La cifra se desprende de un viejo contrato, que retoma su vigencia a partir de la inminente venta del volante de 21 años: el de la venta de porcentajes de cinco jugadores del club (Fernández incluido), que River acordó a fines de agosto de 2006 con el israelí Pinhas Zahavi. Ahora, ese tercio de millón de dólares suena irrisorio, aunque desde River se insista con que se hizo un gran negocio.
La cuenta es sencilla: la venta de Augusto en esa cifra le dejaría a Zahavi 2,1 millones de euros (o 3 millones de dólares). O sea, casi un mil por ciento más de lo que el empresario pagó por él un año y medio atrás.
Aunque el gran negocio del hombre (y el pésimo de River) puede potenciarse más: hoy Zahavi intenta adquirir el 70 por ciento restante del pase del jugador –que el club le vendería para saldar una deuda que mantiene con el inversor– y así manejar él mismo la venta de Fernández a Europa.
La nueva manera de José María Aguilar de entender los negocios le abrió la puerta a los grupos inversores. La megaoperación por Gonzalo Higuaín y compañía, por ejemplo, representó la entrada al mundo riverplatense de Zahavi, que en Argentina tiene como socios a Fernando Hidalgo y Gustavo Arribas –de sus apellidos surge la sigla HAZ, nombre de su empresa.