Uno de los puntos que siempre destaca el presidente Alberto Fernández en sus conferencias para defender la cuarentena es el bajo número de decesos por coronavirus que tiene la Argentina. No obstante, en las últimas semanas hubo una aceleración de los decesos que preocupa al Gobierno y a los especialistas.
En ese marco, el nuevo informe diario del programa de comunicación conjunta establecido entre el prestigioso Instituto de Investigaciones Epidemiológicas (IIE), perteneciente a la Academia Nacional de Medicina, y Editorial Perfil analiza lo ocurrido con respecto a la evolución de los decesos en Argentina y los diferentes países del mundo, aceptando las diferentes definiciones particulares en cada uno de ellos (los que clasifican los muertos solo cuando la causa es el COVID-19 y los que agregan quienes fallecen con el virus por otra razón).
“Los fallecidos, con o por COVID-19, no son de ocultar por lo que podemos observar los diferentes comportamientos en los países donde rápidamente se superan los mil fallecidos en un corto periodo de tiempo. En 60 días de pandemia, México superó los 12 mil decesos, España los 26 mil, Brasil los 25 mil o los Estados Unidos los 67 mil”, se indica desde el IIE.
Por su parte, en los 150 días que duró por el momento la pandemia de coronavirus, Argentina tiene registrados más de cinco mil fallecidos, seguido por Canadá (nueve mil); Chile (diez mil); España (28 mil), México (53 mil), Brasil (100 mil) y EE.UU. (160 mil).
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“Si bien lo presentado muestra ser promisorio, lo que ocurre en los ultimas días en Argentina es preocupante por la aceleración en la ocurrencia de fallecimientos, lo que obliga a mejorar las acciones que lleven a la participación ciudadana a responsabilidades más activas para poder controlar la transmisión”, concluye el informe del Instituto.
El epidemiólogo Roberto Chuit, director ejecutivo del IIE, consideró que las cifras expuestas son válidas porque independientemente que en un territorio se clasifique solamente los fallecidos por COVID y no con el virus (cuya causa de muerte no tiene porque ser la enfermedad) “es muy difícil que no se registren”.
“Tal vez la cifra de los fallecidos es más certera que trabajar solo con el número de infectados, por eso cuando uno compara fallecidos en los países independientemente de cómo se clasifiquen a partir de allí se puede ver cómo se desarrolló el proceso de la pandemia”, consideró Chuit.
B.D.N. CP