La gran campaña de Atlanta en el torneo de la B Metropolitana, el título y el tan ansiado ascenso hicieron que el foco de atención se centrara en los mellizos Andrés y Abel Soriano. Sí, el increíble parecido, más aún porque juegan juntos, resulta de por si llamativo y el 7 y el 9 del conjunto bohemio desparraman anécdotas por demás divertidas. Sin embargo, haber sido protagonistas del éxito de un equipo que vuelve al Torneo Nacional después de 12 años es un mérito que, por sí sólo, los ubica dentro de lo más destacado del fútbol nacional.
“El ascenso fue un sueño. Sabíamos que podíamos. Todos dicen que todos los campeones tienen buenos grupos, pero acá se ve de todos lados: en las prácticas, dentro de la cancha, cómo festejábamos los goles. Se vio algo muy lindo y muy difícil de volver a encontrar”, dispara Abel, que terminó el torneo cuarto en la tabla de goleadores con 16 tantos, uno menos que Andrés.
Así como los Soriano consiguieron enamorar a los hinchas Bohemios, el club, la mística del equipo y el día a día lograron meterse en el corazón de los hermanos. “Por ahí nos quedamos después de la práctica a firmar autógrafos y vienen todos chiquitos, que son la nueva generación de hinchas que va a tener el club, y esa cosas no te las puede sacar nadie. No hay plata, no hay nada en el fútbol que te opaque el honor que te da jugar con una camiseta así”, completa Abel.
