CULTURA
SANTORAL CATÓLICO

Santo Tomás Becket, el arzobispo que enfrentó al poder y murió por la libertad de la Iglesia

El 29 de diciembre el santoral católico recuerda a Santo Tomás Becket, arzobispo de Canterbury, asesinado en 1170 por defender la autonomía de la Iglesia frente al poder político.

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El 29 de diciembre, el santoral católico conmemora a Santo Tomás Becket, una de las figuras más emblemáticas del cristianismo medieval. Arzobispo de Canterbury y mártir, su muerte violenta dentro de una catedral lo convirtió en símbolo del conflicto entre la autoridad espiritual y el poder del Estado.

Santo Tomás Becket: conciencia, poder y martirio

Tomás Becket nació en Londres hacia 1118 y se formó en derecho y administración. Según fuentes en inglés como la Catholic Encyclopedia, fue un hombre cercano al rey Enrique II de Inglaterra y ocupó el cargo de canciller del reino, llevando una vida acorde a la corte y a los intereses del poder político.

Su nombramiento como arzobispo de Canterbury marcó un giro radical. De acuerdo con textos italianos del Santi e Beati, Becket adoptó una vida austera y asumió con firmeza la defensa de la Iglesia frente a las intromisiones del Estado, especialmente en lo referido a la jurisdicción sobre el clero.

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El conflicto con el rey se intensificó cuando Becket rechazó las llamadas Constituciones de Clarendon, que buscaban someter a la Iglesia a la autoridad real. Fuentes anglófonas señalan que esta disputa lo llevó al exilio en Francia durante varios años, desde donde continuó defendiendo la independencia eclesiástica.

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Tras una frágil reconciliación, Becket regresó a Inglaterra en 1170. Poco después, fue asesinado por cuatro caballeros que interpretaron como una orden real las palabras del rey. El crimen ocurrió dentro de la Catedral de Canterbury y causó una conmoción inmediata en toda Europa cristiana.

La muerte de Becket fue interpretada rápidamente como martirio. Milagros atribuidos a su intercesión comenzaron a multiplicarse y su tumba se convirtió en uno de los principales centros de peregrinación medievales. Fue canonizado apenas tres años después de su asesinato.

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Santo Tomás Becket es venerado como defensor de la libertad de conciencia y de la autonomía espiritual. Las oraciones dedicadas a él piden valentía para sostener principios éticos frente a presiones de poder. En textos en inglés se lo invoca como intercesor en conflictos de justicia y conciencia.

Además de Santo Tomás Becket, el 29 de diciembre el calendario recuerda a otros santos y mártires de la tradición cristiana. La fecha se inscribe dentro de la octava de Navidad, un tiempo litúrgico que une el nacimiento de Cristo con el testimonio radical de fe de quienes lo siguieron hasta las últimas consecuencias.

En la Ciudad de Buenos Aires, la memoria de Santo Tomás Becket puede evocarse en la Catedral Metropolitana, donde se reflexiona especialmente sobre el vínculo entre fe, conciencia y responsabilidad pública, valores profundamente asociados al legado de este arzobispo mártir.