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CóRDOBA
EVE FLORES, CAMARISTA PENAL

“No es posible que no se contemple la inclusión de una mujer en la Corte Suprema”

La magistrada cordobesa integra la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina (Amja), que presentó formalmente una observación a las postulaciones de dos hombres para cubrir las vacantes.

Eve Flores
EVE FLORES. La camarista penal explicó las razones por las cuales se objetaron las postulaciones de Lijo y García Mansilla para la Corte Suprema de Justicia de la Nación. | Cedoc Perfil

“En 161 años de existencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación hubo tan sólo tres mujeres”, advirtió Eve Flores, vocal de la Cámara del Crimen de Villa María y una de las socias más activas de la Asociación de Mujeres Jueces de la Argentina (Amja).

En una entrevista en el programa ‘Con el diario del lunes’, explicó las razones por las cuales la organización presentó formalmente una observación a las postulaciones de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla. “El objetivo, lo que se pretende, es lograr la igualdad de hombres, mujeres y también de disidencias; para llegar a la igualdad real y no sólo formal hace falta tener voz en ámbitos donde se toman las decisiones”, subrayó.

Flores recordó que, en sus 161 años de existencia, la Corte Suprema tuvo sólo tres mujeres como ministras. El resto fueron todos hombres. “Son cargos casi vitalicios, quienes se designen ahora estarán hasta los 75 años y recién ahí se hablará de una renovación; deben pasar más o menos 20 años para volver a hablar de este tema”, analizó.

Al ser consultada sobre las razones por las cuales no se piensa en las mujeres para integrar el máximo cuerpo judicial del país, consideró que puede “responder a los estereotipos. Se ve como natural que se propongan hombres”.

La magistrada consideró que hay un andamiaje legal, constitucional y convencional que se basa en los derechos humanos que deben ser siempre “progresivos, no regresivos”. A pesar de ello, ni siquiera se pensó en postular a una mujer. “Por eso se hizo la observación, que cuenta con más de 3.700 adhesiones”, recalcó.

El aporte de las juezas. Respecto al aporte que significaron las presencias de Argibay y Highton de Nolasco, Flores recordó que uno de los fallos más importantes fue el que admitió por primera vez que el aborto no constituía delito y, aún más, que debía ser solventado por el Estado. “Fue un adelanto” y quien sostuvo esa posición fue Argibay. Ella también creó la Oficina de la Mujer.

Higton de Nolasco, por su parte, generó la Oficina de Violencia Doméstica “que se replicó en todas las provincias; relevan y prestan atención a esa problemática particular”, recordó.

Sin mujeres esto no hubiera sido posible, advirtió y recordó que, en su larga trayectoria, cuando ella ingresó a trabajar a la Justicia, cuando un hombre asesinaba a una mujer “se hablaba de crimen pasional”. “La importancia del término femicidio radica en que nombra a un fenómeno particular, que tiene origen en la violencia de género. Es una creación cultural, por eso hay que trabajar. Se fue ganando terreno en todos estos años”.

Por último, rechazó que se les atribuya ideología de género. “No existe para nosotros –enfatizó–, lo que existe es una perspectiva, una lente con la que se advierte que históricamente hubo prejuicios, estereotipos y se relegaron las mujeres a las áreas privadas”.

“Los estudiantes de Derecho de mi generación estudiaron un derecho andrógino. Se hablaba del hombre, no del ser humano o la persona. El cambio se logró con el cambio de perspectiva”, finalizó. Reunión.

En Córdoba, la delegada de Amja, María Esther Cafure de Battistelli, entrevistó a los tres senadores nacionales por Córdoba, Luis Juez, Carmen Álvarez Rivero y Alejandra Vigo. “Todos han manifestado su apoyo, principalmente las dos mujeres”, indicó Flores.

“NO ES ALGO COYUNTURAL”

La exletrada de Carmen Argibay, Flora Acselrad, en diálogo con Somos Télam, aseguró que la escasa presencia de mujeres en los 161 años de historia de la Corte “deja en claro que no se trata de una cuestión coyuntural”. “No es algo sólo de las preferencias de este nuevo Presidente, sino que se trata de una cuestión más compleja, estructural, que requiere una reflexión más profunda. Se trata de la persistencia de los prejuicios y estereotipos en torno a las condiciones para acceder a esa instancia, donde las cualidades en torno a lo culturalmente asignado a lo masculino y su jerarquía, tienen preeminencia a la hora de pensar en la elección del candidato”, subrayó Acselrad.

La exfuncionaria judicial, autora del proyecto que devino en la Ley Micaela, afirmó también que “por eso una Corte sólo de varones, no solo deja afuera la diversidad y la experiencia diferencial que pueden aportar las mujeres, sino que reproduce los estereotipos que nuestro país, está obligado a erradicar”. En este contexto, las candidaturas formalizadas por el Ejecutivo “implican un gran retroceso en el cumplimiento de las obligaciones internacionales suscriptas por Argentina”.

TRES MUJERES EN 161 AÑOS

Entre los 111 juristas que formaron parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en sus 161 años de historia, sólo tres fueron mujeres. La Corte comenzó a funcionar en 1863 y su primera integrante mujer fue Margarita Argúas, una doctora en jurisprudencia y docente que fue designada en 1970 por el presidente de facto Roberto Levingston.

Sin embargo, Argúas renunció en 1973 y habría que esperar 30 años para que se produjera un nuevo ingreso femenino que, por decisión del entonces presidente Néstor Kirchner, fue por partida doble.

Tras el juicio político a dos integrantes de la Corte menemista y la renuncia de otros tres para evitar ese proceso, el santacruceño propuso a Carmen Argibay y Elena Highton de Nolasco para ocupar dos de los puestos vacantes. Esta cuota de equidad que se había asegurado en la Corte durante una década sufrió un retroceso en 2014 con el fallecimiento de Argibay y siete años después, con la renuncia de Highton.

Desde 2021, la Corte volvió a ser integrada de manera íntegra por magistrados hombres.