CORONAVIRUS
Elaborada por Pfizer y BioNtech

Cómo es ser voluntario para la vacuna del coronavirus

Gonzalo Gambetta, docente de secundaria, relata con detalle cómo vivió este proceso. Los requisitos, el momento de recibir la primera dosis, los controles. "Quiero ayudar, sentirme útil", asegura.

Gonzalo Gambetta 20200820
Gonzalo Gambetta, voluntario de la vacuna contra el coronavirus | CEDOC

Era suplente, pero al final me llamaron”. Como si se tratara de un campeonato de fútbol o de un reality show, Gonzalo Gambetta se emociona cuando relata el momento en que recibió la noticia de que había sido seleccionado como voluntario para probar la vacuna contra el coronavirus desarrollada en Alemania por BioNtech y que el laboratorio Pfizer lleva adelante la fase 3 en la Argentina. Cuenta que era lunes, y estaba viendo televisión con sus padres y su abuela, cuando recibió el llamado “de parte del estudio de Pfizer”.

Le dijeron que  al día siguiente un auto lo pasaría a buscar por su casa de Villa del Parque para llevarlo al Hospital Militar. “ Va a ser el viaje más largo que haga después de mucho tiempo”  pensó, y confiesa que no dudó ni un momento en su voluntad de participar. “Quiero estar ahí, quiero ayudar, quiero sentirme útil",  comenta con pasión este joven docente de escuela secundaria, que forma parte de las 25 mil personas que manifestaron su intención de recibir una vacuna experimental a través de la convocatoria online.

Cuando llegó al hospital, le sorprendió que fueran militares los encargados de indicarle el camino hasta el lugar donde tres personas lo esperaban para darle la bienvenida. Enseguida le pusieron una identificación con un número, le dieron una carpeta llena de papeles y una bolsa: “adentro había un termómetro, un redondel para medir el tamaño del pinchazo y un dispositivo tipo celular para usar la app del estudio donde tengo que registrar todo”. 

Gonzalo Gambetta camino al Hospital Militar

El siguiente paso consistió en la lectura del consentimiento informado, un documento fundamental que establece un marco legal para los estudios farmacológicos en seres humanos. “Me lo leyeron y yo podía hacer preguntas. Insistieron mucho en el tema de los datos, me dijeron que es algo anónimo y que yo si quiero puedo pedir la destrucción de las pruebas cuando termine todo.También,que puedo abandonar cuando yo quiera”. 

Gonzalo resalta que dentro del hospital se sintió muy cómodo en todo momento y que “en ningún momento me dejaron solo”. Tras la formalidad, una persona lo acompañó hasta el quinto piso, donde comenzaron las pruebas.

Hisopado y la primera dosis

Lo primero fue el hisopado para descartar que tuviera covid y fuera asintomático. Aunque le pareció muy rápido, comprobó que “la parte de la nariz es muy molesta”. Luego, lo guiaron hasta un sector donde había varios gabinetes y lo hicieron esperar unos minutos hasta que alguien fuera a sacarle sangre. “ Ahí pude ver que había otros voluntarios también, porque tenían la misma identificación que yo, había unas diez personas más”.

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El hisopado, la extracción de sangre y lo que contó sobre su antedecentes de salud (incluyendo, por supuesto, su condición de asmático) fue todo lo que los investigadores necesitaron saber de él antes de darle el pinchazo.

Cuando, luego de más de una hora, llegó el momento crucial, le pidieron que mirara para otro lado.  “En realidad, yo no sabía lo que me estaban dando, y tampoco lo sabe el médico, porque es un estudio a doble ciego”, afirma mientras reconoce que la aguja ni la sintió.

Se refiere al método científico que los investigadores de la firma Pfizer/BioNtech utilizan para ejecutar la fase III de las investigaciones clínicas de la vacuna . Este tipo de diseño experimental se usa para prevenir que los resultados de una investigación puedan estar influidos por el efecto placebo en los voluntarios, o por la observación sesgada en el caso de los investigadores.

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Cómo son los controles

Después de la inyección, lo que sigue para Gonzalo es hacer un registro minucioso de la temperatura corporal, del tamaño del la cicatriz en el brazo y otros parámetros clínicos.

 

Gonzalo deber realizar un registro minucioso de ciertos parámetros clínicos.

Dice que ya estableció que todos días, después de comer, le dedicará unos minutos a  completar los datos en la app. Además, recuerda que le dieron una tarjeta con un teléfono de emergencia que debe llevar consigo todo el tiempo “como el DNI”.

Según le explicaron los investigadores, el seguimiento por parte de los científicos será por los próximos dos años, pero la información que deba brindar se irá modificando. Por el momento,  ya tiene varias citas pautadas para las próximas semanas, en alguna de las cuales recibirá la segunda dosis de la vacuna.

Son 4500 las personas que finalmente fueron seleccionadas, como Gonzalo, para participar del estudio, dirigido por Fernando Polack, de la Fundación Infant. La investigación de Pfizer BioNTech busca superar la fase III de la vacuna de tipo ARNmensajero, para lo cual requiere ser testeada en  unas 30 mil personas de distintas partes del mundo.