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CóRDOBA
ANDREA MARINELLI, DIRECTORA DE LA ESCUELA MANUEL BELGRANO

“No está en análisis el retorno este año a la presencialidad en las aulas”

La conectividad es la principal dificultad. La selección de contenidos prioritarios, la herramienta para la acreditación académica 2020. La colación de los alumnos de 6° año será virtual.

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ANDREA MARINELLI. “Nunca imaginé la escuela sin presencialidad”. “Pudimos virtualizarla”, afirmó la directora del Belgrano no sin señalar antes los esfuerzos que se realizaron . | Federico Rodriguez

El 2020 académico será un año íntegramente virtual. Sobre los desafíos que presentó en la práctica trasladar la currícula a clases remotas, PERFIL CÓRDOBA entrevistó a la directora de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano de la UNC, Andrea Marinelli.

A tal punto se plantea la imposibilidad de actividades presenciales que las tradicionales olimpíadas de septiembre y hasta la colación de grados de sexto año serán virtuales. Analizan la modalidad y a través de qué canal realizarla.

—¿Imaginó en su larga trayectoria docente una situación como la que estamos viviendo?

—Nunca imaginé la escuela sin presencialidad. Hemos tenido que redefinir todas las acciones. La cuarentena nos obligó a posicionarnos en un plano ajeno al habitual, extraño para profesionales docentes acostumbrados a comunicarse con la sensibilidad de sus estudiantes, a través del contacto genuino y del encuentro.

—Habiendo transcurrido cinco meses desde el aislamiento preventivo, ¿qué evaluación hace sobre lo que se hizo hasta ahora?

—El balance es sumamente satisfactorio. La virtualidad nos era desconocida. Los actores de nuestra comunidad educativa nos capacitamos en tiempo récord y pudimos hacerlo debido a la infraestructura con la que contamos como escuela preuniversitaria y el respaldo de la UNC. Desde el primer momento, con el equipo de gestión pusimos todos los recursos al servicio de una virtualidad de emergencia, habilitamos la plataforma Moodle, con ayuda y aval de la Prosecretaría de Informática de la UNC. Conformamos dos equipos internos con profesores y personal de la escuela especializado en TIC. Diseñaron 800 aulas virtuales en el nivel secundario y casi 100 en el nivel pregrado. Luego comenzó el trabajo con Coordinadores Generales de Departamentos. Con sesiones virtuales sesionó el Consejo Académico, donde se debatieron las acciones sobre el traslado de nuestros procesos pedagógicos a la virtualidad y se tomaron las decisiones de manera democrática en un trabajo colaborativo de todos los equipos de las respectivas áreas. Pudimos virtualizar la escuela. Los docentes de esta escuela tienen vasta experiencia en el trabajo en equipo y este ha sido el fuerte de la labor emprendida.

—Si tuviera que poner un porcentaje de contenidos y objetivos alcanzados en relación a un año académico normal ¿Qué número le pondría?

—El concepto de normalidad no aplica en términos educativos. Cada año es singular y su desarrollo siempre está sujeto y retroalimentado por los acontecimientos de la realidad social que nos enmarca y ejerce su influencia en nuestras aulas. Es momento de reconocer esta forma de trabajar como una fortaleza. Contestando la pregunta, el 100% define un porcentaje justo a tanto trabajo y entrega docente y no docente en esta virtualidad inesperada que hemos podido afrontar en la que hemos podido anclar la experiencia de años de una forma normalizada de trabajo: la de adaptarnos a las circunstancias impuestas.

—¿Se recuperan contenidos que no se dieron?

—Por supuesto que sí, por lo ya expuesto. Los equipos de profesores han debatido la selección de contenidos prioritarios y han acordado la nueva estructuración de programas y el potencial diseño curricular para ser desarrollado el año próximo.

—¿Cuáles fueron las dificultades más importantes y las que aún persisten?

—La más importante fue la falta de conectividad y de dispositivos. El aislamiento obligatorio encontró a grupos familiares en lugares muy diversos, algunos sin acceso a Internet. Lo hemos superado con el equipo de preceptores y su seguimiento personalizado a cada estudiante a través de WhatsApp. Pusimos a disposición de estudiantes y docentes 150 netbooks. Tramitamos 100 becas de conectividad a través de las secretarías de Asuntos Estudiantiles y de Gestión de UNC. Se suma la situación de las familias en estado de vulnerabilidad económica a las que acompañamos desde el área de Trabajo Social, con la entrega de bolsones alimentarios.

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SILENCIO. Cada día por el Belgrano transitan 1.800 secundarios y 550 que cursan cinco tecnicaturas. Hoy sus aulas están vacías.

—¿El convenio colectivo docente fija límites para dictar clases virtuales? ¿Cómo actuó la escuela ante esa situación?

—El Convenio Colectivo de Trabajo brinda el marco regulatorio de la labor docente en la presencialidad. Por la pandemia se ha virtualizado esa labor. Frente a esta transformación impensada fue primordial nuestra participación en el Consejo Federal de Educación, a través de nuestro representante preuniversitario, para tomar decisiones.

—¿Se prevé o está en análisis el retorno controlado a la presencialidad en el corto o mediano plazo?

—No está en análisis al menos de nuestros próximos pasos el retorno a la presencialidad, estamos bajo la regulación del COE. Sólo podemos proyectar a largo plazo, sujetos a las condiciones que imponen las regulaciones de organismos que disponen las medidas de aislamiento y prevención. La falta de certezas es una realidad. Siempre hemos pensado en paralelo qué pasaría si volvemos con un entorno controlado, como sería. Trabajamos para cerrar este año desde la virtualidad.

PERFIL

Andrea Marinelli es profesora de Matemática y Física. Es egresada de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano. Fue elegida directora por el voto de la comunidad educativa a finales de 2018. El Belgrano alberga una escuela de nivel secundario al que asisten 1.800 alumnos y cinco carreras, tecnicaturas superiores universitarias, con 550 estudiantes.