Con Emanuel David Ginóbili como abanderado, la Argentina participará de los Juegos Olímpicos de Beijing con el sueño de, por lo menos, repetir lo logrado en Atenas 2004, donde los atletas argentinos obtuvieron dos medallas de oro (fútbol y básquet) después de 52 años, y cuatro de bronce (hockey sobre césped femenino, el yachting, el tenis y la natación).
Perfil.com seguirá día a día las alternativas de estos juegos a través del especial Beijing 2008, con las noticias más importantes, los récords, las medallas, la historia de las olimpíadas, las mejores fotos y el desempeño de los 135 deportistas argentinos que desfilarán por el estadio “El Nido”, con la emoción a flor piel y con el deseo de realizar sus mejores marcas para el deporte nacional.
Pero también habrá que prepararse para vibrar con el Dream Team de los Estados Unidos que viaja a China buscando la revancha de Atenas 2004, o con lo que pueda lograr el nadador estadounidense Michael Phelps, quien viene de ganar seis oros en los últimos Juegos y va por el récord de Mark Spitz, ganador de siete preseas doradas en los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972.
Cerca de siete millones de entradas se han vendido ya para los Juegos, que se celebran del 8 al 24 de agosto. De ellas, el 40 por ciento se vendieron en China y en la última semana una entrada para la ceremonia inaugural que valía 5.000 yuan (730 dólares) se está revendiendo ahora por 210.000 yuan.
Sin embargo la fiesta olímpica también tiene su costado conflictivo. Es que las autoridades chinas todavía no saben como resolver la libertad de prensa que exigen los medios extranjeros. El miércoles 30 se prohibió a dos periodistas la entrada en un pueblo de Xinjiang, donde las autoridades destruyeron una mezquita en mayo.
Así y todo, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, se felicitaba hace dos semanas de la libertad de que disfrutaba la prensa extranjera. "Por primera vez, los medios extranjeros podrán hacer reportajes libremente, transmitirlos libremente en China. No habrá censura en internet", aseguró. Pero los periodistas chinos son siempre estrechamente controlados.
Beijing 2008 arranca con sueño grande para la Argentina y para cientos de atletas que buscarán superar sus propias marcas, batir récords ajenos y mantener bien alto el espíritu olímpico.
*Especial para Perfil.com