DEPORTES
la jugada que inició la victoria

Messi lo hizo otra vez: con un destello abrió el camino del triunfo ante México

En un partido sin tregua en el que la Selección chocaba contra el esquema diseñado por el Tata Martino, el capitán argentino recibió un pase clave de Di María y cruzó un zurdazo que Ochoa no pudo contener. Fue gol y desahogo. En la tribuna, hasta los propios hinchas de México le sacaban fotos. “No podemos bajar los brazos ahora, tenemos todas finales, no podemos errar”, dijo en el vestuario. Igualó a Maradona en la cantidad de partidos disputados en Mundiales y también en goles convertidos. Contra Polonia quedará en lo más alto de esa estadística.

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El instante del desahogo. Di María vio a Messi desde el costado derecho y con un pase horizontal entre tres rivales, se la dio: Lionel la acomodó y remató cruzado, al lado del palo del arco de Ochoa. | afp

Tantas veces le pidieron esto. Tantas veces. Que apareciera en las difíciles. Que hiciera goles importantes. Que fuera determinante como en sus tiempos en el Barcelona. Que gritara con la Selección como lo hacía en sus equipos. Tantos años se lo pidieron y ayer, en un partido trascendental y asfixiante, Messi lo hizo. Tomen. Recuérdenlo. Guárdenlo en su memoria para dentro de algunos años, para enumerarlo como sucede con el bombazo de Maxi Rodríguez, la aparición de Marcos Rojo o la definición del Cani contra Brasil. 

El lugar común diría que Messi frotó la lámpara.El que marca la realidad, que convirtió un gol en un contexto de encierro y catenaccio mexicano, casi sin espacios libres, y que nos liberó de una tensión indescriptible. En la primera –¿y única?– que tuvo, luego de un pase clave de Di María, Leo cruzó un zurdazo bajo que fue imposible de detener para Ochoa. 

Messi remata y sale corriendo hacia una tribuna repleta de hinchas de Argentina y México. Hay una imagen que también lo describe: mientras festeja, mientras sonríe y se desahoga por el 1-0 que terminaba con el cerrojo diseñado por el Tata Martino, una decena de mexicanos saca sus teléfonos y le sacan una foto. Quizás impensado en esta parte del mundo, no querían perderse esa oportunidad, la de tenerlo tan cerca, a pesar de que celebrara algo que a ellos les dolía.  

A ese tiro, a ese desahogo deportivo y emocional, hay que sumarle una frase que puede ser fundacional: “Que la gente confíe”. Porque el fútbol también contiene una semántica. Y lo que dijo Messi luego del debut fallido y frustrante contra Arabia Saudita, puede ser la letra de una canción épica, o acaso el pedido de un grupo que sabía que se jugaba mucho más que un partido de fútbol: en Argentina, para los argentinos y las argentinas, se trataba de algo más. Como suele suceder con este deporte, era una causa nacional. Y en esa causa, Messi es el protagonista desde hace casi dos décadas.

Tan protagonista que detrás de su gol y de este de-sahogo hay una estadística que lo avala: ayer, ante México, Lionel igualó a Diego Maradona en cantidad de partidos jugados en Mundiales. Ya son 21. Contra Polonia se convertirá en el futbolista argentino que más encuentros jugó en esta clase de eventos. Ayer también igualó otro récord: el de Diego y Guillermo Stábile, con ocho goles en Mundiales. 

 

Lo que dijo. Ya en los vestuarios, luego de ese gol clave y de la perla de Enzo Fernández, Messi explicó que el encuentro ante México “era un partido muy complicado”. Y lo explicó: “Juega bien, te maneja la pelota, el primer tiempo lo jugamos con mucha intensidad y tuvimos oportunidades. Cuando nos calmamos y empezamos a jugar la pelota en el segundo tiempo, llegó el gol y volvimos a ser nosotros. Había que ganar para acomodarnos”. 

Lionel se refirió a ese entorno que tuvo el estadio Lusail, a esa cantidad alucinante de hinchas de Argentina que caminan las calles de Doha, que preparan banderazos de apoyo para que el equipo siga alimentando la ilusión: “No podemos bajar los brazos ahora, nosotros los pusimos así y hay que seguir ahora, tenemos todas finales, no podemos errar”. Y agregó: “Sabíamos cuál debía ser nuestra respuesta, sabíamos cómo iba a responder nuestra gente, nuestras familias que tanto sufrieron y todos los argentinos que están en Qatar y los que alientan en casa. Sabíamos que íbamos a responder así”.La tensión se respiraba en el aire del estadio de Lusail. Lo admitió Messi y también Scaloni: a veces se sufre demasiado. Por eso el gol sirvió, además de para festejar, para descomprimir. Lo que vino después lo validó: la Selección se soltó, empezó a circular la pelota y lo definió con la perla de Enzo Fernández. ¿Qué viene para Lionel? ¿Cómo está para lo que viene? “Se dijeron tantas cosas, no tuve nada en el tobillo antes del partido con Arabia y en el último minuto del primer partido me lo doblé. Luego me repuse bien y hoy hice el esfuerzo que había que hacer”. Un esfuerzo que bien valió la pena.