En Corrientes, hoy en día, ser de Mandiyú es un problema. El conflicto es que existen dos equipos que representan (o se adjudican representar) a uno: aquél que se fundó en 1952, el que jugó en Primera durante siete años, el que tuvo a Diego Maradona como entrenador, el que volvió a descender y hasta desapareció del mapa futbolero local. Nadie quisiera tener un hijo y ponerlo ante este dilema: qué Mandiyú elegir.