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Con la sangre mapuche de la madre

Hubiese sido un partido intrascendente. Casi como el de Argentina-México. Incluso mucho más: esos partidos que no mira nadie y que no tienen ningún interés más allá de los incondicionales que siguen a las selecciones en cuestión.

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Hubiese sido un partido intrascendente. Casi como el de Argentina-México. Incluso mucho más: esos partidos que no mira nadie y que no tienen ningún interés más allá de los incondicionales que siguen a las selecciones en cuestión. Pero la realidad y la conciencia de muchos jugadores de Chile hicieron que el martes, el amistoso contra Honduras en Temuco, tuviera más repercusión y más fuerza que casi todas las protestas que se dieron en Santiago y otras ciudades por el asesinato de Camilo Catrillanca.

¿Qué pasó? El miércoles 14, el Comando Jungla, una fuerza militarizada de Carabineros que se entrenó en Colombia, le disparó por la espalda a un joven mapuche de la comunidad Temucuicui. Al principio, el Gobierno habló de un enfrentamiento y de que Catrillanca tenía antecedentes, pero con el correr de las horas y la aparición de las evidencias que demostraban lo contrario, tuvieron que maquillar su discurso. Lo cierto es que Catrillanca era padre de una niña de 4 años, su pareja está embarazada, y ese miércoles volvía con su tractor hacia su casa cuando un disparo le ingresó por la nuca. Los carabineros que estuvieron en la escena destruyeron el registro fílmico de ese momento. La situación indignó y movilizó a todo Chile. Hubo manifestaciones y represión en la mayoría de las ciudades importantes durante varios días. Y el Gobierno de Sebastián Piñera tembló: le dio de baja a seis carabineros, renunció el intendente de esa región y el ministro del Interior, Andrés Chadwick, deberá responder una interpelación en el parlamento nacional.

Hasta ahí, todo un síntoma de época. Pero lo novedoso, o lo que trascendió las fronteras, se viralizó en redes y llamó la atención de hasta los más despolitizados fue lo que hizo la Roja. En la previa del amistoso contra Honduras, la Asociación Nacional de Fútbol Profesional prohibió hacer un minuto de silencio por Camilo. Entonces, los jugadores chilenos decidieron convocar a sus rivales, juntarse y generar un círculo de abrazos. “Fue una reflexión, un llamado a la paz y a la tranquilidad”, dijo el capitán Gary Medel.

Pero todo quedó chico en comparación a lo que hizo el lateral izquierdo Jean Beausejour, que decidió usar en la camiseta el apellido mapuche de su madre –Coliqueo– para homenajear a ese pueblo y pedir justicia por el asesinato de Catrillanca. La espalda de Beausejour, de repente, se convirtió en la postal del partido. Y todos recordaron lo que dijo hace algunos años, cuando habló de su origen haitiano, por parte de su padre, y mapuche, por parte de su madre: “Yo, sin querer esconderlo, siempre digo que tengo la fortuna de pertenecer a dos pueblos muy revolucionarios, el haitiano, que fue la primera colonia en independizarse de Francia, y el mapuche, que nunca fue conquistado por ninguna colonia extranjera”.