El 25 de julio de 1995 se apagó la vida del maestro Osvaldo Pugliese, pero su obra, sus interpretaciones y su ejemplo quedarán para siempre. Para recordarlo, lo mejor es su música, aquella que comenzó en su adolescencia en el barrio porteño de Villa Crespo, en los alrededores del arroyo Maldonado.
Pugliese nació el 2 de diciembre de 1905, hijo de don Adolfo y doña Aurelia. Su padre y dos de sus hermanos mayores, Vicente y Alberto, eran músicos, y el primer instrumento del joven Osvaldo fue un violín, con el que comenzó a tomar clases en el Conservatorio Odeón, pero allí descubrió el piano y encontró el instrumento que lo acompañaría para siempre.
Comenzó a tocar en el Café La Chancha, en su barrio, a los 15 años, en un trío con el bandoneonista Domingo Faillac y el violinista Alfredo Ferrito, pasó a las filas del conjunto de Paquita Bernardo, la primera mujer bandoneonista, pasó por las orquestas de Roberto Firpo y de Pedro Maffia, tocó con Elvino Vardaro, hasta que en 1939 logró formar su propia orquesta, con al que debutó el 11 de agosto en el Café El Nacional, para convertirse en uno de los pilares de la época de gloria del tango, la fantástica década del 40.
Por qué a Osvaldo Pugliese no le gustaría ser considerado un símbolo contra la mufa
Actuaciones en clubes, en cafés, grabaciones con sus cantores, el éxito de tangos como Farol, Recuerdo, Negracha, la consagración de un estilo con La Yumba, y la figura de sus cantantes Roberto Chanel y Alberto Morán. Luego pasarían por su oquesta Jorge Vidal, Jorge Maciel y Miguel Montero, entre otros. Su trabajo continuó hasta el final de su vida, con giras internacionales por Japón, Finlandia, y otros países de Europa y ya en el final de su carrera, dos actuaciones consagratorias, que fueron el broche final a una larga trayectoria artística. El 26 de diciembre de 1985 se presentó con su orquesta y sus cantores Adrián Guida y Abel Córdoba en el Teatro Colón, y tuvo como invitados especiales a los músicos que habían pasado por su formación para una versión final de La Yumba.
Unos años después, compartió escenario con Astor Piazzolla en Amsterdam el 29 de junio de 1989, casi medio siglo después de conocerse, los músicos tuvieron la oportunidad de tocar juntos, muy lejos de Buenos Aires y en un concierto que no tiene el reconocimiento que merece.
Los años minaron las fuerzas del maestro y las prematuras muertes de su nieto Osvaldo y de su cantor más joven, Adrián Guida, en los primeros años 90 fueron golpes anímicos que lo abatieron. Su enorme corazón dijo basta a pocos meses de cumplir 90 años, un 25 de julio de 1995. A su memoria se erige un monumento pintoresco en Corrientes y Scalabrini Ortiz, a pocas cuadras de la estación de subre B que lleva su nombre. También en el Cementerio de la Chacarita se erige una estatua de bronce tamaño natural, con su piano, a la que nunca le falta una flor roja. Como cuando lo encarcelaban por su inclaudicable compromiso político y su orquesta lo recordaba con una flor roja sobre el piano.
Recuerdo
La yumba
Farol
Ilusión marina
Nobleza de arrabal
El abrojito
La casita de mis viejos
Arrabal
A Evaristo Carriego
Almagro
Testamento de arrabal
La mariposa
Malandraca
Dandy
La Bordona
Canzoneta
Pasional
Cafetín
Yuyo verde
Malajunta
La rayuela
Copacabana
Cascabelito
Quiero verte una vez más
Chiqué