Este mes se cumple un año de la sanción de la nueva Ley de Movilidad Jubilatoria que definió un nuevo marco para calcular los incrementos de los pasivos. Así, se comenzó a considerar un valor que se compone en un 70% de la variación del IPC nacional y en un 30% de la evolución del índice de salario de trabajadores estables. Cambió también la periodicidad de los incrementos, ya que antes eran en marzo y septiembre y ahora se otorgan en marzo, junio, septiembre y diciembre. Pero con un asterisco muy grande, que se convertirá en un número palpable, sobre todo para los jubilados que perciben el haber mínimo: los aumentos se dan con un desfasaje de seis meses. En diciembre, los jubilados que perciban la mínima cobrarán $9.309,8, que sumado al aguinaldo alcanza los $13.964,7. En los meses de enero y febrero de 2019 el haber será de $9.309,8 hasta el mes de marzo, cuando recibirán un nuevo aumento igual al 11,8%.
Evolución. Para definir cómo impactó el nuevo esquema de actualización de los haberes, el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) analizó el poder de compra de los haberes que convivieron con una fuerte inflación. Y en un reciente trabajo destacó que solo en el primer trimestre del 2018 el haber jubilatorio mínimo logró posicionarse en mejor situación que en 2017. En los meses restantes, el haber jubilatorio mínimo no logró perforar la variación de los precios y fue perdiendo capacidad de compra. En el segundo semestre del 2018 se observa una fuerte contracción del poder adquisitivo en relación al año pasado. En junio de este año el jubilado pudo adquirir el 98% de la misma canasta que accedía con el haber mínimo en junio de 2017.
“En noviembre de 2018 las jubilaciones alcanzaron el piso de caída real. En diciembre se estima que solo podrá acceder al 87% de los bienes que consumía en el mismo mes del año pasado”, marca el trabajo. Sobre la dinámica del cálculo que cumple un año, el economista Nadin Argañaraz explicó: “La esencia de la movilidad es que ajusta con inflación y salarios de seis meses hacia atrás. En la medida que haya inflación descendente, irá aumentando el poder adquisitivo porque se van actualizando con inflación vieja, que es más alta y uno va gastando con inflación nueva, que es más baja. Como este año tuvimos salto inflacionario, el haber se actualizó con inflación pasada y uno gastó con inflación nueva más alta”.
Un sueldo perdido. Si se quisiera cuantificar el monto necesario para compensar por única vez la capacidad de pago de los jubilados, el mismo debería ascender a $9.649,5 si el jubilado percibió el bono de $375 y $9.131,5 si el beneficiario recibió el bono de $750, es decir prácticamente el haber mínimo actualizado del mes de diciembre ($9.309,8). “Se requeriría un mes extra para compensar la pérdida en el poder de compra sufrida por los beneficiarios a lo largo de 2018 y posicionarse en igual situación que el año pasado”, destacan en Iaraf.
Escenario 2019. Finalmente, el trabajo plantea tres escenarios de inflación de 2019 para proyectar la evolución del poder adquisitivo de los haberes. Con inflación del 23% el poder de compra en diciembre de 2019 se asemejaría a la de diciembre de 2017 y reflejaría un incremento en torno al 12% en relación con la capacidad de compra de diciembre de 2018. Con inflación del 27%, el beneficiario podría acceder al 96% de los bienes que consumía en diciembre de 2017 y experimentaría una mejora con respecto a diciembre de 2018 del 10%. Con una inflación interanual del 30% en diciembre de 2019, el haber real mínimo permitiría acceder al 95% de lo que se consumía en diciembre de 2017 y podría a umentar un 9% su consumo en relación con diciembre de 2018. Si hay recuperación el año viene será mínima. Habrá un primer semestre negativo y luego en junio se puede empezar a revertir eso, pero hay que ver si se puede compensar lo perdido. Recién en 2020 puede haber una recuperación del poder adquisitivo, como el que se tenía en el 2017”, apuntó Argarañaz.
Menos bienes. Para dimensionar la reducción del poder adquisitivo, desde el Iaraf contrastaron los aumentos alcanzados con la canasta básica y con algunos productos. Así, el haber medido en términos del precio promedio ponderado de una canasta básica, sufrió una caída en su poder de compra en el comparativo entre 2018 y 2017 para el período enero-octubre equivalente al 4,9% y 4,4% (dependiendo el bono). Las estimaciones para lo que resta del año arrojan que la capacidad de pago de los jubilados caería entre un 7% y un 6,6% (dependiendo el bono percibido) en relación con el poder adquisitivo de 2017. Los beneficiarios podrían acceder al 93% de los bienes que consumieron en 2017.