Miles de manifestantes contrarios a portar mascarillas y a las medidas de restricciones contra el coronavirus tomaron ayer las calles en varias ciudades de Europa, mientras en Berlín se celebró la mayor manifestación que fue interrumpida por la policía por no respetarse los gestos de protección.
En Londres, un millar de manifestantes, congregados en Trafalgar Square, pidieron el “fin de la tiranía médica”.En París, 200 a 300 personas protestaron contra la obligatoriedad de la mascarilla. Otro millar de personas manifestaron en la ciudad helvética de Zurich.
En Berlín, la policía interrumpió la manifestación de unas 20.000 personas porque no se estaban respetando las reglas de seguridad exigidas por el gobierno.
Los manifestantes “incumplieron la distancia mínima (de seguridad entre personas) pese a las reiteradas demandas” de las fuerzas del orden, informó la policía, que justificó que “no hay otra posibilidad que disolver la manifestación”, que había comenzado en la mítica puerta de Brandemburgo.
Tras el anuncio de la policía, muchos manifestantes se quedaron en el lugar, sentados en el suelo en medio de la calzada, gritando “resistencia” o “somos el pueblo”, una consigna usada por la extrema derecha, mientras otros entonaban el himno nacional.
Muchos de ellos siguieron manifestando, y un grupo lanzó piedras y botellas contra las fuerzas de seguridad. Dos personas fueron detenidas.
“¡Merkel debe irse!”. “Pensadores libres”, activistas antivacunas, partidarios de la teoría de la conspiración y simpatizantes de extrema derecha se dieron cita en esta protesta, bautizada como “fiesta de la libertad y de la paz”.
Desde primera hora se habían congregado personas de todas las edades, incluidas familias con niños. “Merkel debe irse”, era uno de los gritos que brotaban a menudo de esta multitud.
Una manifestación similar reunió el 1 de agosto a unas 20.000 personas en Berlín, la mayoría cercanas a la extrema derecha. En aquel caso también fue dispersada por la policía por las mismas razones.
El ayuntamiento de la capital alemana prohibió inicialmente la manifestación de ayer por “razones de salud pública”: la imposibilidad de respetar la distancia de al menos 1,5 metros entre los manifestantes.
Pero el tribunal administrativo dio la razón a los organizadores al dictaminar que “la existencia de un peligro inmediato para la seguridad pública” no era un motivo válido, aunque puso condiciones.
Creciente malestar. Esta protesta se llevó a cabo en un contexto de creciente malestar entre la opinión pública alemana por las restricciones decretadas contra la pandemia, pese a que no han sido tan draconianas como en España o Italia, países mucho más golpeados por el Covid-19.
El promotor de la manifestación, Michael Ballweg, un empresario informático sin etiqueta política a la cabeza del movimiento “Pensadores no conformistas-711”, surgido en Stuttgart, describió el intento de prohibición como un “ataque a la Constitución”alemana que defiende el derecho de expresión.
Sus partidarios protestan contra la “dictadura” de las medidas por el nuevo coronavirus que consideran un obstáculo para su libertad. Exigen la caída del gobierno de Angela Merkel y nuevas elecciones en octubre de 2020, es decir un año antes de lo previsto.
Igual que numerosos países europeos, Alemania afronta esas últimas semanas un rebrote de la pandemia, con un promedio de 1.500 nuevos casos declarados cada día.
La pandemia del Covid-19 ha causado al menos 38.271 muertos en todo el mundo desde la aparición del virus en diciembre de 2019, según un balance de ayer a partir de fuentes oficiales.
En todo el planeta se han diagnosticado 24,8 millones de casos de infección del nuevo coronavirus.