Una vez más, la tristemente clásica connivencia entre dirigentes y barras bravas es motivo de bronca y quejas en el fútbol argentino. En este caso, de parte de muchos socios de Huracán, que acamparon desde anoche en torno a su estadio en procura de una entrada y se quedaron sin nada, según dicen porque el club "separó" una gran cantidad de populares de las que recibió para repartirlas entre sus hinchas más violentos.
En teoría, la institución de Parque Patricios disponía de 3500 populares y 1000 plateas para vender a sus socios. Esa era, al menos, la cantidad que Vélez le había entregado para el trascendental partido en el que el Globo y el Fortín se jugarán el título en Liniers. Sin embargo, de esas 3500 generales en realidad habrían sido puestas a la venta menos de la mitad, ya que el resto habrían ido a parar directamente a distintos sectores de la barra brava del club.
La situación es más grave aún teniendo en cuenta los cruentos incidentes que hace poco menos de 15 días protagonizaran las facciones en cuestión de la hinchada huracanense, que costaran la vida a dos personas y provocaran un insólito comunicado de uno de esos grupos, en el que sus integrantes admiten contar con privilegios para acceder a todos los partidos que juegue el "Globito".
Lo concreto es que las entradas generales y plateas destinadas a los hinchas de Huracán que se pusieron hoy a la venta en el estadio Tomás A. Ducó quedaron agotadas en poco más de dos horas, lo que generó una mezcla de bronca y decepción entre quienes se quedaron sin su boleto.
"Acá vendieron mil populares menos de las que dicen. Los dirigentes guardaron como mil entradas para dársela a la barra. Esto no puede ser. Hice la cola desde ayer a las 10 de la noche y no puede ser que se me haya quedado sin poder ver la final", protestó un hincha ante la prensa una vez concluido el expendio.
La venta de tickets comenzó a las ocho de la mañana y se desarrolló con normalidad hasta que apenas pasadas las diez un cordón policial se interpuso entre la fila y las boleterías y se produjo un amontonamiento en ese sector. Cuando se confirmó oficialmente que no había más localidades a la venta, algunas vallas cayeron por la presión de la gente.
Además de denunciar que en realidad se expendieron menos boletos de los que estaban disponibles, muchos hinchas recriminaron e insultaron a Vélez por la cantidad de lugares otorgados y hasta se vio a algunos simpatizantes llorando desconsolados por no poder conseguir su entrada y a una joven desmayada por el tumulto.
Cinco ventanillas se abrieron en el Ducó para vender las populares a un costo de 30 pesos y las plateas a 100 pesos, pero la demanda superó la oferta en un lapso llamativamente corto teniendo en cuenta que sólo se entregaba una entrada por persona con carnet en mano, y hubo mucha gente disconforme en los alrededores del estadio.
Mientras tanto, en simultáneo con la confirmación de que no había más localidades para Huracán, en los sitios de venta por Internet se ofrecían tickets para la parcialidad visitante por entre 250 y 400 pesos, con la particularidad este último aviso de que para garantizar la autenticidad del boleto ofrecían cobrarlos "una vez que el comprador esté dentro del estadio".
Perfil.com pudo averiguar que varios hinchas de Huracán se dirigieron hacia el José Amalfitani y, logrando pasar desapercibidos, compraron entradas para los sectores locales, pese a que para ello debían pasar dos "filtros" respondiendo preguntas sobre la historia del club de Liniers o acreditar de otra manera el ser simpatizantes "fortineros".
Como consuelo para los que se quedaron sin su entrada, los hinchas "quemeros" podrán adquirir, a un precio de 15 pesos a partir del domingo a las 12, su entrada para ver el partido ante Vélez en pantalla gigante en el estadio de Huracán.
Socios y no socios podrán ingresar entonces al Ducó para ver el partido, desde ambas cabeceras o la platea Alcorta, en la pantalla de Leds que se instalará en el sector que da a la platea Miravé.