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MACRO DE MILEI

Prepagas: mala praxis del gobierno reconfigurará el sistema de salud

La liberación del gobierno permitió que la suba que aplicaron para compensar años de atraso se concentre en 3 meses, en contexto de alta inflación y dispersión de precios. "Puede haber depuración del sistema y algunas clínicas no van a seguir”, anticipan analistas.

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TARIFAZO INSALUBRE. Entre diciembre y marzo de este año las prepagas subieron muy por encima del IPC. | Cedoc

El fuerte incremento en las cuotas de las empresas de medicina prepaga que se activó desde fines del año pasado cuando el gobierno desreguló la actividad y liberó precios e intervenciones está siendo un mazazo para los bolsillos de las familias.

La desregulación y descongelamiento de precios que permitió el DNU 70/2023 se tradujo en incrementos en torno al 150%, muy por encima al 51% que marcó el Indec para el primer trimestre del año. Y se suma a los fuertes incrementos en el resto de precios regulados como la energía eléctrica y el gas o a servicios públicos como el transporte.

La escalada en las tarifas de las prepagas fue tan fuerte que hasta el propio gobierno, a través del ministro de Economía Luis Caputo, salió a criticar al sector por el fuerte incremento. Se abriría así una etapa de negociaciones para evitar nuevas subas en los próximos meses, a cambio de que hacia julio o agosto los próximos incrementos acompañen los valores del IPC.

Para analistas, en el fuerte incremento de las prepagas jugaron varios factores. Primero, la necesidad de recomponer valores que venían atrasados por el congelamiento de la administración Fernández y necesitaban volver a un punto de equilibrio. Pero también jugó fuerte el factor tiempo. Los responsables de las empresas de cobertura prepaga sabían que contaban con poco tiempo para aplicar un tarifazo. En su análisis, el riesgo de que el capítulo de desregulación del mercado en el DNU corriera la misma suerte que el dedicado a la reforma laboral estaba –y sigue estando- latente.

El otro elemento que terminó de configurar un resultado que generó enojos políticos y daño al bolsillo de millones de familia lo terminó de gestar el propio gobierno nacional al plantear una desregulación a desmiento, si se considera la fuerte volatilidad que aún persiste en la macro, los altos valores de inflación aún firmes y la enorme dispersión de precios. Es una “mala praxis” que puede impactar no solo en los ingresos de las familias, sino generar un reacomodamiento en el propio sistema de salud y en los sistemas públicos y privados.

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Uno de los analistas que plantea este escenario es Jorge Colina, presidente de IDESA, con numerosos estudios sobre el sistema de salud privado.

“El problema se gesta cuando desde la pandemia se congelaron los precios. Desde diciembre de 2019 a mitad de 2021, en dos años y medio, si bien se consignaron algunos aumentos, por la inflación que hubo las pre pagas perdieron mucho. Para julio de 2021 el valor de la cuota era 30% menor al de 2019 en términos reales y eso afectó los ingresos de clínicas, sanatorios y médicos porque se trasladó todo. Luego empezaron los amparos para lograr aumentos. En 2023 volvió el fenómeno del atraso de la cuota porque la inflación se aceleró y porque Sergio Massa congeló, sin ver las consecuencias que iba a tener en el sistema. Se llega a diciembre de 2023 con un valor 40% abajo en términos reales respecto de 2019. Y ahí el gobierno de Javier Milei decidió liberar todo, de golpe. Cada pre paga hizo lo que hizo porque estaba liberado, pero en promedio de diciembre a marzo el ajuste fue del 145%, con una inflación que fue del 50% para ese período. Con estos aumentos, en abril ya están en nivel de pre pandemia”, explica Colina.

Es decir, se buscó resolver un atraso de tres años en 3 meses. Para Colina lo que tendría que haber hecho el gobierno en lugar de liberar todo en diciembre de 2023 era ir hacia una liberación en las tarifas, pero mirando 2025.

“Más despacio y con la economía estabilizada y la inflación en un escalón más bajo. Con inflación de 1% mensual en 2025 ya podés liberar. Pero las pre pagas aprovecharon esa libertad para subir lo que quisieron, aprovechando la libertad para recuperar y porque tienen miedo de que se caiga el DNU. Eso explica la velocidad con que lo hicieron, tenían miedo que se cayera el DNU. En general, las prepagas subieron un 40% en enero, pero algunas le metieron 100%, en febrero subieron 0%, y en marzo un 20% más”, repasa Colina.

