Mientras el mundo se prepara para enfrentar una segunda ola de contagios de Covid-19, la búsqueda por la vacuna avanza a ritmo frenético. Donald Trump prometió hoy que “en semanas” su gobierno aprobará una, en Alemania adelantan que no será obligatoria y en Rusia preocupan los casos de efectos colaterales que provoca la suya, la Sputnik V.
El presidente norteamericano subrayó hoy que en Estados Unidos “tenemos muchas compañías excelentes”, que podrán desarrollar en breve la vacuna contra el coronavirus. "No lo estoy haciendo por razones políticas, quiero la vacuna rápido", dijo en una entrevista con Fox News. "Vamos a tener una vacuna en cuestión de semanas, podrían ser cuatro semanas, podrían ser ocho semanas, tenemos muchas compañías excelentes", agregó Trump.
Por su parte, el gobierno alemán adelantó hoy que aspira a alcanzar la inmunidad colectiva o “de rebaño” frente al Covid-19 merced a una vacuna prevista para mediados de 2021, pero sin imponerla a una población tradicionalmente reticente a la vacunación.
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"La vacunación será sobre la base del voluntariado", señaló el ministro de Salud, Jens Spahn, en Berlín, durante una conferencia de prensa conjunta con su colega de investigación, Anja Karliczek.
Para alcanzar la inmunidad colectiva, que corresponde a la protección inmunológica de un país ante un agente infeccioso, sería necesario vacunar a entre el 55 y el 65% de la población, añadió Spahn. "Estamos muy confiados en que el objetivo de una alta tasa de vacunación se alcanzará de manera voluntaria", insistió.
Los alemanes son, por naturaleza, escépticos respecto a la vacunación y sus opositores se manifiestan regularmente en las llamadas concentraciones "anti-corona". Esto llega a tal punto que ha surgido un debate sobre la pertinencia de imponerla en el país, que ha resistido bastante mejor la pandemia que sus vecinos europeos, en particular.
Probablemente, habrá que esperar hasta mediados de 2021 "antes de llegar a tener una vacuna y que una gran parte de la población sea vacunada", reiteró Karliczek. Una previsión que coincide con la de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El país prevé un presupuesto de unos 889 millones de dólares para promover el desarrollo de una vacuna y asegurar la capacidad de su producción.
La empresa Biontech y el laboratorio farmacéutico alemán CureVac son los más avanzados actualmente en su investigación y recibirán 445 millones y 270 millones de dólares, respectivamente. Las discusiones con una tercera empresa, IDT Biologika, aún se encuentran en curso, señaló el ministro.
La empresa que desarrolle una sustancia eficaz contra Covid-19 reservará 40 millones de dosis de la vacuna para Alemania, que también ya negoció un contrato con el grupo internacional AstraZeneca para obtener 54 millones de dosis.
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Mientras que la carrera por las vacunas está en su apogeo en todo el mundo, donde la pandemia ya ha provocado casi un millón de muertes, Spahn en cambio dijo que la velocidad no es la máxima prioridad.
"No se trata de ser el primero", destacó, sino de obtener una vacuna "segura y eficaz" tras ensayos clínicos sobre la base de varios miles de personas.
Spahn también afirmó que esta vacuna es un "proyecto europeo. Alemania, Francia e Italia, con la Comisión Europea, decidieron no proceder solo para sus propios países, sino para los 27 países europeos, para considerar también a las economías más débiles de la Unión".
Mientras Alemania avanza con prudencia en el desarrollo de la vacuna, en Rusia, que anunció semanas atrás la puesta en marcha de la suya propia, la Sputnik V, las autoridades admiten que los tests han revelado varios problemas.
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Un 14 por ciento de los voluntarios que participaron en los ensayos clínicos posteriores al registro oficial de la Sputnik V sufrieron efectos secundarios como fiebre o dolor muscular, informó el ministro de Salud ruso, Mijail Murashko.
"Fueron vacunadas más de 300 personas. Un 14 por ciento de ellos tienen quejas menores de debilidad, dolores musculares menores durante el día y alguna vez tienen fiebre", dijo Murashko en una conferencia de prensa.
El ministro subrayó que, de todos modos, este tipo de complicaciones son previsibles y "están descritas en las instrucciones". Además, reveló que tres grandes fabricantes se han unido al trabajo sobre la vacuna Sputnik V.
El 11 de agosto el Centro de Epidemiología y Microbiología Nikolái Gamaleya registró oficialmente la vacuna rusa Sputnik V, que se producirá con la cooperación del Fondo de Inversión Directa de Rusia (RFPI).
Según los desarrolladores, la vacuna rusa ha demostrado una inmunogenicidad estable y protegerá contra el nuevo coronavirus por un plazo de hasta dos años. A principios de septiembre comenzaron los ensayos posteriores al registro de la vacuna, en los que participarán unos 40.000 voluntarios, según informa la agencia de noticias rusa Sputnik.
El director del RFPI, Kiril Dimitriev, dijo que el fondo recibió solicitudes de más de 20 países para adquirir 1.000 millones de dosis de esa vacuna. Dimitriev contó que Rusia cerró acuerdos para producirla en cinco países, entre ellos Brasil, en los que las capacidades disponibles permiten obtener hasta 500 millones de dosis al año.
SF