Los planes sociales han caído en un fuerte descredito y estigmatización moral, ya que los propios beneficiarios han comenzado a renegar de ellos: entendieron y sufren en cada movilización del mecanismo perverso a que los someten los gerentes del hambre y la miseria. No solo les están robando la esperanza de un trabajo digno, que con el pasar de los años el gobierno no se encarga de sustituirlos por empleo formal, sino que han ingresado a un estado de servidumbre y decadencia moral.
Los van llevando de a poco también a estándares de precarización cultural. Sin decirlo, imponen el pensamiento que el esfuerzo no es necesario; el sistema educativo ha entrado en un facilismo intencionado, solo tienen como objetivo dejar registrado en las estadísticas que no hay repitentes, pero los contenidos, como los edificios escolares, se caen a pedazos. El mérito al esfuerzo por trabajo o estudio para ellos no tienen valor y lo catalogan como vulgar meritocracia: sistema donde se llega por aristocracia y no por esfuerzo (definición del diccionario del Instituto Patria).
El kirchnerismo ha tomado nota de la decadencia de concepto “planes sociales” pero sabe que convertirlos en trabajo genuino es devolverles el derecho a su libre determinación y voto.
Para ellos es necesario que desaparezcan sin que desaparezca. ¿Juego de palabras? No, las voces de la elite kirchnerista ensayan un “nuevo encuadre” para la dádiva gubernamental. Buscan ahora mutar la denominación de plan social por Salario Básico Universal. Detrás del nombre “salario” estará escondida una vez más la indignidad de la dádiva esclavizante del Estado. Serán los nuevos trabajadores sin trabajo que cobrarán un salario básico universal por presencia en los actos y por el voto en las elecciones.
Se viene una batalla cultural donde será indispensable sostener el concepto de trabajo como sinónimo de dignidad y de autodeterminación económica y social. Como Partido Laborista argentino los vamos a poner en evidencia cada vez que traten de manipular desde la necesidad a la gente.
Desde el interior vamos a enfrentarlos, desde un Cordobazo de ideas, como en aquel 29 de mayo de 1969, donde un grupo de dirigentes gremiales y estudiantes se juraron no aceptar nunca más atropellos a la dignidad de los trabajadores y decidieron decirle basta, porque una sociedad con necesidades es un pueblo sin derechos.
Hoy, en democracia la batalla se da en el campo de las ideas, pero el espíritu de rebeldía ante la injusticia sigue más vigente que nunca.
Vamos a seguir bregando incansablemente por la creación de empleo, el que llegó a todas partes del mundo de la mano de la inteligencia artificial, los tiempos cambian y las modalidades laborales también; deberemos dar marcos jurídicos justos para hacerlo llegar y poner en marcha la reactivación laboral bajo parámetros de equidad tecnológica.
Construyamos las transformaciones en el mundo del trabajo: a la inteligencia artificial la acompañemos con la reconversión laboral, a la licuación de pasivos contingentes en las empresas la acompañemos con la indemnización por renuncia (cese laboral), a la cogestión negativa le demos justicia social con la cogestión positiva, a la RSE la reforcemos con la fuerza de la RSS (Responsabilidad Social Sindical). Al ganar lo acompañemos con el ganar.
Vamos por la Argentina productiva del empleo genuino creciendo con la economía del conocimiento, donde las reglas de juego sean tan claras para trabajadores y empresarios que los delincuentes sociales sean los que se tengan que ir y no nuestros hijos.
Todos los hombres nacen con honor, no se lo pueden quitar ni tampoco dar: solo pueden perderlo o animarse a sostenerlo con dignidad.
Secretario general Uecara del Interior
Presidente Partido Laborista de Córdoba