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Mercado laboral

Según especialistas, no está claro cuánto durará el proceso de deterioro del empleo

El abogado laboralista Julián de Diego cree que no hay fundamentos económicos para que haya un repunte de la actividad. Ieral ve pobreza actual por encima del índice del 30%.

09-09-18empleo
PRECARIZACION LABORAL. Especialistas creen que vamos a una crisis, con peores indicadores. | Cedoc

¿Cómo se traducirá la crisis actual en el mercado laboral? ¿Qué escenarios esperar en términos de pérdida de puestos, informalidad y conflictividad? ¿Qué redes puede tender el Estado en medio de una carrera paralela por reducir el déficit fiscal? En el marco del Congreso de Recursos Humanos organizado por la Universidad Blas Pascal, PERFIL CORDOBA dialogó con el abogado laboralista Julián de Diego quien advirtió que el escenario es muy grave para el empleo y criticó al Gobierno por no aplicar medidas reparadoras como los subsidios al salario para contener despidos.

Desde el Ieral, de la Fundación Mediterránea, en tanto, ven un escenario de desocupación de dos dígitos, empleo en negro al 38% y pobreza por encima del 30%. “Vamos a una crisis de empleo importante. La situación es muy seria, y lo que recomiendo es que se trate de mantener a las personas de calidad que son el capital más valioso que tienen las empresas. Echar mano a despedir personas y ajustar la dotación en virtud de la crisis no es recomendable. Es preferible sentarse a negociar y ver qué beneficios se suspenden temporariamente hasta que pase”, dice De Diego.

En la misma línea, remarca que asumir el costo de un despido, en un momento en que no hay venta y la cadena de pagos se está rompiendo, es muy difícil. Además, señala que el Ministerio de Trabajo debería reactivar el Repro (programa de subsidios a empresas en crisis por el que el Estado abonaba parte del salario de los trabajadores bajo compromiso de no incurrir en despidos). “Hoy no hay Repro en el Ministerio de Trabajo, no hay plata. El Gobierno tiene que poner plata, esas son cosas que hay que activar en este contexto”, enfatiza el abogado.

Expectativa y realidad. Uno de los principales interrogantes es cuanto tiempo se extenderá la crisis y cuando comenzaría a verse la curva de recuperación de la actividad y, con ella, el inicio de un nuevo proceso de creación de empleo. Contra el discurso de funcionarios nacionales, De Diego cree que ese punto no está muy claro: “Lo que no veo es que haya relaciones de causalidad entre los hechos y el futurismo que hacen algunos de que todas las cosas van a mejorar rápidamente. Dietrich dice que se van a crear miles de puestos de trabajo en breve, y hoy lo que pasa es que se están cayendo de a miles. Tienen que darse algunos condimentos para la creación de trabajo. Hoy, con el costo laboral y la presión fiscal que tenemos, con la inestabilidad política y cambiaria, ¿quién va a invertir en Argentina? Nadie”.

Cierres. Ante la pregunta sobre dónde se va a concentrar la pérdida laboral, De Diego concluye que en las pymes. “Las pymes no pueden analizar tanto, cierran las cortinas porque no tienen recursos. Ahí vamos a tener despidos muy importantes, son muchas empresas cerrando. En Buenos Aires, entre uno y dos restaurantes por día, que tienen como mínimo cuatro o cinco empleados. Eso va a seguir. Va a quedar mucha gente en la calle porque en algunas ramas el nivel de actividad es cero. No es un escenario como el de 2001, porque el país estaba en quiebra, pero es un momento de crisis dramática”, apunta.

Refugio negro. En relación con horizonte de conflictividad que puede preverse, De Diego remarca: “La conflictividad es directamente proporcional a las dificultades que tenemos, cuánto más crezcan las dificultades, mayor sea la recesión, mayor sea la inflación y más golpeado quede el salario va a quedar dañada mucha gente”. Y pone en análisis a la precarización, como salida. “El refugio natural de las pymes en épocas dramáticas como esta es el trabajo en negro. Se dejan de pagar impuestos y aparecen los pagos en sobres. La precarización es automática”, afirma.

Cambio de signo. Gerardo García Oro, economista especializado en mercado laboral del Ieral advierte que, en los últimos dos meses, sectores como la construcción o el comercio que sostenían la creación de empleo entraron en terreno negativo. “Junto a estos sectores, otro que la sigue pasando mal es el de la industria manufacturera, un sector que viene cayendo en términos de empleo formal desde el 2011. Tuvo caídas del 3%, 2%, 1,5% anuales. En junio cayó 0,5%, pero todavía con un dólar de $19, $20. Ahí tenemos un proceso de achicamiento por goteo del empleo en el sector manufacturero. Es un sector que depende mucho del tipo de cambio”, analiza García Oro. En la industria automotriz, por caso, la complicación extra es el impacto de la devaluación que se verifica en los precios de los autos, y que desalentará la demanda: “Ahí hubo traspaso rápido a precios del orden del 20%. Además, la modificación en los ingresos de la familia puede resentir el pago de los planes de ahorro para acceder a los autos”.

Pobreza y desempleo. Para el economista, en las próximas semanas se deteriorarán los indicadores. A mediados de septiembre se informaría que la pobreza del primer semestre de 2018 sería del 30,5%, unos cinco puntos porcentuales más que la medición anterior, y una tasa de desocupación nacional por encima del 10% (en Córdoba ya es de 10,3%). “Vamos a ver una tasa de desempleo de dos dígitos, no solo por pérdida de puestos o porque se resientan sectores como la construcción, sino también porque ante ingresos que rinden menos, es probable que los dos jefes de una familia salgan a buscar trabajo. También prevemos un aumento de informalidad. Hoy está en torno al 33%, uno de cada tres asalariados está en la informalidad y es probable que vayamos a 38% de empleo en negro”.

Reforma que no fue 
Para de Diego, el Gobierno desperdició una buena chance de encarar una reforma laboral integral, que motorice el empleo: “La reforma laboral que se pensó era caótica, con soluciones parches. Hay que pensar en una reforma laboral armónica y contemplando las nuevas formas de trabajo. Tiene que ser atractiva para generar más empleo y más empleabilidad y no para que los sindicatos estén en pie de guerra. Por ejemplo, la polivalencia funcional o incluir algunos artículos sobre home office. Eso ni se pensó. Hay que hacer una reforma laboral integral, sin degollar derechos de los trabajadores. Este Gobierno obró con mucha improvisación y esto no es para aprendices de brujo”.