes aparecen a partir del trabajo de estos artistas en instalaciones o cómo entender la ciudad, ya no como un lugar sólo de urbanismo sino de práctica de los habitantes sobre la ciudad.

Anclado en la escena de 2001, cuando la institución consumo entra en conflicto con la primera crisis del neoliberalismo en la Argentina y comienzan a haber otros modos de darle inteligibilidad a las relaciones con los objetos, el libro refleja las estrategias que surgieron para relacionarnos desde otro lugar: “Dialoga con el problema que en los 90 y en el 2000 a escala global fue esta idea del arte relacional. Del arte como un modo de vincularse, de ponerse en contacto a partir de microutopías de lo cotidiano donde, a veces, las obras podían ser simplemente compartir un plato de comida y charlar. Creo que este libro demuestra, además, que la vida cotidiana no es solo ese encuentro con los otros sino que también son momentos de retraimiento y de distancia estética”, señala el curador.

Argentina en el arte, una mirada global. “Nosotros tenemos una escena artística muy rica, dinámica y con mucha iniciativa y ese desarrollo es bastante paralelo en ciudades como Rosario, Córdoba, Tucumán. Lo que falta es generar relatos y perspectivas que muestren la complejidad y la riqueza de esa escena hacia afuera; y para nosotros mismos también”, explica Baeza y remarca que la idea del libro es, justamente, crear uno de los relatos posibles para hacer inteligible la escena de los 2000.

Escena artística cordobesa. El curador señala que recién está descubriendo la escena local (estuvo el año pasado en el marco de Mercado de Arte y este año volverá con otros proyectos que tiene en danza): “Córdoba tiene excelentes artistas y muy buenos trabajos. También veo que hay mucho interés por parte de los coleccionistas y de quienes escriben para potenciar el arte. Creo que en los últimos seis años la escena cordobesa se amplió y se puso muy vigorosa; y eso está empezando a verse en todo el país”.

Entre los planes que lo volverán a traer a la ciudad, se encuentra la curaduría de una muestra de José Quinteros en El Gran Vidrio y -aunque aún no oficializado- la redacción de un texto para la nueva edición de Mercado de Arte. 


Criterio de curador
A la hora de hacerse cargo de la curaduría de una muestra, para Baeza es fundamental el interés por la obra del artista. “A partir de ahí, el curador se convierte en una especie de primer público, alguien que entra a una escena de trabajo y de proceso artístico y que, aprovechando la distancia, intenta darle al artista estrategias que potencien y amplíen su obra, rescatando los aspectos más fuertes para ponerlos en primer plano”.
En este sentido, sostiene que el curador oficia también de soporte al artista y establece una relación con él a través de la cual intenta hacer sus aportes -a partir de lo que conoce- para fortalecer la obra.