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Miguel Díaz, héroe médico de la pandemia, se despide del Hospital Rawson

Tras cuatro décadas deja la institución en la que trabajó toda su vida. Analiza su rol frente al Covid y hasta se permite criticar algunas decisiones mezquinas de parte de la política. No duda en afirmar que la pandemia fue “el mayor desafío de su vida”.

Miguel Díaz Rawson
LA ÚLTIMA FOTO. El Dr. Díaz se despidió del Rawson. | Cedoc Perfil

Tras casi cuatro décadas de constante y dedicada labor, Miguel Díaz no volverá a transitar por los pasillos del Hospital Rawson, la institución que lo vio crecer profesionalmente.

Díaz es un genuino producto de la formación pública: estudió en el Colegio Monserrat, se recibió de médico en la Universidad Nacional de Córdoba y luego realizó su especialidad, Infectología, en el Rawson, espacio en el que desarrolló toda su carrera. Fue practicante, médico de guardia, jefe de sala, subdirector y finalmente director de la emblemática institución ubicada en la Bajada Pucará.

A lo largo de esos 40 años debió enfrentarse con diversos desafíos profesionales, pero su carrera quedará marcado a fuego en él, y también en la gente que lo trató, por su labor durante la pandemia de Covid-19, dirigiendo el hospital de referencia más importante de la provincia, por el cual pasaron miles de personas en búsqueda de tratamiento para una enfermedad hasta ese momento prácticamente desconocida.

Además de su rol como director del Rawson, Díaz fue asesor del Ministerio de Salud y participó en diversas investigaciones científicas en torno a la enfermedad producida por el coronavirus. Por su valiosa labor en esta etapa tan difícil de la humanidad, fue galardonado en la edición 2022 de los premios PERFIL CÓRDOBA.

Desde la comodidad de su hogar y a horas de haber dejado su labor en el hospital, Díaz se muestra reflexivo y reconoce que son días en los que atraviesa “una serie de emociones encontradas” entre las que predominan la nostalgia y también la satisfacción por lo hecho en ese tiempo.

“Dejo mi lugar principalmente porque estoy en condiciones de jubilarme. Es una etapa cumplida en mi vida. Soy de los que creen que hay que darle espacio a la gente joven. En estas funciones hay que cumplir los tiempos de la ley, eternizarse en un lugar simplemente por el hecho de estar no es correcto. La gente joven tiene que asumir las responsabilidades. Me voy satisfecho con mi labor y seguramente extrañaré el día a día”, indicó.

Premios Perfil Miguel Díaz

–¿Qué significó la pandemia de Covid en su vida profesional?
–Desde el punto de vista médico fue el mayor desafío, fuimos parte de la conducción de la Salud en Córdoba, asumiendo rol de asesor del ministerio, trabajando en la primera etapa del COE y conduciendo el hospital de referencia. Fue el mayor desafío de mi vida profesional, asumir la responsabilidad en un centro que, aunque en un principio no fue señalado como institución de referencia, terminó siéndolo porque la gente lo adoptó así. Fue muy importante cuidar a la gente para que estuvieran lo mejor posible. No fue fácil llevar adelante esta tarea, ni abrir un hospital modular contiguo con tantas camas como el que diseñamos. Pero hubo otros momentos previos duros. En diciembre de 2019 llegó un brote de sarampión, fue un desafío importante; luego atravesamos el mayor brote de dengue en la historia y no habíamos salido de esa situación cuando apareció la pandemia de Covid. Lo asumí con la responsabilidad que el cargo requería. Estuve de lunes a lunes en el hospital, pasé muy pocas horas en mi casa, hubo momentos de mucho cansancio; dejé el consultorio por supuesto, era una obligación, lo que se requería en ese momento.

–La pandemia y el trabajo en el Rawson dejaron imágenes duras en sus retinas. ¿Es difícil convivir con los recuerdos de ese momento?
–En la pandemia fue parte del ejercicio médico dejar en el pasado algunas cosas para seguir adelante. Me tocó asistir la pandemia de VIH, en ese momento era muy joven. Cuando se asistió al primer paciente de VIH, en aquel momento, 1985, ya en 1986 era médico y al principio no había tratamiento. Las personas se morían rápidamente, no duraban más de 6 meses, y fue un impacto muy grande para un médico joven. Tuve que aprender a sobreponerme. No hay un libro que ayude en el tema de la contención. La pandemia de Covid tuvo sus particularidades

–¿Cómo cuáles?

–Principalmente la muerte de gran cantidad de personas, el cansancio extremo de quienes asistían a los pacientes, el diálogo con los familiares y todo el impacto que se generaba en lo económico y lo social con cada decisión que se tomaba. También hubo un aspecto que destaco mucho y que me llevo de todo esto, que es la satisfacción de haber conformado un gran grupo de trabajo tanto en el hospital, como con la gente del Ministerio de Salud, se trabajó de manera muy unida, con mucho profesionalismo, dedicación. Eso me llena de orgullo.

Miguel Díaz Rawson 2

–Se habló mucho respecto a que la pandemia nos iba a sacar mejores, ¿considera que finalmente eso ocurrió?
–Humildemente, creo que no. En el hospital teníamos diferencias políticas, religiosas, de origen, de equipo de fútbol, de la que te imagines, pero teníamos un objetivo común, fuimos por ese objetivo y olvidamos todo lo otro. Muchos de los dirigentes y la clase política no hicieron lo mismo. Asistimos a carancheo, mezquindad. Éramos héroes y a los dos meses éramos villanos. La sociedad no cambió y si miramos hacia afuera del mundo, todo empeoró: vemos guerra, misiles que cuestan como miles de vacunas.