CULTURA
Fuera De cuadro

Los sonidos del silencio

20_07_2025_cage_tudor_cedoc_g
Dupla. Cage y Tudor preparando el piano para 4.33. | cedoc

A principios de los años 50 resurgió el espíritu dadá, la vanguardia de comienzos de siglo XX que no creía en nada, “Dadá no significa nada. Si alguien lo considera inútil, si alguien no quiere perder tiempo por una palabra que no significa nada”, rezaba su primer manifiesto de 1918 escrito por Tristan Tzara. Este renacer ocurrió el 29 de agosto de 1952: el pianista David Tudor subió al escenario del Maverick Concert Hall, cerca de Woodstock, en Nueva York, se sentó al piano y, durante cuatro minutos y medio, no tocó ningún sonido. Había sido interpretada, por primera vez, 4’33’’, de John Cage.

Se suele decir que 4’ 33’’ es una pieza silenciosa; sin embargo, lo que busca esta “pieza” es provocar la escucha: es una suerte de receptor del sonido ambiente. “El silencio y la música son irreales ”, solía afirmar Cage, quien al recordar la noche del estreno de 4’ 33’’ dijo: “Mientras ocurría el primer movimiento –entonces, la obra estaba dividida en tres partes– se podía escuchar el viento correr afuera de la sala; en el segundo, las gotas de lluvia comenzaron a golpear el techo; y durante el tercero, las personas comenzaron a emitir todo tipo de sonidos interesantes mientras hablaban o salían de la sala: de hecho, a algunos oyentes no les gustó el experimento, aunque guardaron sus protestas más ruidosas para la sesión de preguntas y respuestas”.

Algunos cuentan que hasta la madre de Cage tuvo sus dudas acerca de la obra. Tiempo después, en otra presentación, le preguntó al compositor Earle Brown: “¿No pensás que John fue muy lejos esta vez?”.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite