Perfil
CóRDOBA
ARGENTINOS VARADOS

Repatriación y taxis aéreos, un negocio que levanta vuelo

Para los pasajeros que no pueden regresar al país, una solución es tratar de llegar lo más cerca posible y desde allí volver en vuelos privados. Asunción, Montevideo y Santiago de Chile son los aeropuertos más utilizados.

Vuelos privados
REPATRIACIÓN. Los vuelos para traer argentinos de vuelta al país, generaron una fuerte demanda de taxis aéreos. | CEDOC PERFIL

Pandemia de Covid-19; curvas de contagios; cierre de fronteras; fuertes restricciones a las aerolíneas; limitaciones a la entrada de pasajeros del exterior; autorizaciones de la administración de aviación civil (Anac) en cuentagotas, y solo tres aeropuertos operativos. En síntesis: la tormenta perfecta. Pero, como se dijo, “en toda crisis hay una oportunidad” y esa parece ser la realidad de las empresas que se dedican a los vuelos privados, taxis aéreos o chárteres, que están ‘haciendo su agosto’.

Para conocer los detalles sobre esta propuesta, PERFIL CÓRDOBA consultó al comandante Claudio Somoza, piloto con 40 años de trayectoria en la aviación comercial y que tiene una escuela de vuelo (flyone.com.ar).

“Con la cancelación de los vuelos de líneas áreas directos a Buenos Aires y otros aeropuertos del país, como Córdoba, creció mucho la demanda de los vuelos privados que son los que hacen aquellas empresas que son taxis aéreos y que cuentan con la certificación 135 de la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac), que los habilita a transportar pasajeros”, explicó.

Esa habilitación les permite traer los pasajeros que están en tránsito en los aeropuertos de Asunción, Montevideo y Santiago de Chile. “Es un mercado que ha crecido mucho en los últimos tiempos y son algunas pocas empresas a las que les está yendo bien en el país, con esta situación de pandemia”, indicó.

También aclaró que los más utilizados “son aviones del tipo Lear 35 o 60 que son a reacción, tienen mayor autonomía y vuelan a 900 km/h, o el Piper PA-31 Navajo, con dos motores a pistón con menos radio de acción, y que cuentan con seis, siete u ocho plazas. También hay algunos vuelos que los están haciendo con Metro II, que es un avión turbohélice con capacidad para 19 pasajeros y que generalmente los contratan familias”.

En cuanto a las tarifas, se cobran según el tipo de aeronave, la autonomía y el confort, pero rondan los US$ 3,6 a US$ 4,2 por kilómetro. Lo más común es que se contrate un vuelo salvo que se junten dos familias, por ejemplo, y contraten un avión por asientos, que les va a salir más económico. Distinto es el caso si viaja un solo pasajero, cuando lo que se contrata es el vuelo.

“Un vuelo desde Asunción a Buenos Aires puede estar rondando los US$ 5.000 y desde Montevideo, alrededor de US$ 3.000 / US$ 3.500. Ese es el costo del avión, pero hay que agregar los gastos de FBO, que son los servicios que se prestan en un aeropuerto, como tasas de aterrizaje, despachante de aeronaves, y que suman unos US$ 800. Eso lo paga el contratante del vuelo pero no forma parte de la tarifa”, agregó.

 

De un vuelo sanitario a taxi aéreo.

Mauro Signore, creador de la aplicación Ikonfly, una especie de bróker de vuelos privados, relató cómo comenzó el negocio: “Por una casualidad, en pandemia, cuando estaban cerrados todos los vuelos, a una amiga se le desprendió la retina y tuvo que volar de Bariloche a Buenos Aires. La obra social solo le cubría ese tramo del viaje y lo que hice fue vender los asientos que sobraban para que pudiera viajar de vuelta a Bariloche sin tener que pagar por el avión completo y viajar ella sola”.

“A partir de eso –explicó– empecé a volar un avión en pandemia con vuelos cerrados, en la ruta Bariloche - Buenos Aires; hice alrededor de 60 vuelos y me di cuenta que había una demanda no satisfecha, porque me empezaron a llamar para vuelos chárter de San Martín de los Andes y otras ciudades de la zona”.

Experto en desarrollo de software, creó una plataforma para esos fines. “Pero, en realidad, hoy no la estoy usando porque me manejo directamente por WhatsApp, con los vuelos de repatriación, que son un poquito más complicados”.

“Con Santiago de Chile se complica, porque no podemos viajar a Mendoza, sino al aeropuerto de San Fernando (Buenos Aires), y con Montevideo también porque tiene la restricción que solo se puede hacer la operación cuando el tránsito de los pasajeros es de pocas horas, es decir, si llegan los pasajeros y justo yo tengo el avión ahí, se suben al chárter y viajan a Argentina”, aclaró.

Por esas limitaciones, lo que están haciendo es mandar los pasajeros a Asunción donde, con otro operador, tienen un vuelo diario y van llenando los lugares. “Es bastante complejo, porque tiene que coincidir la llegada de los pasajeros a Asunción y que justo ‘calce’ que tenemos un avión, para que no permanezcan muchas horas ahí antes de abordar el chárter hacia Buenos Aires”, afirmó.

“Ahora estoy por traer unos pasajeros de Brasil a quienes estafaron, les cobraron el viaje y no los trajeron. En ese caso perdieron la plata, porque ya pagaron, el avión no salió, no les devolvieron el dinero y ahora tienen que pagar de nuevo para poder viajar”, relató.

–¿Cuáles son los destinos de mayor demanda?

–Ahora es todo por repatriación y los tres principales destinos son Asunción, Montevideo y Santiago de Chile. Otra ruta que es bastante solicitada es Miami, que en estos momentos no la estoy cubriendo porque el volumen de gente no lo justifica, como sí ocurre con Asunción, a donde llegan de Europa y de Norteamérica y es más fácil completar un vuelo. En Miami cuesta más llenar un avión y el precio es mucho más alto. Un viaje desde Miami –que se cobra ida y vuelta– puede salir unos US$ 72.500. En los vuelos desde Asunción o Montevideo, por ejemplo, el costo por asiento es de entre US$ 1.700 a US$ 2.000. Eso también es variable, porque puede ser una familia completa que calza justo en un vuelo con el avión completo y terminan pagando algo menos.

–Antes de la pandemia y de las restricciones, ¿los vuelos privados tenían un mercado importante?

–En Argentina hay unos 4.000 vuelos privados por año y con la pandemia ese número ha crecido en un 20/25%, pero hay un mercado que no está desarrollado y que puede crecer, sobre todo con lo que son los vuelos compartidos y empezar a trabajar más con rutas ‘calientes’ hacia distintos destinos. Por eso desarrollamos la plataforma Ikonfly para que sea más fácil para la gente y no tenga que estar comunicándose por teléfono o WhatsApp para preguntar por el precio de un avión privado.

–¿A Córdoba no pueden traer vuelos de repatriación?

–No, a Córdoba no, por dos motivos: primero que no tendríamos la demanda como para justificar los vuelos y por otro lado que los dos únicos aeropuertos autorizados para vuelos internacionales privados son los de San Fernando y Aeroparque.