La recurrencia y magnitud de los incendios forestales que afectaron a la Reserva Natural Militar de La Calera, es motivo de una denuncia penal que se presentará esta semana en la Justicia Federal. La suscribirán organizaciones en defensa del ambiente y bosque nativo, damnificados e investigadores universitarios.
Solicitará, expresamente, que se investigue si se cometió un delito medioambiental al incendiar intencionalmente el bosque nativo con el fin de reemplazarlo por una actividad agropecuaria o un desarrollo inmobiliario en zonas protegidas. El pedido de investigación no identificará a los presuntos responsables, pero sí enumerará los últimos eventos ocurridos en La Calera que afectaron la reserva natural. Están relevando incendios intencionales y otros accidentales.
El razonamiento es el siguiente: en Córdoba, mientras está pendiente la confección del mapa de ordenamiento territorial del bosque nativo (OTBN), están suspendidas las autorizaciones para la tala. Pero, siguen produciéndose año tras año los desmontes ilegales (no autorizados) y los incendios. En este sentido apuntan a la mano del hombre en el inicio del fuego por motivaciones económicas, ya que, por vía legal, no está permitido el cambio del uso de tierra de conservación de bosque nativo para una actividad agropecuaria o para desarrollos inmobiliarios.
Hasta aquí se sostiene que la mayoría de los incendios forestales son intencionales, pero solo se endilga a la negligencia o a la obsesión de algún pirómano; no se piensa un proyecto sistemático que procure desmontes para los cuales es imposible obtener permisos o autorizaciones.
A ello se le suman los datos del Poder Judicial que han demostrado exiguos resultados. Desde 2015 a la fecha sólo hubo dos condenas y se iniciaron, en promedio, cinco causas penales por año a raíz de las quemas forestales en todo el territorio provincial. Los hechos.
La demanda se basará en eventos ocurridos entre junio y agosto de este año, que afectaron en parte el predio que está bajo la tutela de programas para preservar el ecosistema del lugar.
La reserva natural militar de La Calera cubre un área de 11.377 hectáreas. Un antecedente de grandes proporciones sucedió en 2017 cuando el fuego llegó a amenazar a viviendas de barrios cerrados en La Calera. Comenzó en el cerro Mogote y terminó quemando unas 2.000 hectáreas. Este año se sucedieron focos en diferentes puntos de la misma área.
Estimaciones. En un reporte del 1 de septiembre, el Servicio Nacional de Manejo del Fuego informó que en la Provincia de Córdoba este año se quemaron 40 mil hectáreas. Entre los principales focos, figuran los cerros Pan de Azúcar y Cerro Negro. En el primer caso, la estimación es que se dañaron 7.026 hectáreas y en el segundo 22.700. En cuanto a las especies amenazadas, el mismo informe sostiene que “en las zonas quemadas disminuyen las poblaciones de mamíferos pequeños, anfibios y reptiles, debido a sus áreas de vida reducidas, escasa capacidad de huida y dificultad para encontrar nichos después de las quemas o incendios (…) Las aves también sufren impacto porque se destruyen los sitios en los que anidan o porque tienen sus perchas en los pastizales altos o juncales”.
COMO NACIO LA RESERVA DE LA CALERA
En Argentina existen nueve Reservas Naturales de la Defensa, un modelo de conservación innovador en América Latina. Estas áreas poseen gran valor porque resguardan ambientes y especies que no estaban incluidas en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
Surgieron a partir del análisis de las condiciones de tierras de jurisdicción militar y la decisión conjunta entre las Fuerzas Armadas que dependen del Ministerio de Defensa y la Administración de Parques Naturales.
La Reserva Natural de la Defensa de La Calera surgió en 2009 a instancias del Ejército y Parques Nacionales. Son 11.377 hectáreas ubicadas en la zona de transición entre el Chaco Seco y el Espinal. Abarca una porción de las Sierras Chicas y su piedemonte oriental, entre la ciudad de Córdoba, Villa Carlos Paz, el camino de las Cien Curvas y el río Suquía y la autopista Córdoba-Carlos Paz.
Se convirtió así en un espacio natural de interés para la conservación de la biodiversidad. Además, se suma al corredor verde Parque Nacional Quebrada del Condorito y la Reserva Hídrica Provincial Pampa de Achala. En su interior custodia algunas de las caleras que se utilizaron para construir la ciudad de Córdoba, vestigios indígenas y las primeras usinas hidroeléctricas del país. Por eso no solo tiene relevancia natural, sino también cultural.