La pandemia por el coronavirus exigió al estado argentino, y en particular al Ministerio de Desarrollo Social, a repensar una agenda que de por sí era muy compleja, producto de la deteriorada situación social en la que estaban inmersos grandes sectores de nuestro país en diciembre de 2019. El nuevo escenario nos hizo revisar nuestros planes de gestión de mediano y corto plazo, en tanto fue necesario reforzar la presencia del Estado como garante de derechos.
En ese contexto, implementamos una estrategia de acompañamiento integral en el territorio para dar respuestas integrales en medio de una emergencia sociosanitaria sin precedentes en la Argentina. Y si bien focalizamos la política social en la atención alimentaria, para contener y asistir a miles de familias, no dejamos de pensar en la reconstrucción y en la necesidad de recuperar la movilidad social ascendente.
Así el ministro Daniel Arroyo lanzó el Potenciar Trabajo, un plan de inclusión productiva y desarrollo local que vincula a las personas que poseen planes sociales con el trabajo –a quienes acompañamos con máquinas, herramientas y capacitación para fortalecer sus capacidades— y que prevé financiamiento y crédito para emprendedores, focalizando en cinco sectores productivos que por su capacidad de generar empleo resultan clave como construcción, textil, reciclado, producción de alimentos y economía del cuidado.
Este último eje resulta particularmente crucial. Queremos resignificar el cuidado como trabajo y el rol de las mujeres, porque otra realidad que puso de relieve la pandemia es que, una vez más, son ellas las que se ponen al frente de las ollas populares, las que cuidan, las que generaran organización, redes y entramado social.
Desde el gobierno nacional se creó una Mesa Interministerial de Políticas de Cuidado y creemos necesario visibilizar y reconocer este tipo de tareas que se llevan adelante en cada barrio, en cada espacio comunitario, en todo el país y, a su vez, desarticular algunos estereotipos instalados en relación a las mujeres pobres.
Nuestro lugar de responsabilidad nos convoca a promover una agenda de derechos. También generar reconocimiento por el hacer, empoderar a las mujeres, promover y fortalecer su organización social en el territorio. Asegurando además el acceso a derechos básicos, tales como la alimentación, el trabajo, la salud, la educación, todo lo vinculado con el bienestar de las familias en sectores populares y en los sectores más vulnerados.
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Esta pandemia -que es inédita, trae nuevas problemáticas y a la vez recrudece las desigualdades existentes— nos hizo repensar estrategias diferentes para mitigar daños y situaciones de vulnerabilidad en la emergencia, y nos plantea el desafío de articular la política pública, la gestión y la perspectiva de género para generar mejores condiciones para las familias. Porque somos parte de una gestión que cambió las prioridades, como señala el presidente Alberto Fernández, y que tiene como objetivo central la restitución y la promoción de derechos.
*Secretaria de Articulación de Política Social, Ministerio de Desarrollo Social.