El 20 de marzo pasado las librerías de la ciudad se vieron obligadas a bajar sus persianas en función del aislamiento social obligatorio.
El sector editorial y de librerías ya venía en picada desde hace cuatro años, con una caída del 50% en la producción y un 20% en las ventas; y la cuarentena complicó aún más al rubro.
En el mismo sentido, la cancelación de la Feria del Libro afectó sobremanera a las editoriales, socios estratégicos de las librerías y la postergación del inicio de clases impidió una venta importante de estas últimas.
Desde el martes pasado, cuando muchas de ellas lograron obtener los certificados de habilitación a través de un sistema colapsado por los pedidos, empezaron a trabajar a puertas cerradas para llegar a sus clientes a través del delivery.
Un recorrido por librerías locales da cuenta de cómo se encuentran y qué les representa la venta a domicilio en sus facturaciones habituales.
Ni el 10% de la facturación. Desde El Emporio empezaron con su sistema de delivery el martes y ya cubren toda la provincia. “La respuesta es muy buena, pero no va a significar ni el 10% de la facturación que tenemos. Es como una ayudita nada más. En cuanto a nuestra web, ni se movió desde que empezó la cuarentena. Creo que la gente estaba en otra cosa, emocionalmente es difícil la concentración. Por eso estamos haciendo una apuesta fuerte en materia de audiolibros, con Storytel”, reflexiona Tamara Sternberg.
La librería hace tiempo que brinda servicios a sus lectores: “Esta alianza con Storytel (la sueca de streaming de audiolibros) permite que nuestros clientes puedan, durante los 30 días iniciales, leer libros de nuestra editorial de manera gratuita; también tenemos un convenio con Leamos.com para que puedan leer algunos de nuestros ebooks sin costo”.
Sueldos garantizados hasta mayo. Desde El Espejo, Antonio ‘Cacho’ Moro señala que ya volvieron a la librería y pudieron facturar 76 órdenes de clientes que habían comprado en su tienda web. “Obviamente es poco representativo pero para nosotros es esperanzador. Nos sentimos muy apoyados por la gente que estaba comprando”, señala.
En cuanto al delivery, el lunes habían anunciado a través de sus redes la posibilidad de esta modalidad y la empresa de logística con la que trabajan ya retiró varios pedidos a partir de la habilitación. “A los clientes que pagan con transferencia les bonificamos el 5%, así que cuando compran unos 2.000 pesos el envío les sale gratis”, destaca Moro.
Afectados por el aplazamiento del inicio de clases universitarias, desde la librería se muestran esperanzados en que se produzca una activación a partir de esta modalidad.
“Estamos de acuerdo con el distanciamiento social, que es esencial, y nuestro pronóstico es que vamos a estar así hasta fines de mayo. Creo que recién en junio vamos a empezar a trabajar a puertas abiertas y con limitaciones”, agrega.
Conformados por un equipo de siete personas (cuatro empleados y tres socios), están trabajando de a dos personas por día -de 10 a 18- para atender los pedidos.
En cuanto a la situación económica, Moro asegura que tienen reservas para pagar hasta los sueldos de mayo sin problemas, pero que “ya empezamos a gestionar créditos porque la recesión va a continuar durante todo el año y sin préstamos no creo que después de junio podamos fluir con naturalidad”.
El reparto a domicilio, un paliativo. Con tres locales -Nueva Córdoba, Paseo del Jockey y Paseo Rivera Indarte-, en Quade trabajan en canales digitales a través de su página web y las redes sociales pero señalan que el delivery es solo un paliativo.
“Es cierto que crecimos en canales, pero no es un gran número. Aunque creo que se hará más fuerte si la cuarenta sigue. En nuestro caso, cuando no podíamos hacer delivery teníamos pedidos todos los días, pero esto es un paliativo. Es más una mano para la gente que lee que para nosotros”, explica Jorge Capparelli.
Al mismo tiempo, analiza que el impacto de la cuarentena es negativo para todos los sectores, aunque más para el comercio, que en Argentina no tiene espalda para aguantar.
Y agrega que Córdoba no es tan afecta a la compra virtual de libros porque “nuestro producto tiene mucho de contacto con el librero. El cliente ama el diálogo con el librero y eso no se da en los canales digitales”.
Optimismo en Rubén Libros. Trabajando también a puertas cerradas, las ventas en Rubén Libros se cierran por teléfono, vía Instagram,Facebook y Twitter.
“No tenemos página web, pero estamos en todas las redes. Anunciamos la modalidad y empezaron a llover los pedidos. El delivery lo hago yo cuando salgo a la tarde de la librería y con mensajerías como Glovo o Rappi, pero están a full”, cuenta Leonardo Agostinetti.
El pago de las ventas se realiza con transferencias bancarias o con cuenta corriente para los clientes habituales y si bien es una complicación no tener sus puertas abiertas, se muestran optimistas con la medida: “No estamos facturando lo que facturamos en un día normal. Pero desde el 20 de marzo hasta el lunes pasado que no se vendió nada a que hoy puedas hacer 10 o 20 facturas, es un montón”.
10 años en cuarentena. La Librería del Palacio cumplió 10 años el 6 de abril y tuvo que cancelar los festejos programados. “Teníamos todo un mes de promociones para nuestros clientes pero tuvimos que frenar todo”, se lamenta Karina Fraccarolli.
A partir de la habilitación, empezaron con el reparto a domicilio y receptan pedidos desde sus redes, vía WhatApp o por teléfono. “Hemos tenido muy buena repercusión considerando el momento. Preparamos los envíos y los despachamos con motos de Glovo, Rappi o con alguna remisería cuando es muy lejos”, destaca.
Cerrada desde hace un mes, desde la librería sostienen que han podido maniobrar en base a manejarse cuidadosamente a nivel impositivo: “El no tener deuda previa nos ayuda a tener un poco de oxígeno”.
Los ciclos de talleres se vieron también afectados y empiezan a migrar a formatos virtuales: “Hace 10 años que mantenemos un ciclo para los chicos con entrada gratuita y talleres para adultos, además de un ciclo con autores. Uno de los talleres que había empezado en marzo se pasó a modalidad virtual. Y va muy bien, el grupo se adaptó. Al resto de las actividades todavía no las hemos revisado porque la situación cambia día a día”.
Publicar libros o pagar sueldos. Mientras terminan de ajustar la implementación de los envíos con cadetería en Villa María, Córdoba y Villa del Rosario, en 15 días Eduvim sumará también entregas a través del correo postal.
“Además, estamos implementando con buenos resultados los descuentos 2x1, para entregar luego de la cuarentena: elegís dos libros del catálogo y pagás uno”, detalla Carlos Gazzera, quien advierte que esta nueva modalidad tendrá un impacto minúsculo en relación a la necesidad del sector.
“Para nosotros el año está perdido. La industria está en una crisis muy terminal y en los últimos cuatro años fue brutal la caída. Este año puedo pagar sueldos, servicios y alquileres, pero no podré publicar casi ningún libro en papel, apenas unos pocos, y solo porque me agarró con crédito en las imprentas. Entonces, el formato deberá ser girar brutalmente a lo digital. Pero la gente no paga por lo digital, paga por el papel, por lo que vamos a remar contra la corriente”.