Independiente necesita golear para llegar con chances a la última fecha de la Sudamericana. Se supone que Deportivo La Guaira no debería ofrecer demasiadas complicaciones, pero con este Rojo nunca se sabe. El clima en el estadio Ricardo Bochini es tenso. Hay ansiedad por el fútbol y descontento por la dirigencia. Desde hace varias fechas los hinchas, principalmente los que ocupan las plateas, vienen insultando al presidente Hugo Moyano y al secretario deportivo Yoyo Maldonado. Por eso, lo que ocurra este jueves a la noche es determinante: si Independiente no llega a golear, se quedaría sin chances en la Copa y el estadio podría ser un auténtico infierno.
El primer gol llegó a los 41 minutos, por eso durante casi todo el primer tiempo el fósforo se fue acercando a la mecha. El descontento se convirtió en miedo cuando un grupo de unos cuarenta barras bravas irrumpió en la platea Erico baja para tratar de controlar a los socios insatisfechos. Otro grupo menos numeroso hizo lo mismo en la platea de enfrente. Se distribuyeron de manera estratégica, de espalda al campo de juego, con poses de patovicas y gestos amenazantes. ¿A ver quién se atreve ahora a cantar contra Hugo?
Antes de que comenzara el partido ocurrió algo inusual: una de las tres facciones en que está dividida la barra del Rojo, conocida como la de Barracas, se quedó en su sector habitual, y otra, liderada por Loquillo, se ubicó en la tribuna de enfrente, lugar donde nunca suele ir. De esta manera, los dos grupos tuvieron bajo control las dos cabeceras del estadio. Faltaban trasladar el miedo a las plateas. Y fue precisamente lo que hicieron.
Cuando terminó el partido y con el 4-0 consumado, algunos hinchas se animaron a cantarles a los barras de Loquillo “no tenés vergüenza, por la plata no se alienta”, y la respuesta llegó, por suerte, con otro cantito, uno que propone que “en las malas hay que estar”. Todo quedó ahí. Fue la única reacción de los socios a la apretada de la barra. Durante el encuentro los cantitos contra Moyano fueron más tibios que en el último partido del torneo local, hace dos semanas ante Huracán.
Estadio tomado. El intento de los violentos por censurar los cantos contra Moyano explotó ayer en las redes sociales. “No sé si tengo ganas de seguir llevando a mis hijos a la cancha”, se lamentó un usuario de Twitter. “Les importa un carajo, ellos no quieren a la gente en la cancha, no ves que no venden plateas para no socios, bloquean el sistema de venta de bonos, bloquean molinetes, todo para que no vayas a la cancha”, razonó otro. Y hasta un inesperado hincha de Racing se solidarizó: “Somos sus eternos rivales, pero en esta, los socios del rojo tienen todo el apoyo de los socios de @RacingClub. @afa esto es gravísimo, hasta cuando van a hacerse los desentendidos?”.
Independiente sigue siendo noticia por cuestiones que nada tienen que ver con la pelota. Se suspendieron las elecciones, la oposición se agarra de los pelos y todo el tiempo llegan embargos millonarios de jugadores que pasaron sin pena ni gloria, por supuesto sumado a la lamentable campaña en la Copa de la Liga. Y como si no fuera suficiente, ahora pretenden condicionar a los socios que reclaman otro destino para su club.
El equipo de Domínguez ganó 4-0 y sigue con chances en la Sudamericana. El próximo miércoles debería ganarle por dos goles de diferencia al Seará para clasificar a la próxima ronda. Pero todo queda en segundo plano cuando el club sigue a la deriva y con el estadio tomado por un ejército de matones.