Cuánto, cómo y cuándo. Esas son las preguntas clave que intentan dilucidar los responsables de las cuentas públicas tanto a nivel nacional como provincial a la hora de establecer el comportamiento de los productores agrícolas. Y es que el horizonte de una cosecha récord para la actual campaña que resuelva buena parte del ahogo fiscal, es algo cada vez más palpable. Según los economistas especializados y los analistas del mercado los siete cultivos principales (cinco estivales y dos invernales) sumarían 132 millones de toneladas, un incremento del 32% en comparación con la campaña anterior. El dato negativo viene por el lado de los precios. Para la soja por ejemplo, el cultivo más importante, hubo una retracción del 13% en los precios ubicando la tonelada en la franja de los US$ 330.
Con todo, se espera que la megacosecha genere divisas por casi US$ 34 mil millones, un 22% más que la campaña pasada. Para ponerlo en perspectiva, el valor de la producción agrícola de esta temporada es tres veces el nuevo desembolso que aprobó el FMI y que llegará en los próximos días. De ese total, el Estado verá buena parte del derrame en forma de recaudación impositiva: vía derechos de exportación ingresarían a las arcas públicas unos US$ 6.000 millones.
Inédita. “En términos históricos es una cosecha espectacular que va a tener un derrame positivo mucho más contundente que el año pasado, más allá de la decisión de la comercialización de los granos. Con semejante volumen movilizas todo. Y tenés otra confianza para las decisiones de consumo e inversión. Estás ante un hecho inédito. No hay registros de una campaña así desde que tenemos estadísticas”, destaca Juan Manuel Garzón, economista del Ieral.
Ritmo de venta. En cuanto a la decisión de comercialización de los granos Garzón marca que, en relación con el maíz hacia fines de marzo ya se habían superado los 10 millones de toneladas vendidas, cerca del 22% del total. En soja venía un poco más demorada la venta -3,5 millones, cerca del 7%-, en parte atribuible a una cosecha que empezó más tarde. En esa línea un par de factores se combinan para pensar en una comercialización rápida. Por un lado, los descalces financieros y deudas contraídas por una mala cosecha pasada en los que cayeron muchos chacareros. Por el otro, un escenario de financiamiento bancario más nocivo, con tasas que alejan a los productores de la posibilidad de tomar crédito. “Yo diría que la comercialización va a fluir, hay productores muy golpeados por la sequía de la campaña pasada, hay que tapar huecos y cancelar deudas con proveedores y bancos. Hoy refinanciarse es muy caro. Guardar la soja y buscar plata para pagar por otro lado es algo carísimo”, plantea Garzón.
Un ingrediente extra es la curva de los precios futuros. “Si los productores ven que los precios fijados para los meses que se vienen son buenos pueden demorar la venta para capturar esos mayores precios. Ahora, si ven lo contrario lo más racional es acelerar la venta. Y en el caso del maíz la curva de precios está bastante planchada. En soja hay una curva positiva, hay precios a futuro mejores a los actuales”, detalla Garzón. Con este escenario, entre junio y julio se vería un pico en el flujo de divisas que podría ser un 47% mayor al experimentado en la campaña pasada.
Impacto PASO. Desde la Bolsa de Cereales de Córdoba, el economista Gonzalo Agusto completa el análisis sobre la conducta de venta esperable de los productores: “Muchos se endeudaron, así que una parte de la producción ya está comprometida, suponemos que entre el 30% y el 40%. Algunos pueden especular con no vender mirando un posible aumento del tipo de cambio, pero también está el costo de oportunidad que implica guardar el grano hoy, porque podes tener pérdida de calidad, tenés tasas de interés muy altas y todo eso condiciona. Pienso que van a vender eso para cubrir las deudas y luego aguantar hasta agosto para ver cómo se plantea el escenario con las Paso”.
En ese sentido, para el economista el rol de la maratón de elecciones que a nivel de disputa nacional se intensificará desde agosto es crucial: “Creo que la liquidación va a estar muy definida por lo que pase en las Paso. Si crece un sector contrario a los intereses del agro, como puede ser el kirchnerismo, que aumente las retenciones, eso va a afectar el precio de tu bien. Puede jugar ese miedo para movilizar la liquidación y que el productor se pase a otro instrumento financiero, por las dudas”, señala.
