A sus casi 90 años, Ilse Buddenberg se puso manos a la obra durante la cuarentena obligatoria por la pandemia del coronavirus, y decidió contribuir para ayudar con insumos básicos al sistema de salud. Desde su casa de Eldorado, Misiones, la mujer usa su máquina de coser para confeccionar barbijos y donarlos al hospital Samic de esa ciudad.
Sin embargo, no es la primera vez que colabora con hospitales con la elaboración de barbijos: años atrás, según contó su hija Ingrid al sitio Misiones Online, Ilse cosía barbijos, camisolines y guardapolvos, todos destinados al centro de salud donde trabajaba.
Enfermera recibida en el Hospital Alemán de Buenos Aires, la mujer llegó a Eldorado con veinte años, donde se casó con el médico Horst Buddenberg, ginecólogo.
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En esa ciudad trabajó como enfermera y también fue parte del sector neurálgico de las cirugías como instrumentista en el flamante Sanatorio Buddenberg, que fundó en su propia casa su marido, quien llegó a los 7 años desde Alemania junto a su familia.
Ambos se conocieron en el Hospital Alemán, cuando Horst hacía su residencia de especialización en ginecología. Se pusieron de novios el 14 de abril de 1953, Horst regresó a Eldorado en 1955, se casaron el 14 de enero de 1956, y tuvieron dos hijos.
“Ella mantiene su espíritu pionero, de trabajar hombro con hombro, con esta cultura del esfuerzo como ella lo entiende, aportando lo que ella sabe hacer. Y para nosotros es bueno que se mantenga ocupada, que se cabecita piense en lo solidario y con las prendas que pueda hacer por día”, cuenta su hija.
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Pese a su edad, Ilse es independiente y se maneja sola, incluso hasta tiene aún carnet de conducir. Frente a la pandemia, encontró en la tarea de coser barbijos un tiempo de distracción para ayudar a sus colegas como siempre estuvo acostumbrada. “Es su actitud luego de haber trabajado toda su vida, de mucho esfuerzo de su cultura del trabajo”, asegura Ingrid.
A.G.