"Sampaoli fracasó, pero el DT no es todo"

Armando Pérez es contundente a la hora de analizar la participación del seleccionado argentino en el Mundial de Rusia: “Hubo equivocaciones y los resultados están a la vista”. Y no le esquiva al bulto. Se hace cargo de la parte que le toca por haber sido el titular del Comité de Regularización que gobernó al fútbol argentino entre el 21 de julio de 2016 y el 29 de marzo de 2017.

“Cada uno, desde su lugar, tiene que hacer un reconocimiento, aceptar qué hizo mal y contribuir a generar las condiciones para que las cosas puedan mejorar. Si cada uno cree el dueño de la verdad, estamos mal”, afirma quien desde hace 13 años es el hombre fuerte de Belgrano, primero como gerenciador, luego como presidente y hoy como director ejecutivo. “Entre todos tenemos que buscar una salida razonable para nuestro fútbol”, dice.

“Debemos entender que no somos los dueños de la pelota. El fútbol se ha emparejado desde lo físico y en la cancha hoy son 11 contra 11 en una lucha donde el espíritu y el temperamento influyen más que otros atributos. Nadie lleva por delante a nadie, ni le gana con la camiseta. Nosotros no tenemos un seleccionado que sea solidario, y eso refleja lo que es la AFA y lo que es el país”, añade.

-¿Esa “salida razonable” que usted propone debe incluir necesariamente el alejamiento del técnico Jorge Sampaoli?

-No conozco los detalles de su vínculo con la AFA ni me consta que haya firmado por la cifra que se dice (20 millones de dólares por cinco años), pero alguien lo fue a buscar. Él siempre dijo que este no era su Mundial y que apuntaba a Qatar 2022, y a esto los dirigentes lo sabían. Más allá de eso, me parece que ha fracasado como DT. Cuando alguien pierde el control sobre lo que manda, el tema se torna problemático y cuesta mucho resurgir. Lo buscaron para que fuera el conductor del grupo, pero tuvo muchos cambios y dudas. Sus indecisiones y las presiones de adentro lo fueron llevando a un callejón sin salida, a tal punto de llegar a aceptar que los jugadores participaran del armado del equipo. Pero esto es fútbol y si hubiéramos metido un gol más quizá estaríamos hablando de otra cosa. Por eso insisto en que hay que despojarse de la pasión, o en todo caso usar ese entusiasmo para conjugar intereses y superar esta crisis.

“Mi gestión fue clara y transparente”

“Me parece que al fútbol argentino tenemos que cambiarlo entre todos”, insiste Pérez. “Yo acepté el desafío de intentarlo y para mí fue una experiencia con algunas cosas positivas y muchas otras negativas. Mi culpa, en todo caso, es que no tendría que haber aceptado el cargo. O tendría que haberlo hecho con otras reglas de juego”, dice sobre su gestión de ocho meses. “Asumí con la intención de recuperar a la AFA, ya que debía 3 mil millones y no tenía ni para comprar agua mineral, y de administrarla con criterio. Y terminamos no debiendo un peso”, añade. “Mucho cariño no me tienen los clubes, o sus dirigentes, pero tenía una obligación y puse gente a controlarlos. Se debían 450 millones de pesos a la Afip y pagamos todo. Mi gestión fue clara y transparente. Más allá de lo que digan, está documentado”, afirma.

-¿Faltó apoyo de los clubes y también del Gobierno?

-Así es. La verdad es que tendría que haberme ido a los 10 ó 15 días, pero elegí respetar la institucionalidad. Está claro que el objetivo era acomodar la transición para llegar a las elecciones, y que (Claudio) Tapia trabajó con la designación puesta. El apoyo de los clubes del ascenso metropolitano, en el marco del estatuto, fue definitorio.

-¿Por qué eligió a Edgardo Bauza como DT de la selección después de la renuncia de Gerardo Martino?

-Aquella vez hablé con Simeone y él se opuso a trabajar con un grupo ya formado. Bielsa y Pochettino opinaron exactamente lo mismo y para traer a Sampaoli había que pagarle 6 millones de dólares al Sevilla, y eso era una locura. El único que aceptó las reglas de juego, que entendió la situación y que tuvo la predisposición fue Bauza. Después decidieron echarlo y, no sé cómo, apareció la plata.

-¿Qué opina del recibimiento que un grupo de dirigentes del fútbol argentino le hizo a “Chiqui” Tapia de regreso del Mundial?

-Es difícil hacer una lectura de ese episodio. La verdad es que no sé cuál fue el sentido. Me parece que fue político, más que todo, porque la realidad indica que el Mundial fue un fracaso. Perdimos en todo: se eligió mal, se operó peor, dejamos plantado al Papa, no jugamos el amistoso en Israel y entrenamos en Barcelona… Todo eso supongo que tendrá una explicación, pero a la luz de los resultados está claro que se falló. Quizá sea todo político, y si es así estamos mal. Mientras más se acerque la política al fútbol, más problemas vamos a tener.

-Tocamos fondo, ¿hay salida?

-Tocamos fondo en tantas cosas… Creo que ya ni siquiera sabemos dónde está el fondo. Salida siempre existe, pero tenemos que aceptar las equivocaciones y ser realistas. No se trata de tirar todo lo anterior y empezar a probar. Así como hay que administrar el país para 40 millones, la AFA no debe fijarse en Primera o Ascenso, o en Interior y Buenos Aires. Hay un gran trabajo por hacer y debemos hacerlo dejando de lado todo interés personal. Si no, estamos embromados.

Belgrano: la urgencia de sumar y la mano de Bragarnik

Engrosar el promedio es la premisa con la que Belgrano arrancará la Superliga en agosto próximo. “Estamos tratando de aggiornarnos y de incorporar lo mejor que podamos. Después se podrá ganar, empatar o perder. Lo importante es que la institución está fuerte y que tenemos los elementos para seguir creciendo”, dice Pérez. “El fútbol no es la muerte, aunque hoy el juego está mezclado con muchas situaciones, sobre todo con el dinero. Ahí es donde hay que tener cuidado, porque sí te equivocás puede ser problemático”, sostiene el director ejecutivo de la “B”.

Sobre la incidencia que el empresario Cristian Bragarnik ha tenido en los últimos tiempos en la contratación de técnicos y futbolistas, Pérez señala: “Bragarnik es un hombre que tiene un conocimiento muy amplio del fútbol. Un representante con mucho trabajo, experiencia y posibilidades”. “Muchas veces los clubes no tienen la chance de traer algunos jugadores, hay que aceptar esa realidad, y él los ofrece. Me parece razonable ese tipo de relación. No hay secretos. En el fútbol se van conjugando oportunidades y esta persona entendió el negocio”, afirma el dirigente.