“Todos se juegan una parada brava en el radicalismo. Y, de a poco, ese discurso contra Cristina (Kirchner) puede mutar para empezar a acentuar las diferencias entre los jugadores del propio partido”. La frase pertenece a un conocedor del armado y del minuto a minuto con tensión que tuvo el cierre de las listas con un radicalismo fraccionado en cuatro, con esquirlas que aún persisten y heridos que pueden ser más después de septiembre. Algunos, con secuelas irreversibles.
En un capítulo más de los varios que tuvo a lo largo del 2021 la disputa entre el tándem que integran Mario Negri y Ramón Mestre frente a Rodrigo de Loredo; con una cronología que dejó como ganadores a los dos primeros en los enfrentamientos previos: el diputado y el exintendente se quedaron con la conducción del partido y semanas después con el control del congreso partidario. Impacto que no sólo significó la derrota para el concejal capitalino, sino que también lo debilitó hacia adentro de su propio espacio, Sumar, el que había liderado con la intención de renovar la UCR y que, tras sendas derrotas y algunas decisiones que ocasionaron fricciones, terminó con ese bloque también fracturado.
Negri, por el espaldarazo nacional. En el comienzo, Negri asoma como uno de los que más pone en juego dentro de la UCR cordobesa. El diputado aguantó la embestida de varios para bajarlo de sus pretensiones de Senado –incluso algunos con los que terminó acordando en su propia lista- y ahora va por todo. Como reconoció un dirigente a PERFIL CORDOBA “si gana la Paso, se lo va a hacer saber a todos que fue el ganador. Va a ser el que demuestre como pocos su condición de vencedor”.
En otras palabras, espera con el talonario a varios. Por más que en su entorno amaguen con bajar los decibeles previos a la Primaria para guardar cartuchos de cara a noviembre. “Después hay que trabajar todos juntos. No vamos a entrar a responder”, repiten en el entorno del diputado sobre los dardos que salen del búnker Juez-De Loredo.
Si Negri gana, se encamina a tener un rol clave en el comité nacional de la UCR, le manda un mensaje a los que vienen diciendo que lo van a “jubilar”, tanto allá como acá, y se encamina para disputarle el liderazgo opositor en el Senado a Martín Lousteau, quien salió a cruzarlo en la semana.
Lousteau vendrá a acompañar en la campaña a De Loredo y quiere bloquear la proyección nacional que significaría para Negri un triunfo en septiembre y noviembre. Bloqueándolo no sólo de la chance de ser senador, sino también de ser compañero de una fórmula nacional en 2023.
En Córdoba, además Negri acomodaría el partido y se aseguraría la llave. De hecho, gane él o Juez, sumará un negrista en la Cámara baja, porque el presidente de la UCR mediterránea, Marcos Carasso, llegará a Diputados sin importar cómo termine la Paso por ser quien sigue en la lista 2019.
Mestre vs. De Loredo (y Baldassi). La relación entre los dos ya era irreconciliable y el armado así lo demostró: Mestre y De Loredo quedaron en distintas listas. Al primero, le endilgan la falta de un gesto para correrse porque los números no lo acompañan; al segundo, en el partido lo acusan de romper la chance de unidad en la noche de viernes previa al cierre. “Estaba todo listo, en algún momento tendrá que decir por qué no acordó la unidad UCR y se fue con una propuesta idéntica, pero con Juez”, razonan aún enojados varios radicales.
Este sábado, el propio De Loredo salió a afirmar que en su partido “se juegan dos alternativas: la de Negri con Mestre, o la nuestra, que estamos comprometidos con la renovación”.
De Loredo tiene más chances entrar a Diputados que el exintendente, que debe pelear por el quinto escalón de noviembre y voto a voto vs. Héctor Baldassi, el tercero de la boleta de Juez. Por eso, ambos deberán caminar la campaña más que el resto, tal vez.
Retornando a la disputa radical. Si De Loredo se alza con un triunfo, podrá volver a convocar a algunos heridos que quedaron de Sumar, aunque le será difícil en lo inmediato.
En tanto, si la victoria queda del lado de Mestre, conservará las cuatro bancas que su espacio hoy ostenta: porque saldrían de Diputados Negri y Soher El Sukaría, para entrar con él, Liliana Ruesch; que se sumaría a la continuidad de Soledad Carrizo (segunda detrás de Gustavo Santos) y de Hugo Romero (con mandato hasta 2023).
Las jefaturas de campaña. La otra disputa interesante entre las dos listas está en las jefaturas de campaña. En el caso de De Loredo se confió en el intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer; con el respaldo del legislador Orlando Arduh, conocedor de la UCR en el interior. En tanto, en la lista de Negri-Mestre, esa función tendrá un peso importante de Juan Negri y Matías Santos, los hijos de los cabezas de listas, con Brenda Austin también en el esquema.
La otra disputa, de repercusión local. Las cuatro fracciones del radicalismo las completan Dante Rossi y Javier Bee Sellares. El legislador intentó la unidad con todos los actores de la Lista 3, sin mixtura y con consenso. No hubo acuerdo y se mandó en soledad como lo hizo en las intermedias del 2017 con un buen resultado. De diálogo con todos, el futuro lo puede tener con un alto perfil para los dos años que le quedan en la Unicameral.
Lo de Bee Sellares responde a la fricción con el propio De Loredo y la ruptura de Sumar. Trabajó para que el concejal encabezara tramo al Senado y él a Diputados, pero De Loredo se fue con Juez y él se acercó a Laura Sesma. Postura crítica de ambos a los que no se desprenden de un cargo y ya piensan en otros, abrirán con fuerza la campaña en la capital cordobesa.
Todos se juegan mucho en el radicalismo en unas Paso que empezaron rápido a levantar temperatura.