Quilmes y Boca Juniors protagonizaron esta tarde un intenso 2-2 que se hizo atractivo por las variantes en el marcador, pero que de poco sirve a uno y otro si bien los xeneizes tuvieron el mérito de remontar una desventaja de dos goles.
Asimismo, pueden rescatarse dentro de la producción boquense la determinación con que el equipo jugó el segundo tiempo, las buenas producciones de Diego Rivero y Pablo Mouche y -una vez más- el aporte goleador de Martín Palermo, quien con 227 tantos quedó sin compañías como quinto futbolista con más goles marcados en Primera en los 80 años del profesionalismo.
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