-Siendo un mercado tan concentrado, ¿era correcta una desregulación tan rápida?
-Son 8 las más grandes, pero las importantes, de peso, son 3, Swiss Medical, Osde, Galeno. En realidad se puede desregular, pero sin inflación. En la década del ´90 no había estas regulaciones, pero todos sabíamos el valor de la cuota y cuando había aumentos se notaba y la gente se iba. Con inflación se pierde esa referencia. Por sostener la bandera de la libertad se mandaron esta macana.

-¿Cómo es la configuración de costos de las prepagas según sus afiliados?
-Bueno, el 90% de los asociados explican un 30% del gasto gente que no la usa; luego hay un 7% que gasta otro 30% y hay un 3% que gasta el 40% y son las coberturas por discapacidad, los medicamentos biológicos, etc. Es cierto que a las prepagas se les amplió la cobertura mucho, se les amplió la cantidad de prácticas que hace algunas décadas no tenían. Eso es cierto. Pero también es cierto que las pre pagas no administran bien.

-A partir de este descongelamiento y liberación, ¿se pueden sanear un poco las finanzas de las clínicas y sanatorios?
-De las clínicas buenas sí. Esto no elimina los coseguros y copagos. Lo que sí va a hacer es generar un cambio en el sistema, porque hoy los prestadores buenos están cobrando lo mismo que los malos, porque las prepagas les aumentaban el mismo valor a todos los prestadores por igual. Ahora las prepagas tienen libertad de precios, no hace falta que trasladen, pero van a negociar con las clínicas sobre esos precios. Las prepagas pueden pagar mejor a las clínicas buenas, pero a los prestadores y clínicas mediocres no les van a mejorar nada. Esas clínicas si quieren seguir en la cartilla de esas pre pagas van a poder estar pero con bajo precio.

-¿Y en ese caso puede haber complicaciones o cierres de esas más chicas o precarias?
-Podrían desaparecer, sí. Lo cual no es malo y la atención se concentra en grandes prestadores que tienen calidad médica. Es como si fuera una depuración. Puede no haber depuración si no hay buen control de los ministerios provinciales y hacen la vista gorda a que se contrate a las clínicas malas por bajo precio que ofrecen servicios malos. Es lo que pasa con las obras sociales sindicales que trabajan a bajo precio y con lo que se llama “garaje” y no con prestadores médicos buenos.

-Pero en términos de mercado se produce una depuración.
-Sí, porque la prepaga va a pagar mejor al que es bueno y al que comercialmente la gente busca. Los copagos van a seguir en lo ambulatorio, pero no en la internación o en las operaciones. Esto es porque se complejizó tanto la atención médica que el eslabón más barato, que es el honorario, se termina pagando de a partes entre clínica y cliente.

-¿Se va a volcar parte de la gente en el sector público? ¿se viene una desafiliación importante?
-Todas las prepagas dicen que se cayó la cápita. No sabemos cuánto, pero sí, mucha gente va a salir del sistema de prepaga. O mucha gente va a la obra social de la que sacaba aportes. El sistema público está recibiendo más gente en Córdoba. Volvemos al inicio, el problema en concreto fue que las prepagas quisieron recuperar rápidamente lo que perdieron en la pandemia y lo hicieron rápido por miedo a que se caída el DNU. Fueron 20 años de maltrato y ahora cambiaron el chip.

 


Medicina prepaga, precios y salarios formales: qué pasó en una década 
El IARAF analizó la evolución de estas variables desde 2013 a la actualidad. Para ello tomó como referencia el movimiento en un plan de prepaga de la empresa Omint.
El informe remarca que de las tres variables, respecto a enero de 2013, la que mayor incremento tuvo fue el plan de salud prepago, con un incremento del 28.105%, seguido por el IPC con un incremento del 17.866% y por el salario promedio con un aumento del 10.523%.

“El salario promedio perdió el 62% de su capacidad de compra de cobertura de salud prepaga en todo el periodo bajo análisis. Se destaca el rápido descenso experimentado entre octubre de 2023 y abril del 2024, del orden del 32%. Es decir que prácticamente la mitad de la pérdida de poder adquisitivo se daría en solamente 6 meses, de un periodo de 12 años. En el año 2013 el gasto en este plan de medicina prepaga insumía el 11% del salario formal promedio. En abril de 2024 el gasto en medicina prepaga dentro del salario tendría una incidencia del 30%”, expresa el trabajo.