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CóRDOBA
MARÍA ALEJANDRA MOLINA

“La nanomedicina puede aumentar la eficacia de las terapias”

La docente que se desempeña en la Universidad Nacional de Río Cuarto es una de las jóvenes protagonistas que a nivel nacional se desempeña en el ámbito de la nanociencia. La semana pasada recibió el Premio Estímulo 2022 que otorga la Fundación Bunge y Born. La científica forma parte, en la actualidad, de tres líneas de investigación en nanotecnología: “Hoy, está presente en prácticamente todos los ámbitos de la vida”.

Molina premio
COMPARTIENDO CONOCIMIENTO. Molina es investigadora y profesora en dos cátedras de la Licenciatura de Química en la UNRC. | Gentileza Fundación Bunge y Born.

María Alejandra Molina es doctora en Ciencias Químicas y forma parte de la Facultad de Ciencias Exactas, siendo ayudante de primera con dedicación semi exclusiva en el Instituto de Investigaciones en Tecnologías Energéticas y Materiales Avanzados de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Desde 2004, cuando era estudiante de grado, comenzó a interesarse en la nanotecnología y fue haciendo sus estudios doctorales y posdoctorales especializándose en nanociencia. A tal punto que, en la actualidad, es una eminencia en la materia.

Recientemente se entregaron los Premios a la Ciencia, que otorga la Fundación Bunge y Born, y la científica de la UNRC fue galardonada por sus investigaciones. Tras recibir su premio, en Buenos Aires, dialogó con PERFIL CÓRDOBA sobre sus investigaciones.

—¿En qué nos ayuda la nanotecnología y la nanociencia?

—La nanociencia y la nanotecnología están en casi todas las áreas de la vida diaria. Desde la dermocosmética, la mayoría de las cremas incorporan nanopartículas para mejorar; en la industria alimenticia, envases inteligentes; en la textil está presente

por ejemplo en estas vestimentas que suelen llamar inteligentes que repelen insectos, que tienen protección contra la radiación UV, o los
mismos barbijos de Conicet que se pusieron tan de moda en la pandemia contenían nanopartículas y eran capaces de matar el virus o bacterias. Todo eso es gracias a la nanociencia y la nanotecnología. También en la industria automotriz para hacer que contaminen menos o en cosas tan sencillas como en una raqueta de tenis.

—Prácticamente en todas las áreas.

–Te diría que sí, está en casi todas las áreas. Si bien en medicina no es muy utilizada porque es muy difícil llegar a la salud humana ya que hay que pasar por diversas etapas y ensayos. Hay mucho desarrollo porque el potencial de aplicar nanomedicina es muy grande. Se puede aumentar la eficacia de todas las terapias: anticancerígenas, antimicrobianas, de vacunas. Aumentar la eficiencia y disminuir los efectos adversos, porque lo que tiene la nanomedicina es que nos permite dirigir la medicina al sitio donde queremos que actúe y que no lo haga en todo el cuerpo, sino solamente en el sitio de acción.

—¿Qué está investigando ahora?

–Lo que hacemos en nuestro grupo es desarrollar nanomateriales inteligentes, con nanogeles, que son polígonos entrecruzados capaces de absorber mucha solución acuosa pareciéndose a una entidad biológica, pero que, además, pueden encapsular en su interior cualquier principio activo. Y con principio activo me refiero a drogas anticancerígenas, antígenos vacunales, antibióticos y proteínas. Entonces actuarían como principios activos para luego llevarlos a estos lugares de acción y liberarlos controladamente frente a la presencia de un estímulo, de un ambiente. Aplicamos estos sistemas en dos líneas de investigación. La primera es un desarrollo de una plataforma vacunal para tratar la neumonía porcina. A esto lo trabajamos en colaboración con el Inta de Marcos Juárez, que tiene una estación experimental agropecuaria. La segunda línea la desarrollamos en la Universidad Nacional de Río Cuarto, donde trabajamos en terapias antimicrobianas para matar bacterias resistentes a los antibióticos, donde nuestra propuesta es utilizar materiales que además de encapsular antibióticos son capaces de absorber luz y calentarse. Podemos usar estos nanomateriales para matar a las bacterias, no solo por la acción del antibiótico, sino también por este shock térmico que podemos producir frente a la presencia de una determinada luz. Esta línea de investigación es de las más importantes del momento, porque la resistencia antibiótica por parte de las bacterias es uno de los problemas mundiales a mayor escala. Si no hacemos algo se dice que en 50 años será la mayor causa de muerte. Y la tercera línea es la que estuve estudiando durante los años que viví en Alemania y es utilizar estos nanosistemas para terapias anticancerígenas.

Molina y su hija

“Incorporar nanociencia en todos los ámbitos de la vida es una solución.

PREMIADA

Molina fue galardonada con el Premio Estímulo 2022 que otorga la Fundación Bunge y Born. A propósito, contó: “Recibí este premio con una alegría total, orgullosa de que mis colegas me hayan premiado como referente joven de la nanociencia. La ceremonia fue hermosa, emotiva, completa”. La docente de la UNRC subió a recibir el premio junto a su hija Julia, de 3 años y, además, al evento en Buenos Aires la acompañó su otra hija Anahí, de 7 años, sus padres –que habían viajado de Venado Tuerto– y su hermana, que llegó desde Corrientes. “Este premio también es de mis hijas, porque muchas de las horas de trabajo son horas robadas, de no pasar con ellas. Es un premio en equipo”, resaltó.