Son varios los “jugadores” decisivos que colaboraron para que Estela Mary Álvarez de Olivera pudiera cumplir su sueño de convertirse en una de las siete mujeres árbitro de la Argentina. Uno de los titulares de este partido es su hermano Baldomero Álvarez de Olivera, el mismísimo intendente de Avellaneda, que casualmente mantiene una fuerte amistad con Julio Grondona, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Tampoco hay que olvidarse de Abel Gnecco, un directivo de la AFA que ejerce una gran influencia sobre el destino de los árbitros y es empleado de su hermano en la Municipalidad de Avellaneda. Aquí, la historia de una chica a la que pocos se atreverían a sacarle la tarjeta roja.
Locos por el fútbol. “Tengo siete hermanos varones y crecí entre ellos, jugando a los soldaditos y a la pelota,” recuerda Estela, en varias entrevistas, su infancia en su Oberá natal, Misiones. La anécdota revela que el fútbol fue y sigue siendo una pasión de los Álvarez de Olivera.
Uno de esos hermanos, Baldomero, se instaló en Avellaneda a principios de los ochenta. Desde 1991 hasta 1999 y desde 2003 hasta la actualidad, ocupa el sillón de intendente de ese distrito. En los días previos al Mundial de Fútbol de 2006, su nombre apareció en todos los medios. El intendente despertó una gran polémica al solicitar al Concejo Deliberante una licencia de tres meses para viajar a Alemania y así disfrutar del torneo. Si bien formalmente desistió de ese plan, hay quienes comentan que se salió con la suya: por esa fecha organizó un viaje a España, que le sirvió de excusa para darse una vueltita por los estadios germanos.
Estela también recibió críticas por su pasión futbolera: “En todos los partidos que dirijo, me dicen que me vaya a lavar los platos, que me dedique a la cocina, o me gritan cualquier barbaridad”, reconoció. Aunque empezó hace sólo tres años, a los 28 ya lleva acumulada una experiencia considerable. Es árbitro en la reserva de la Primera División y desde el año pasado trabaja en el Torneo Argentino, un certamen provincial en el que el ganador es ascendido al Nacional B, la segunda división más importante del fútbol local.
A los 23 años, recién recibida de profesora de Educación Física, Estela se trasladó a Buenos Aires para dedicarse al arbitraje en torneos oficiales. Siguiendo el camino esperado, se anotó en la Escuela de Árbitros de la AFA. Este organismo es manejado por Abel Gnecco, un ex referí que pisaba las canchas en los 80.
Pero Estela y Gnecco se conocen más allá de las aulas. El directivo de la AFA trabaja desde 2003 como director de Turismo y Administración de la Municipalidad de Avellaneda, un cargo que también desempeñó entre 1993 y 1997. Además de encontrarse en la Escuela de Árbitros, también se cruzan en el Parque Domínico, un predio a cargo de la administración de Gnecco y donde Estela trabaja como profesora de Educación Física para la Dirección de Deportes.
Gnecco asegura que los vínculos extra AFA con la hermana del intendente no han interferido de ninguna manera en su carrera, ya que la chica se ganó su lugar con cursos y con el tiempo de arbitraje. Pero omite aclarar que la Escuela que dirige es la encargada de elevar las propuestas y recomendaciones para que el Colegio de Árbitros decida los nombramientos.
El embajador de Avellaneda. Aunque durante la mayor parte de su intendencia Baldomero Álvarez de Olivera figuraba en las filas del ultraduhaldismo, se convirtió al kirchnerismo después de las últimas elecciones. Lo que sí nunca cambió fue su amistad histórica con el titular de la AFA. En enero de 2004 declaró Ciudadano Ilustre a Julio Grondona. “Quiero rescatar al vecino y al amigo. Julio se merece esta distinción, nos da el orgullo de ser nuestro embajador”, advertía en una multitudinaria sesión del Concejo Deliberante. Pero los homenajes al cuestionado jefe del fútbol no se terminaron allí: al día siguiente, el intendente bautizó “Julio Humberto Grondona” al gimnasio del polideportivo del Parque Domínico.
Los hechos parecen demostrar que la amistad con Don Julio tiene sus beneficios. Cuatro meses después de estos homenajes, Grondona gestionó un crédito de US$ 500 mil a la Municipalidad de Avellaneda. El dinero provenía de la FIFA (de la que el titular de la AFA es vicepresidente) y del programa de préstamos GOAL para promover el deporte en países en desarrollo. Ese jugoso crédito se destinó a la remodelación del Parque Domínico, el espacio que utiliza para sus entrenamientos Arsenal, el club fundado por Don Julio y dirigido por su hijo Julito.
La carrera de Estela Mary es un caso excepcional en los anales del fútbol. Por primera vez en la historia, son los “jugadores” los que parecen inclinar la cancha a favor del árbitro.
Para el ex juez Gnecco, “la chica se ganó su lugar”
Abel Gnecco, director de la Escuela de Árbitros de la AFA, aceptó hablar con PERFIL. Respondió las consultas sobre las funciones que cumple en la Municipalidad de Avellaneda y la hermana del intendente que trabaja como árbitro.
—¿Cuántas mujeres dirigen en partidos de torneos oficiales de la AFA?
—En total, hay siete mujeres árbitros en partidos masculinos. Estela Mary Álvarez de Olivera es la más avanzada de todas. Puede pasar directamente a dirigir en el Nacional B, porque hizo el curso nacional de la Escuela y ya dirigió en todas las divisiones del Torneo Argentino.
—Además de dirigir la Escuela de Árbitros, ¿usted es funcionario de la Municipalidad de Avellaneda?
—Sí, soy director de Turismo y Administración y me encargo, sobre todo, de administrar el Parque Domínico. Empecé en el año 1993, hasta 1997, y volví hace tres años. Vigilo el parque para que no lo rompan. Y también estoy para que a la gente no la asalten, hago un trabajo con la Policía Bonaerense y la Policía II para sacar a la gente que hace daño al parque y al país. Estoy en el cargo porque soy del barrio y el parque es como mi casa. Como yo siempre digo: “El parque es mío”.
—¿Y tuvo algo que ver en el préstamo que gestionó la AFA para remodelarlo?
—Nooo, eso es otra cosa. Yo no tengo absolutamente nada que ver con eso... No habría ningún problema, pero de las obras se encargó otra gente. Julio (Grondona) consiguió el préstamo porque quería que el parque estuviera lindo.
—¿Qué les responde a aquellos que lo critican por trabajar para la Municipalidad de Avellaneda, teniendo en cuenta que la hermana del intendente es árbitro de fútbol en la AFA?
—Yo siempre tuve dos trabajos. Estoy afiliado al Partido Justicialista de toda la vida. Y respeto y apoyo a Baldomero Álvarez como intendente, pero no soy amigo de él, como sí lo soy del compañero Herminio Iglesias. Yo no promuevo absolutamente a nadie. La chica se ganó su lugar con cursos y con años en AFA. Los que promueven, los que hacen categorías, los que nombran veedores son los directivos del Colegio de Árbitros.
— ¿Pero no es cierto que en estos casos el Colegio se guía por las recomendaciones que le hace la Escuela...?
—(Silencio) Bueno... será así... pero yo las llamaría sugerencias.