Entusiasmada y optimista acerca del desenlace electoral en octubre, la candidata y diputada nacional Gabriela Estévez dice que “hay una esperanza renovada en la gente” aunque por lo que sucedió en la semana “hay una gran preocupación de la ciudadanía por las decisiones del presidente (Mauricio Macri)”.
Estévez es de las pocas dirigentes del kirchnerismo en Córdoba que tiene línea directa con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y, desde ese rol, confía en la relación que tendrán los integrantes de la fórmula en caso de llegar al poder en diciembre. “Es un vínculo políticamente sólido y afectivamente trascendente”, señala en diálogo con PERFIL CORDOBA.
- ¿Hasta qué punto esperaban el resultado del domingo y a partir de dónde los sorprendió?
- Nos sorprendió a pesar de que sentíamos que había mucho apoyo en las recorridas, la gente nos acompañaba en las giras y nos decía que esperaban un cambio de gobierno en diciembre. De hecho, Alberto (Fernández) nos decía que era lo mismo que le pasaba en el resto del país y eso fue lo que se expresó el domingo y que no figuraba ni en los bocas de urna. El resultado nos sorprendió y nos genera responsabilidad.
- ¿Por qué no vino Cristina a Córdoba en la campaña? ¿Entiende cuándo surge ese interrogante cómo crítica en esta provincia que siempre fue distante del kirchnerismo? A partir de lo que pasó…
- Entiendo que desde lo afectivo esas críticas existen. Pero en términos políticos Cristina tuvo una mirada de Córdoba y lo demuestran las obras en la UNC con la apuesta que se hizo en educación superior, la vez que acudió en el marco del festejo de los 400 años de la Universidad. Las obras como la autopista Córdoba – Marcos Juárez que concluyeron durante los gobiernos de Néstor (Kirchner) y Cristina, porque sabíamos que era un corredor económico muy importante para la provincia. Entonces, creo que las tensiones fueron más en términos políticos que de gestión. Se reprodujo mucho y se potenció mucho a través de la comunicación.
Pero nos ocupamos de Córdoba y lo puedo decir a partir de un área importante que me tocó dirigir como Anses. Se repartieron 350 mil netbooks y más de 50 mil jubilaciones por moratoria durante mi gestión. Derechos que llegaban directos a la ciudadanía y no supimos comunicar.
- El interrogante para muchos es cómo será la relación entre Alberto F. y CFK desde diciembre en caso de gobernar…
- La de ellos es una relación políticamente sólida y afectivamente trascendente. Cuando lo tuvieron que poner de pie al país estaban uno de cada lado de Néstor (Kirchner). Entonces, cuando pasás por momentos difíciles hay vínculos que se generan para toda la vida, como de fraternidad. Veo un entendimiento político profundo, con los dos haciendo la autocrítica y con la capacidad de abrirse para contener a sectores que antes no estaban para formar este proyecto conjunto.
- ¿Cree que el acierto en esta etapa fue el corrimiento de CFK del lugar central de la fórmula?
- No es un corrimiento. Ella tuvo la capacidad política para ver que tenía que dejar de estar en la centralidad para poder abrir la posibilidad que participen otros sectores como el de (Sergio) Massa, Felipe Solá, con quienes ya venían hablando. Pero ella al tener ese gesto logró que sintieran que verdaderamente iban a tener ese espacio y rol.
- Hablando de rol, ¿cuál cree que tendrá (Juan) Schiaretti ahora?
- Depende de lo que él defina. Alberto vino cuando pasaron las elecciones a tender puentes hacia adelante, entiendo que la reunión fue buena pero no lograron plasmarlo en un acuerdo político. Pero la voluntad de Alberto está y depende de cómo vea la situación hacia adelante el gobernador. La provincia es fundamental desde el entramado productivo e industrial y necesita del resto del país para funcionar bien. Por lo tanto, tiene que pensarse en términos de un proyecto federal.
-Sumaron voto delasotista, ¿van por el resto del voto peronista, schiarettista?
- Está claro que hubo una expresión de los cordobeses que está pidiendo salir de pensar a la provincia como una isla para proyectarla como una Córdoba integrada y a eso se apunta. Y creo que el gobernador Schiaretti también comparte esa visión.