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CóRDOBA
ANÁLISIS Y PERSPECTIVA

Swift

1-11-2020-Logo Perfil
. | CEDOC PERFIL

¿Proto-ciencia ficción, sátira menipea o simple historia para niños? Lo cierto es que, con su obra, el irlandés Jonathan Swift creó un estilo tan característico que ha sido denominado ‘swiftiano’. “Los viajes de Gulliver”, publicado en 1726, es una crítica mordaz a la sociedad humana. Los temas del libro son: una visión satírica de los gobiernos europeos, las mínimas diferencias entre religiones, una indagación sobre si el hombre es inherentemente corrupto o se convierte en tal, y una visión de la controversia de “lo antiguo frente a lo moderno”.

En 1713 obtuvo el cargo de deán de la Catedral de San Patricio de Dublín; la hostilidad de la reina Ana le impidió seguir progresando hacia el obispado; no obstante, desde el púlpito y con sus escritos, su genio inmenso y deslumbrante claridad, desenmascaró la mentira y la hipocresía. Por eso, para la mayoría fue un espíritu terrible y malvado.​

Ninguna forma de gobierno es ideal: esto es una realidad que “flota” en la obra del clérigo dublinés: emulando a Aristófanes, Swift, con ingenio y perspicacia y desde la fantasía, ridiculizó a nobles, gobernantes y jueces practicando la sátira política con maestría.

Hoy. Tanto la sátira cuanto la política son necesarias debido a que en todo sistema legal y social se necesitan siempre algunas reformas, porque la política es el único medio a través del cual poder conseguirlas. De esta manera, la sátira se hace ácida y dura para mover a los políticos a llevar a cabo las reformas que la sociedad necesita.

Entre otros destaco a los hispanos Cervantes, Góngora y Quevedo, los que, inspirados en la Grecia antigua, usaron con maestría el sarcasmo como forma de queja al poder y a la sociedad en general; nombro a esos grandes para poner de manifiesto la calidad autoral que hay que tener para abordar el género. Actualmente se usa con frecuencia, pero no puedo detectar, en nuestro país, un comunicador que haga un uso permanente y exclusivo de la sátira.

Epitafio. “Aquí se halla el cuerpo de Jonathan Swift, doctor en Sagrada Teología y Deán de esta Catedral, donde la indignación feroz ya no puede lacerar su corazón. Sigue tu camino, viajero, e imita, si puedes, a este vigoroso campeón de la libertad”. Así redactó su propio epitafio Jonathan Swift, el que puede leerse en latín en su sepulcro.

Concluyo en que no abundan los satíricos políticos de tiempo completo, porque no abundan los hombres talentosos, realmente libres.