“San Pugliese”, “Antimufa”, “Pugliese, Pugliese, Pugliese” son algunos de los apelativos con los que se recuerda al gran maestro del tango, don Osvaldo Pedro Pugliese, de cuyo fallecimiento se cumplen 25 años este 25 de julio de 2020.
El mito, según se cuenta, surgió durante un recital de Charly García. Hubo una serie de problemas técnicos que retrasaron el comienzo del espectáculo. El sonido no funcionaba bien, hasta que alguien del equipo intentó hacer una prueba con un disco de Pugliese y todo se encaminó. Charly dio su recital sin problemas.
Clásicos para recordar a Osvaldo Pugliese a 25 años de su muerte
Alguien puso a rodar la versión, se difundió el mito, se cuentan un montón de situaciones similares con otros músicos y a alguien, finalmente, se le ocurrió “crear” la “estampita” y “oración”. Y León Gieco llevó el tema a su canción “Los salieris de Charly”: “Siempre mencionamos a Pugliese”, y el mito se instaló.
Pero ¿qué hubiera pensado el propio Pugliese de este mito? Me arriesgo a decir que estaría en contra. Es que si don Osvaldo no creía en las mufas, ni era un hombre que creyera en Dios, tampoco iba a creer en la “antimufa”. Militante comunista desde la Guerra Civil Española, nada estuvo más alejado de sus ideas que el pensamiento mágico o religioso. Así, fue una de las pocas personas que pudo despedirse de Carlos Di Sarli cuando el llamado “Señor del tango” estaba muy enfermo. Es que Di Sarli cargó durante su vida con el mote de “mufa” y muchos evitaban nombrarlo, señalándolo despectivamente como “El tuerto” o “el de Bahía Blanca”. Pugliese nunca cayó en esas bajezas.
"Mis maestros son Piazzolla, Troilo, Di Sarli y Pugliese"
Eso sí, hubiera agradecido con amabilidad el apelativo y la idea de que atrajera a la buena fortuna, sobre todo, porque partía de sus colegas. Tipo educado como pocos, humilde y sencillo, hubiera aceptado la idea, pero habría marcado sus diferencias, como cuando le decían “Maestro” y él respondía “Maestro ciruela”, como si todavía fuese un chico del colegio de su barrio porteño de Villa Crespo.
Pero Pugliese es más, mucho más que el antimufa que dicen. Fue el creador de tangos inmortales como “Recuerdo”, “La yumba”, entre otras cien composiciones y más de 400 interpretaciones de tangos que llevan su sello particular. Mentor del Sindicato Argentino de Músicos y de la Casa del Tango, fue perseguido por el primer peronismo y las dictaduras de 1955 y de 1976 por su afiliación al Partido Comunista. Sin embargo, mantuvo su orquesta que fundó en 1939, hasta poco antes de morir, el 25 de julio de 1995 a los 89 años, devastado por la temprana muerte de su nieto Osvaldo y de su cantante más joven Adrián Guida.
En su homenaje, una estación de subtes de la línea B se llama “Malabia- Osvaldo Pugliese” y a pocos pasos de allí, hay un pintoresco monumento con toda su orquesta en la esquina de Corrientes y Scalabrini Ortiz, en Villa Crespo, su barrio. Más tradicional es su estatua de tamaño real tocando el piano en el Cementerio de la Chacarita. Pero el mejor homenaje es el recuerdo permanente de sus fans, que se renuevan año a año. Y de su ejemplo, un tipo intachable que supo hacerse querer por todos, y al que jamás se le conoció una macana.
