Al final, después de varios altibajos a lo largo del año, Hindú ratificó hoy dentro del campo de juego los pronósticos que la mayoría había hecho a inicio de temporada: por tercer año consecutivo se coronó campeón de la URBA, esta vez al vencer a Newman por 22 a 10, en un partido que fue más favorable que lo que el marcador final parece expresar.
El conjunto de Don Torcuato, que obtuvo su quinto título en la historia, vivió un año desparejo en el que tuvo un inicio arrollador, pero luego, en la segunda fase, bajó mucho su rendimiento, en gran parte por la gran cantidad de lesionados que tuvo, y estuvo a punto de quedarse fuera de la etapa decisiva del torneo.
Pero, ya en las semifinales recuperó su nivel y su espíritu y, sin traicionar el estilo de juego que viene practicando desde hace más de una década, dejó en el camino al CASI y hoy arrasó a Newman jugando muy bien por momentos. Ante unos 10.500 espectadores que colmaron la cancha del CASI, Hindú justificó su éxito al llegar en el campo de juego todas las cualidades que lo han llevado a ser uno de los equipos más ganadores de los últimos quince años.
Fue inteligente, supo cuando utilizar el pie, pero no abusó de las patadas tácticas y las efectuó mucho mejor que su rival. Y cuando estuvo en una buena posición, en terreno ajeno, no tuvo miedo en desplegar el juego hacia las puntas y así llegó una ventaja parcial de 10 a 3, al cabo del primer tiempo.
Después de que Santiago Piccaluga abriera el marcador por un penal, Hindú logró dar vuelta la historia a través de dos tries. El primero capitalizando una pelota a cargar de Juan Fernández Miranda que fue mal recepcionada por los jugadores de Newman y derivó en un movimiento hacia la izquierda que terminó con Francisco Díaz Bonilla apoyando en la bandera izquierda. Y el segundo, llegó tras una gran maniobra colectiva culminada por Mariano Lorenzetti, uno de los mejores jugadores de la final.
En ese segmento, Newman se dedicó a defender. Lo único que hizo con la pelota en sus manos fue intentar poner el juego en campo rival, a través de la patada de Santiago Piccaluga y esperar un error del contrario que casi nunca se produjo. Sólo en una ocasión, el equipo bordó se acercó al ingoal adversario, pero chocó con una sólida tercera línea que frenó sus intentos.
En el segundo tiempo, Hindú liquidó el partido pronto con sendas conquistas del "Gallego" Lorenzetti y Juan Ignacio Gauthier.
Recién ahí Newman se acordó de jugar, pero ya era demasiado tarde; había quedado muy atrás en el marcador y si bien logró acortar diferencias con un try de Diego Basavilbaso no pudo ir más allá. El conjunto de Benavidez cayó dignamente y le puso fin a un año inolvidable, que también marcó la despedida de uno de sus jugadores emblemas, Manuel Contepomi, quien le puso punto final a una campaña brillante.
La fiesta fue de Hindú, que en estos dos últimos partidos del año justificó el favoritismo que le habían otorgado a inicio del mismo. Apareció en los momentos justos y con su rugby lírico festejó por tercer año consecutivo. Y está bien.