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ASOCIACIÓN ILÍCITA

One Coin: los acusados por la falsa cripto más cerca de llegar a juicio

El juez de Control confirmó el requerimiento contra 14 personas y desestimó planteos de las defensas. El magistrado dividió las aguas entre quienes fueron víctimas de las promesas de inversión y quienes persuadieron a otros de poner dinero en el negocio, sabiendo que era un engaño.

One Coin
El juez de Control, Manuel Sebastián Ayán, confirmó la elevación a juicio de 14 personas acusadas de integrar una presunta banda para concretar una estafa piramidal a través de la supuesta cripto moneda One Coin, que nunca tomó estado público. Todos están detenidos, con prisión preventiva. Los acusados son: Gustavo Adolfo Amuchástegui (70), Ricardo Beretta (52), Mónica Gabriela Blasco (55), Daniel Cornaglia (41), Andrés Matías López (39), Ariel Eduardo Morassut (43), Edgar Nicolás Moreno (52), Manuel Vicente Peralta Guevara (61) y Eduardo Alejandro Taylor (51), como presuntos coautores de asociación ilícita. Y Nancy Graciela Díaz (62), Adolfo Rodrigo Domínguez (33), Aldo Javier Leguizamón (53) Mariana Noel López (40) y Hernán Gabriel Pizarro (50), como miembros de la misma organización. El fiscal de Delitos Complejos, Enrique Gavier, desglosó la investigación en dos partes: una por la asociación ilícita y otra por estafas. En el primer caso, en mayo pasado, consideró concluida la instrucción inicial y requirió la elevación a juicio. A esa decisión los defensores se opusieron con diversos argumentos: que creyeron que era una moneda real, que hay otras personas que acercaron clientes pero no están imputadas, que no hay una aplicación correcta de la figura de asociación ilícita, que no hay víctimas estafadas y hay quienes también dijeron haber sido ellos víctimas una acción coercitiva de la asociación. El juez Ayán fue enumerando y respondiendo cada una de esas cuestiones. Respecto a la correcta calificación expresó que “no es necesario que una organización criminal genere alarma en la sociedad para que sea considerada típica (…) con el solo hecho de que se conforme una organización destinada a cometer delitos ya se afecta el bien jurídico protegido y se la considera típica penalmente”. Explicó que “existe suficiente prueba para afirmar que la criptomoneda One Coin no es real, no contando - entre cosas- con las principales características definitorias de lo que actualmente se entiende por una criptomoneda. Sólo sería parte del ardid utilizado por los imputados para disimular una estafa piramidal”. Sobre la línea que divide a víctimas de acusados subrayó: “Es cierto que los imputados y las víctimas hicieron una tarea común, buscaron otras personas a quienes hicieron invertir en la empresa. Ahora, hay una diferencia que soslayan las defensas. Algunos lo hicieron sabiendo que la criptomoneda no existía y otros lo hicieron sin saberlo. Allí es donde está el punto clave para distinguir aquellas personas que cometieron estafas (al ofrecer algo que no existía, sabiéndolo) de aquellas que no las cometieron (ofrecían algo que no existía, sin saberlo)”. Rechazó la posibilidad de que los acusados desconocieran la situación de los búlgaros, Ruja Ignatova y Konstantine Ignatov Plamenov, mentores de One Coin a nivel internacional porque, con el sólo hecho de ingresar a Internet había quienes mencionaban que era una moneda virtual falsa y se reportaba la calidad de prófuga de la mujer y la detención, en 2019, de su hermano en Estados Unidos. Además, el juez refirió al intercambio de mensajes y conversaciones entre los imputados en las que “hasta bromeaban sobre que la supuesta criptomoneda era un fraude”. | Cedoc Perfil

El juez de Control, Manuel Sebastián Ayán, confirmó la elevación a juicio de 14 personas acusadas de integrar una presunta banda para concretar una estafa piramidal a través de la supuesta cripto moneda One Coin, que nunca tomó estado público. Todos están detenidos, con prisión preventiva.

Los acusados son: Gustavo Adolfo Amuchástegui (70), Ricardo Beretta (52), Mónica Gabriela Blasco (55), Daniel Cornaglia (41), Andrés Matías López (39), Ariel Eduardo Morassut  (43), Edgar Nicolás Moreno (52), Manuel Vicente Peralta Guevara (61) y Eduardo Alejandro Taylor (51), como presuntos coautores de asociación ilícita. Y Nancy Graciela Díaz (62), Adolfo Rodrigo Domínguez (33), Aldo Javier Leguizamón (53) Mariana Noel López (40) y Hernán Gabriel Pizarro (50), como miembros de la misma organización.

El fiscal de Delitos Complejos, Enrique Gavier, desglosó la investigación en dos partes: una por la asociación ilícita y otra por estafas. En el primer caso, en mayo pasado, consideró concluida la instrucción inicial y requirió la elevación a juicio. A esa decisión los defensores se opusieron con diversos argumentos: que creyeron que era una moneda real, que hay otras personas que acercaron clientes pero no están imputadas, que no hay una aplicación correcta de la figura de asociación ilícita, que no hay víctimas estafadas y hay quienes también dijeron haber sido ellos víctimas una acción coercitiva de la asociación.

El juez Ayán fue enumerando y respondiendo cada una de esas cuestiones.

Respecto a la correcta calificación expresó que “no es necesario que una organización criminal genere alarma en la sociedad para que sea considerada típica (…) con el solo hecho de que se conforme una organización destinada a cometer delitos ya se afecta el bien jurídico protegido y se la considera típica penalmente”.

Explicó que “existe suficiente prueba para afirmar que la criptomoneda One Coin no es real, no contando - entre cosas- con las principales características definitorias de lo que actualmente se entiende por una criptomoneda. Sólo sería parte del ardid utilizado por los imputados para disimular una estafa piramidal”.

Sobre la línea que divide a víctimas de acusados subrayó: “Es cierto que los imputados y las víctimas hicieron una tarea común, buscaron otras personas a quienes hicieron invertir en la empresa. Ahora, hay una diferencia que soslayan las defensas. Algunos lo hicieron sabiendo que la criptomoneda no existía y otros lo hicieron sin saberlo. Allí es donde está el punto clave para distinguir aquellas personas que cometieron estafas (al ofrecer algo que no existía, sabiéndolo) de aquellas que no las cometieron (ofrecían algo que no existía, sin saberlo)”.

Rechazó la posibilidad de que los acusados desconocieran la situación de los búlgaros, Ruja Ignatova y Konstantine Ignatov Plamenov, mentores de One Coin a nivel internacional porque, con el sólo hecho de ingresar a Internet había quienes mencionaban que era una moneda virtual falsa y se reportaba la calidad de prófuga de la mujer y la detención, en 2019, de su hermano en Estados Unidos.

Además, el juez refirió al intercambio de mensajes y conversaciones entre los imputados en las que “hasta bromeaban sobre que la supuesta criptomoneda era un fraude”.