Los presidentes de los clubes, acechados por la crisis económica y la incertidumbre de no saber cuándo vuelve el fútbol, esperaban la reunión por Zoom con cierta ansiedad. Estaba fijada para el viernes pasado a las 16, pero casi sobre la hora la Liga Profesional –la nueva organización que preside Marcelo Tinelli, ahora dentro de la órbita de la AFA– anunció que se suspendía. El aviso fue vía WhatsApp y sembraba algunas incógnitas: “Se ha postergado debido a que se hace necesaria, para esa reunión, una información que está próxima a llegar a la AFA y a la Liga. De todas formas, quien tenga alguna duda o urgencia que no pueda esperar como siempre se podrá comunicar inmediatamente con las autoridades de la AFA y de La Liga para resolver cualquier cuestión, tal como se viene haciendo en estos meses”.
El mensaje escondía un tema sensible, al punto de ni siquiera nombrarlo: mientras siguen las dudas sobre qué pasará con el 50% de los derechos que tiene el Grupo Disney –al que el gobierno nacional no le aprobaría la fusión Fox/ESPN por considerar que implicaría una posición monopólica en canales deportivos–, Tinelli y el presidente Claudio Tapia ultiman detalles del millonario contrato para vender los derechos del fútbol argentino en el exterior. La empresa que se los quedaría es una vieja conocida, y la misma que ostentaba esa posesión hasta junio: la omnipresente Torneos.
¿Cuál es “la información que está próxima a llegar”? Básicamente, los términos y condiciones de la nueva cesión, siempre cargada de dudas y preguntas luego de que en marzo, tras la disolución de la Superliga, la licitación para adquirir los derechos internacionales fue suspendida. En ese pliego licitatorio había seis empresas que duplicaban y hasta triplicaban los 6 millones de dólares por año que pagaba Torneos para tener la comercialización del fútbol argentino en todo el mundo. La licitación se suspendió por un supuesto “direccionamiento”, pero curiosamente nunca más se reflotó. “Era la oportunidad de avanzar, mostrarse distintos y generar más dinero. Pero seguiremos igual. Es una lástima para nuestro fútbol”, le dice a PERFIL un dirigente que conoce bien los aspectos legales y económicos de esa trama.
Como no habrá licitación y el contexto de pandemia+cuarentena +parate obliga a una desesperada búsqueda por incrementar los ingresos de AFA y clubes, Tinelli presionó a Torneos –también a cargo de la producción televisiva de las transmisiones desde 2017– para que dejara de dilatar la cuestión y presentara una oferta superadora al contrato vencido en junio. Con riesgo de perder la producción local por el merodeo de otros grupos nacionales como Indalo, América o Telecentro, con pocas certezas de cómo será el negocio televisivo en 2021, en Torneos trabajan para ofrecer formalmente un plan para los próximos seis años. Según le confiaron a PERFIL, la empresa que preside Ignacio Galarza, quien sucedió a Alejandro Burzaco tras el escándalo de corrupción del Fifagate, pagaría 12 millones de dólares por año y diseñaría una plataforma digital. Actualmente, el fútbol argentino se puede ver en toda América del Sur, México, Estados Unidos y algunos países de Europa. En Asia y Oceanía (Australia y Nueva Zelanda) se transmitía hasta 2019, pero un conflicto entre Torneos y la empresa que redistribuía allí anuló esa posibilidad. En esta nueva etapa, esperan que esos problemas dejen de aparecer en el camino. No será nada fácil.