Fue una oportunidad perdida. Una de esas oportunidades que dentro de un tiempo, cuando se analice en retrospectiva, va a doler aún más. Arsenal, que andaba a los tumbos hasta hace poquito, logró enderezarse justo contra uno de los equipos que, más allá de su desequilibrio entre la defensa y el ataque, transmite un mensaje. Al menos anoche, el mensaje nunca llegó a destino.
El premio que buscaba este San Lorenzo alternativo era suculento: dependiendo del resultado de Rosario Central de hoy, podía quedar en la cima de la zona 1. Por eso dolió más la derrota. Lo que estaba en juego hizo que el partido fuera más o menos previsible. San Lorenzo lo buscó, Arsenal lo esperó.
Si bien no tuvo el plus de jerarquía que le otorgan algunos titulares –el magnetismo de Cauteruccio en el área, las subidas de Más y Buffarini, o la pegada y apariciones de Belluschi, por citar a algunos–, el San Lorenzo suplente buscó el dominio de la pelota y asumió un rol protagónico.
Pudo plasmar ese predominio cuando Matos se encontró con un regalo del arquero Pellegrino, y cuando el mismo Matos pegó un cabezazo en el palo tras un lindo centro de Prósperi. O cuando Ávila le pegó de afuera para que el arquero de Arsenal se luzca. San Lorenzo era más, y la sensación en el Nuevo Gasómetro era que el gol estaba al caer en el segundo tiempo.
Pero como el fútbol es sorpresivo, ni bien empezó el complemento, una media volea de Ferreyra hizo que las especulaciones quedaran despedazadas. En la nada. Los nervios se adueñaron del cuerpo y la mente de los pibes del Ciclón, a los que les empezó a pesar cierto murmullo que salía de las tribunas. Todo empeoró –porque todo siempre puede empeorar– con el gol de Barbieri, que tuvo que tocar a la red luego de una sucesión de errores del local, agudizada por una pésima salida de Paulo Díaz, al que los hinchas ya empezaron a ver de reojo: al error de anoche se le suman los varios errores que protagonizó contra Huracán. Todo terminó así, entre las intenciones de San Lorenzo, la buena defensa de Arsenal, y la sensación de que esos tres puntos perdidos, dentro de un tiempo van a valer un poco más.