Al respecto del debate en torno a los proyectos que se discuten para modificar el Impuesto a las Ganancias PERFIL CORDOBA dialogó con los tributaristas César Litvin, CEO del estudio Lisicki Litvin & Asociados y con Marcos Sequeira del estudio Sequeira, Sequeira y Asoc.
Y aunque reconocen aspectos positivos en la reforma, por la necesidad de la actualización de los mínimos no imponibles y la exención por ley del aguinaldo, también remarcan que en el presente debate quedan aspectos pendientes por resolver. A la vez, refuerzan la idea de que esta modificación y su debate llega luego de que se desactivara el Pacto Fiscal, el compromiso mediante el cual, la Nación, las provincias y los municipios habían acordado comenzar un esquema de reducción de la presión fiscal.
Reforma de Ganancias: un "alivio transitorio"
Para César Litvin, esta reforma del impuesto a las Ganancias representa solo un alivio transitorio para una parte de los trabajadores. “Es transitorio porque no se atacan las causas que genera el problema por el que hay que salir a arreglar ganancias. Y la forma de atacar las causas es contemplando, con todo el respeto que merece, la inflación. La inflación distorsiona la medición de las capacidades económicas y el Impuesto a las Ganancias tiene como cualidad gravar a los que tienen capacidad económica. Y si esa medición es incorrecta deja de ser un impuesto correcto".
Y prosiguió: "Acá con esta reforma, el que gana hasta $ 124 mil de bolsillo tiene el privilegio de quedar afuera de Ganancias, el que gana entre eso y $ 147.700 de bolsillo va a pagar un poco menos, dependiendo de la reglamentación del Ejecutivo. Y la tercera categoría de asalariado, que gana más de $ 147.700 no tienen ningún alivio”, dice.
"(En la reforma de Ganancias) Debería incluirse a los autónomos. Hay una gran inequidad y asignatura pendiente. Claro, los autónomos no tienen CGT que los represente." (César Litvin)
Y amplía la idea de que es un alivio esporádico ya que “se usa un índice de ajuste anual salarial, el Ripte. Con esta dinámica de inflación debería actualizarse mínimamente cada 6 meses. Y además, debería actualizarse según inflación. Y en tercer lugar debería incluirse a los autónomos. Hay una gran inequidad y asignatura pendiente. Claro, los autónomos no tienen CGT que los represente. El autónomo es un trabajador que no cobra aguinaldo, vacaciones, indemnización por despidos, la han pasado muy mal en la pandemia. No hay motivo alguno para que los autónomos no tengan el mismo tratamiento que los asalariados en cuanto al monto de las deducciones. Un autónomo que gana $ 124.500 por mes si es soltero en el año va a pagar 210 mil. El asalariado no pagaría nada. Es obsceno”.
Aspectos negativos de la nueva ley
En tanto, Marcos Sequeira reconoce aspectos positivos (la suba del mínimo a $ 150 mil, las deducciones a jubilados, la no gravabilidad del aguinaldo por ley), pero alerta por aspectos en los que no se avanza en el debate: “Lo que tienen pendiente estos proyectos, el de Sergio Massa, el de Hugo Moyano, es el gran olvido de los trabajadores autónomos. Los autónomos, por encima de los $ 81 mil ya pagan Ganancias. No hay motivos que justifiquen la diferenciación que se hace entre asalariados y autónomos. La oposición está pidiendo que esto forme parte de la ley que se está debatiendo, no creo que pase”.
Sequeira coincide con su colega en que la actualización debería ser semestral y contemplando la evolución de la inflación.
Asimismo, Sequeira advierte por otra cuestión crítica: “El proyecto delega en el Ejecutivo nacional el establecer una escala de alícuotas que atenúe el impacto del impuesto para la franja desde los $ 150.001 a los $ 173 mil. Cómo va a resolver eso el Poder Ejecutivo no se sabe, puede ser que no lo resuelve. Hay que incluir en la ley ese tratamiento. Además, desde el punto de vista técnico y jurídico esa materia tributaria es indelegable, esa delegación que hacen al Ejecutivo es inconstitucional. No corresponde”.
Como conclusión, Litvin dispara: “Va a tener un costo fiscal, peor hay que pensar que se tiene que financiar con una rebaja en los gastos públicos superfluos, no con más impuestos. No estamos de fiesta como para gastar en banquetes, almuerzos de funcionarios y choferes. El Estado hoy tiene un gasto público que tiende a la obesidad, hay que ponerlo en régimen el Estado. Hoy nos están distrayendo con Ganancias, pero es mucho más contundente el efecto que va a producir en los consumidores y contribuyentes la suspensión del Pacto Fiscal. Volvemos a la anarquía de los impuestos locales, gobernadores e intendentes cobran a mansalva para poder seguir gastando a mansalva”.