Desde el 1 de noviembre, con la renuncia de Elena Highton de Nolasco, la Corte Suprema de Justicia de la Nación quedó integrada por cuatro hombres: Horacio Rosatti, Carlos Rosenkratz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti. Ninguno llegó de la carrera judicial.
Apenas comenzaron a barajarse algunos nombres, la Asociación de Mujeres Juezas de Argentina (Amja) lanzó una campaña con una consigna precisa: “Por una mujer de la Justicia en la Corte”. Aída Tarditti, presidenta de la entidad, sostuvo que “no es una campaña en favor de una persona o un grupo de mujeres de la asociación”.
Trajo a colación el decreto del entonces presidente Néstor Kirchner, cuando se autolimitó al proponer los candidatos a la Corte y precisó que debía incluir diversidad de sexo, regional, entre otras cuestiones. “En este momento no solo hay cuatro varones, sino que ninguno fue juez” antes de ocupar ese cargo. “Por eso, nos parece relevante que las mujeres de la Justicia tengamos representación”, sostuvo.
Recordó los cambios que produjeron las últimas dos ministras, Carmen Argibay y Elena Highton. “Han dejado un legado que hay que mantener y ampliar; antes de ellas no se hablaba de las cuestiones de género en la Justicia”, afirmó y destacó que el registro de femicidios es posible por el trabajo realizado con todos los poderes judiciales. “Ambas eran juezas, conocieron las justicias del país”, subrayó Tarditti y aclaró: “No digo que únicamente tiene que estar integrada por gente de la Justicia, pero si pensamos que a las mujeres nos costó llegar a los cargos de juezas, fiscalas y defensoras sería un reconocimiento que el techo de cristal no se interrumpa en la Corte”.
De cristal a hormigón. Al ser consultada sobre la realidad de la escasa presencia del género en las cúpulas de los poderes judiciales provinciales y nacional, la magistrada opinó que “como manifestó alguna vez una de nuestras asociadas, más que un techo de cristal parece un techo de hormigón”.
Según estadísticas de la Corte Suprema que elabora un mapa de género, desde 2009 las mujeres son mayoría en los cargos bajos y la pirámide se va achicando hasta alcanzar una subrepresentación en las cabezas de los Ministerios Públicos Fiscales y Poderes Judiciales. Tarditti ejemplificó con dos datos: “En toda la historia de la Corte Suprema de nuestro país, hubo solo tres ministras mujeres”.
De 12 provincias argentinas que tienen mujeres en sus Cortes y Tribunales Superiores, hay solo ocho en las vocalías”. En la mitad de Argentina hay ausencia de mujeres en las cabezas de los poderes judiciales. En este sentido, los poderes políticos han mostrado más avances con leyes de cupo, primero, y de paridad, después, realidad que no se ha podido aún conseguir en la Justicia. “Cuando las mujeres compiten en los concursos sacan muy buenas notas en las pruebas de oposición, pero los antecedentes son menores sobre todo porque pertenecen a generaciones en las que no estaba compartido el trabajo de cuidado de los hijos”, explicó Tarditti.
NOMBRES EN DANZA
Uno de los nombres que más pesa, entre las posibles candidatas a la Corte Suprema, es Claudia Sbdar, actual presidenta de la corte judicial en Tucumán y con buena relación con el jefe de Gabinete de la Nación, Juan Manzur. Circula también el de Florencia López, vicegobernadora de La Rioja, aunque con menos chances.