Con la inminente incorporación de Fernando Gamboa al neurálgico núcleo del cuerpo técnico del seleccionado argentino, el apartamiento de Miguel Angel Lemme y las limitaciones a los movimientos del manager Carlos Bilardo, Diego Maradona profundizó la erosión del entrenador campeón del Mundo en México 86. Mientras, el presidente de la AFA, Julio Grondona, quien asintió a estos pedidos del técnico, intenta hacer equilibrio entre Maradona y Bilardo, y el primer paso fue mantener a Lemme como una especie de auxiliar del manager, claro está, lejos del campo de juego.
Grondona sólo logró imponer su negativa a un nuevo intento de Maradona de incorporar a Oscar Ruggeri, pero la dirigencia de AFA cercana a las negociaciones no descarta que más adelante el entrenador reflote el mismo reclamo que sirva como moneda de cambio a nuevas demandas, como ocurrió en la noche del lunes en la casa que Diego tiene en el barrio El Trébol, en Ezeiza.
En ese encuentro también estuvieron Julio Grondona hijo y Dardo De Marchi, de la empresa Santa Mónica, a cargo del salario de Maradona, según confiaron fuentes seguras.
Tal cual pidió Maradona públicamente en un programa televisivo días atrás, a Bilardo lo quiere de traje y en los palcos: el "Narigón" no volvería a pisar el césped de un campo de juego ni estará en las concentraciones con el equipo en Ezeiza. En la AFA ni siquiera saben cuál será el punto de contacto entre Maradona y Bilardo, una función que hasta ahora la viene cumpliendo Grondona, que, según confiaron a DyN dirigentes cercanos al jefe afista, "trata de hacer equilibrio entre las partes y que la sangre no llegue al río".
El equilibrio del que hablan es porque el seleccionado está partido en dos. Maradona, Alejandro Mancuso y próximamente Héctor Enrique y Gamboa -asumirá en diciembre y por ahora seguirá en Chacarita-, más los preparadores físicos Fernando Signorini y Javier Vilamitjana, por un lado; y por el otro, Bilardo, cada vez más solo, y Lemme, sostenidos por Grondona, quien puso al médico en esa función.
Fue Grondona el que directamente dispuso que Lemme siga en la estructura -aunque con cambio de función- "por si se lo necesita en un futuro y no haya que traerlo de vuelta", admitió a esta agencia una fuente dirigencial.
Aún esmerilado su protagonismo, Bilardo dio muestras de que seguirá en su función, más allá de que un directivo admitió a DyN no entender cómo acepta continuar con las imposiciones de Maradona. Bilardo no es de irse así nomás de donde está. Si hasta quería quedarse como secretario de Deportes en la Provincia de Buenos Aires, más allá de haber asumido como manager del seleccionado y tuvo que ser poco menos que empujado desde La Plata, donde también tuvo a Lemme como auxiliar.
Sabedor de esa reunión entre Grondona y Maradona, Bilardo ratificó que se queda: "Tengo mi trabajo, tengo que hacer lo mío y a otra cosa". En medio de este cuadro rayano a lo fellinesco, Grondona quiere mantener a Bilardo para lo que lo llevó y que el propio Maradona admitió en su momento: por si se cae el entrenador.
Bilardo se guardó su opinión sobre los nuevos cambios que impuso Maradona y avaló Grondona, al menos hasta que vuelva de Sudáfrica, adonde viajó para acordar la contratación del Centro de Alto Rendimiento de la Universidad de Pretoria como lugar de concentración y entrenamiento del seleccionado en Sudáfrica.
"Cuando vuelvo hablamos", dijo y aseguró que su relación con Maradona está "como siempre". La situación que se vive en la Selección es tan disparatada que, como si Bilardo no bastara para acordar el búnker mundialista, Maradona mandó a Signorini, Vilamitjana y el médico Donato Villani, quienes viajarán hoy , a hacer la misma inspección a ese centro de la capital sudafricana.
Fuente: DYN